El cine despierta los sentidos como un privilegiado que sabe hacernos cosquillas porque conoce nuestro punto débil, ese lugar recóndito y talón de Aquiles que toca y nos hace reír. Pero no es lo único. Sabe destrozar las ilusiones si se lo propone con sólo dar un chasquido de implacable realidad, sabe dar buenos golpes bajos que duelen de sobremanera, y sabe, sí, también sabe llevar al hombre a rebasar los límites en los que la líbido se dispara y encuentra la excitación más salvaje en imágenes concretas cargadas de obsceno erotismo entre las carnes de la Verdú.
Allí, sentada en la playa con los brazos apoyados sobre sus rodillas, deja entrever sus magníficos pechos tostándose al sol y lejos de la alteración adolescente de Tenoch y Julio, a unos cuantos metros de su compañera de viaje y polvos, dolidos y silenciosos por la negativa reciente de ella a satisfacer sus más primarios institos. El aura de erotismo que envuelve a la escena es aquella que en otra ocasión tornó a Kidman y Cruise ante un elegante espejo que reflejaba la mirada aburrida de ella mientras la voz elegante y no menos sexy de Chris Isaak cantaba aquello de Baby did a bad thing. Decenas de veces mandó repetir Kubrick una de las escenas cumbres de ese testamento cinematográfico que fue Eyes Wide Shut, aquella que lograba despertar tanta atracción y deseo como lo hizo la Lucía de Medem en esos descarados paseos por la playa que nos dejaban admirar y contemplar el cuerpo de Paz Vega sin reparos. Son todos ellos cómplices escasos de la sexualidad más opulenta en el celuloide, la que roza el límite de la pornografía y convierte el sexo, el acto, la copula en elemento imprescindible de una obra de trasfondo algo más serio.
Preliminares excesivos superados, resulta más que acertado definir la película de Alfonso Cuarón como una road movie obscena y social, un compendio de intenciones que el mexicano supo ejecutar con indiscutible profesión y que llevó a considerar a Y tu mamá también como una de las películas más importantes del cine mexicano y reseñables de principio de siglo. Tenoch y Julio, Julio y Tenoch. Dos adolescentes dando el paso hacia la adultez en pleno apogeo de su amistad y del sexo con sus respectivas novias. Ellas se marchan a Italia todo el verano y ellos deciden emprender un viaje a una playa imaginaria con la mujer del primo de uno de ellos, obviamente, con no más intención que la de tirársela. Ella, hundida y deprimida tras la ruptura con su marido no sabe que pronto se convertirá en el elemento rupturista que quebrará el particular mundo de Tenoch y Julio. No sólo porque significará la consumación de sus deseos sino porque el sexo que ella no vacila en darles y que tanto adoran ambos se convertirá en aquello que destape los secretos escondidos durante años y les enfrente a la verdadera realidad de cada uno, poniendo en serio peligro de extinción lazos que tan irrompibles parecían. En estos bretes, Gael García Bernal y Diego Luna saben cumplir con su papel de niñatos alborotados por una tormenta hormonal provocada por una Maribel Verdú madura y voluptuosa, tan capaz de agigantarla como de apaciguarla.
Y tu mamá también olvida los tapujos y se manifiesta como una celebración carnal, sin complejos y a través de un viaje que, por supuesto, servirá a sus tres protagonistas para encontrarse. Cuarón supo conectar esa premisa básica de tantas road movies con la de ser además reflejo fiel y social de la realidad de un país, México, como un mostrador de injusticias y gentes circundantes a la historia principal. México es pobreza, belleza, cultura e idiosincracia, dolor y sangre, un mosaico que rellena el trasfondo de una película que si bien puede parecer vacua a primera vista acaba siendo una película más que interesante por su mirada hacia la evolución sexualidad y sus repercusiones en la amistad y el amor hetero y homosexual. Tal vez una mirada no tan profunda ni tan social como sería deseable, pero ni mucho menos superficial y acorde con las pretensiones de la película y su autor, quien pocos aires de grandeza atesora en su cuarta obra y primera como guionista.
Se podría decir, un film que ha ganado adeptos y renombre como película adulta más allá del público que la vió como un producto erótico acompañado de una pegadiza canción de Molotov que le ayudó, junto con su correspondiente videoclip, a ganarse un huequecito en la cartelera española. Merece la pena dedicarle un rato y dejarse llevar por la excitante y llamativa historia de un Cuarón con aires de cineasta notable y serio antes de dejarse caer en las redes de Hollywood y en los hechizos del incansable (y cansino) niño mago.
Allí, sentada en la playa con los brazos apoyados sobre sus rodillas, deja entrever sus magníficos pechos tostándose al sol y lejos de la alteración adolescente de Tenoch y Julio, a unos cuantos metros de su compañera de viaje y polvos, dolidos y silenciosos por la negativa reciente de ella a satisfacer sus más primarios institos. El aura de erotismo que envuelve a la escena es aquella que en otra ocasión tornó a Kidman y Cruise ante un elegante espejo que reflejaba la mirada aburrida de ella mientras la voz elegante y no menos sexy de Chris Isaak cantaba aquello de Baby did a bad thing. Decenas de veces mandó repetir Kubrick una de las escenas cumbres de ese testamento cinematográfico que fue Eyes Wide Shut, aquella que lograba despertar tanta atracción y deseo como lo hizo la Lucía de Medem en esos descarados paseos por la playa que nos dejaban admirar y contemplar el cuerpo de Paz Vega sin reparos. Son todos ellos cómplices escasos de la sexualidad más opulenta en el celuloide, la que roza el límite de la pornografía y convierte el sexo, el acto, la copula en elemento imprescindible de una obra de trasfondo algo más serio.
Preliminares excesivos superados, resulta más que acertado definir la película de Alfonso Cuarón como una road movie obscena y social, un compendio de intenciones que el mexicano supo ejecutar con indiscutible profesión y que llevó a considerar a Y tu mamá también como una de las películas más importantes del cine mexicano y reseñables de principio de siglo. Tenoch y Julio, Julio y Tenoch. Dos adolescentes dando el paso hacia la adultez en pleno apogeo de su amistad y del sexo con sus respectivas novias. Ellas se marchan a Italia todo el verano y ellos deciden emprender un viaje a una playa imaginaria con la mujer del primo de uno de ellos, obviamente, con no más intención que la de tirársela. Ella, hundida y deprimida tras la ruptura con su marido no sabe que pronto se convertirá en el elemento rupturista que quebrará el particular mundo de Tenoch y Julio. No sólo porque significará la consumación de sus deseos sino porque el sexo que ella no vacila en darles y que tanto adoran ambos se convertirá en aquello que destape los secretos escondidos durante años y les enfrente a la verdadera realidad de cada uno, poniendo en serio peligro de extinción lazos que tan irrompibles parecían. En estos bretes, Gael García Bernal y Diego Luna saben cumplir con su papel de niñatos alborotados por una tormenta hormonal provocada por una Maribel Verdú madura y voluptuosa, tan capaz de agigantarla como de apaciguarla.
Y tu mamá también olvida los tapujos y se manifiesta como una celebración carnal, sin complejos y a través de un viaje que, por supuesto, servirá a sus tres protagonistas para encontrarse. Cuarón supo conectar esa premisa básica de tantas road movies con la de ser además reflejo fiel y social de la realidad de un país, México, como un mostrador de injusticias y gentes circundantes a la historia principal. México es pobreza, belleza, cultura e idiosincracia, dolor y sangre, un mosaico que rellena el trasfondo de una película que si bien puede parecer vacua a primera vista acaba siendo una película más que interesante por su mirada hacia la evolución sexualidad y sus repercusiones en la amistad y el amor hetero y homosexual. Tal vez una mirada no tan profunda ni tan social como sería deseable, pero ni mucho menos superficial y acorde con las pretensiones de la película y su autor, quien pocos aires de grandeza atesora en su cuarta obra y primera como guionista.
Se podría decir, un film que ha ganado adeptos y renombre como película adulta más allá del público que la vió como un producto erótico acompañado de una pegadiza canción de Molotov que le ayudó, junto con su correspondiente videoclip, a ganarse un huequecito en la cartelera española. Merece la pena dedicarle un rato y dejarse llevar por la excitante y llamativa historia de un Cuarón con aires de cineasta notable y serio antes de dejarse caer en las redes de Hollywood y en los hechizos del incansable (y cansino) niño mago.
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Y tu mamá también. México. 2000. 105'.
Director: Alfonso Cuarón.
Guión: Alfonso y Carlos Cuarón.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Montaje: Alfonso Cuarón y Alex Rodríguez.
Interpretación: Maribel Verdú (Luisa), Gael García Bernal (Julio), Diego Luna (Tenoch), Nathan Grinberg (Manuel Huerta), Verónica Langer (María Eugenia Calles de Huerta), María Aura (Cecilia Huerta).
Puntuación: 7,5
Y más cosas también...
http://www.cineismo.com/criticas/y-tu-mama-tambien.htm (crítica de la peli).
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1825.html (sobre Gael García Bernal).
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/estrellas/diego_luna.html (sobre Diego Luna).
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1961.html (sobre Alfonso Cuarón).
http://www.el-mundo.es/larevista/num152/textos/verdu.html (entrevista a Maribel Verdú).
http://www.cinemexicano.com/ (página web dedicada al cine mexicano).
Guión: Alfonso y Carlos Cuarón.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Montaje: Alfonso Cuarón y Alex Rodríguez.
Interpretación: Maribel Verdú (Luisa), Gael García Bernal (Julio), Diego Luna (Tenoch), Nathan Grinberg (Manuel Huerta), Verónica Langer (María Eugenia Calles de Huerta), María Aura (Cecilia Huerta).
Puntuación: 7,5
Y más cosas también...
http://www.cineismo.com/criticas/y-tu-mama-tambien.htm (crítica de la peli).
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1825.html (sobre Gael García Bernal).
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/estrellas/diego_luna.html (sobre Diego Luna).
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1961.html (sobre Alfonso Cuarón).
http://www.el-mundo.es/larevista/num152/textos/verdu.html (entrevista a Maribel Verdú).
http://www.cinemexicano.com/ (página web dedicada al cine mexicano).
Sí, el final impacta. Y le da un poco más de sentido a todo lo que acabas de ver y de la forma de actuar de ella. Sobre todo me gustó ver como acaba la amistad entre ellos, no por los secretos que se rompen durante la peli, sino por lo que pasa en el final que aquí no voy a desvelar :b
ResponderEliminarA mi tambien me paso... estaba tan atento a ellos que ni siquiera me di cuenta que aparecia la Verdu...
ResponderEliminar"Roza la Pornografia" "Road movie obscena y social". Jordi eres un carca, jajaja (broma, que luego te enfadas). A mi me parecio una buena pelicula, pero sobre todo me molo el tema de la naturalidad del sexo. Que rompe un poco con los tabus incomprensibles del sexo en el cine. Salen peliculas sin sabanas absurdas a la altura siempre justa y se dice que rozan la pornografia. Por favor...
P.D. - Por cierto, hablabamos de peliculas que trataran el tema gay... Esta es una. Otra que vi el otro dia y fue de las pioneras es Philadelphia.
No hay muchas películas que traten el tema gay con naturalidad, no... Se podrían contar con los dedos de una mano... El sexo es otra cosa. Películas que utilizan abiertamente el sexo o el erotismo como una de sus pilares fundamentales hay más, pero no muchas que lo hagan con calidad y con una razón concreta como es esta.
ResponderEliminarGran pelicula. Estoy de acuerdo en que trata el tema del sexo con mucha naturalidad. El final tb me parece de lo mejor de la peli. La escena de la borrachera de los tres me parece buenisima. Y eso.
ResponderEliminarSí... al principio de la película, y a durante también. Habían trozos que los pasaba atrás y ni así lograba entenderlos...
ResponderEliminarLa primera vez que la vi lo atribui a el gran sonido que tiene el Cine Capitolio de Godella (entraditas a dos euros, fijate tu). Luego ya me di cuenta de que no era solo el mal sonido.
ResponderEliminarAh, y me gusto aun mas la sensacion de salir del cine y decirle al de al lado inconscientemente: "Huey, que buena esta la pendeja". O algo.
"Huey, que buena esta la pendeja".
ResponderEliminarBuf, pues anda que el pendejo... ¡estoy con Raquel!
Mira, al Canario se le ha olvidado otra vez escribir su nick y sale anonimo...
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ResponderEliminarPues sí, para gustos... A mi Dogville me parece la mejor película que he visto en mucho tiempo.
ResponderEliminarPor cierto, que la fecha del post indica 08 de enero, cuando lo publiqué el 13. Conclusión: al reloj del blog se le va de vez en cuando, tendré que arreglarlo.
P.D.: Será el efecto 2006...
Esta película tiene paja. Y ni una ni dos.
ResponderEliminarPor cierto, decir que "trata" el tema de la homosexualidad porque los protagonistas se besan mientras la Maribel se la chupa no es pasarse? Yo creo que como mucho se podría decir que lo nombra. Y precisamente eso es lo que menos me gusta de la película, no porque me desagrade ver a dos tíos besarse (un recuerdo especial para el canario xD), sino porque según la relación de Tenoch y Julio... no me lo creo, la verdad, por muy bien que la chupe ella.
Por lo demás genial, película totalmente sensorial, con una estética que me encanta. Además, ese rollete de olvidarse de la historia y narrar algo que pasó o que pasará mediante el narrador... me encanta. Aunque conozco gente a quien no, claro.
Ya está, ya has contado el final de la peli, si es que...
ResponderEliminarEl caso es que sí, cuando se ponen hacer el trío se morrean. Y bueno, como es el final, como que no te lo esperas. Y lo que me gusta es que es eso y no todo lo que ha pasado antes (cuernos y demás...) lo que acaba rompiendo la amistad que había entre ambos.
Bueno, digamos que entendimos la película de forma diferente. Yo sí creo que lo que acabó con su relación fue todo lo vivido en el viaje... aunque lo tuyo también tiene sentido, y en tu visión el tema de la homosexualidad sí que tiene cabida. En cómo la interpreté yo sólo era una anécdota...
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