En una escena de El Caballero Oscuro, Batman tiene por fin al Joker a su merced, al borde del precipicio y colgando boca abajo. Este preciso, único momento, pasará desapercibido para muchos como la simple conclusión, lógico desenlace de la película de superhéroes que acaban de ver. Sin embargo, empiezo por el final para señalar la mencionada escena como el momento en el que el Joker va a definir ante nuestros ojos atónitos la figura del superhéroe y su necesario antagonista, el supervillano: "Tú no me matarás por alguna absurda superioridad moral y yo no te mataré por lo mucho que me diviertes. Estamos destinados a hacerlo siempre" ("You won't kill me out of some misplaced sense of self-righteousness, and I won't kill you, because you're just too much fun. I think you and I are destined to do this forever"). Pese a que Nolan se ha explayado de manera soberbia en las anteriores dos horas largas previas a este magnífico punto de la narración en torno a los planteamientos morales que implican los particulares universos de ambas figuras, El Caballero Oscuro acaba espetando a la cara del espectador una sentencia demoledora en torno a los mismos.
El Caballero Oscuro es la adaptación que Christopher Nolan ha realizado sobre la serie de cómics que el maestro Frank Miller publicó en los 80 bajo el título de The Dark Knight Returns. Desde el primer plano de la película, una toma aérea que se adentra en un edificio a través de una ventana que estalla en pedazos (plano que, quizás no por casualidad, recuerde al inicio de Psicosis [Psycho, Alfred Hitchcock, 1960]), Christopher Nolan plantea dos premisas que definirán desde ese mismo momento su película: a) el establecimiento de un ritmo incansable y constante, pero nunca frenético y desbocado; b) las cuestiones morales que rodearán al enemigo por antonomasia de Batman, el Joker, y que ser harán extensivas tanto al resto de la ciudad de Gotham como a la misma sala de cine. El perfecto equilibrio entre estas dos premisas es lo que hace de El Caballero Oscuro una película que se nutre de las mejores fuentes posibles para acabar realizando la que es no sólo la película definitiva en torno al hombre murciélago, sino posiblemente la más compleja y soberbia película de superhéroes jamás realizada.
Hechas las presentaciones en Batman Begins (2005), Nolan ha retomado al oscuro héroe de Gotham en tiempos de bonanza para la ciudad, dispuesto a enfrentarlo ante la peor pesadilla posible de un superhéroe: un villano que (por fin) no es movido por intereses o pretensiones de destrucción masiva, sino un sociópata que inspira puro terror a partir del nihilismo que proclama y predica, un antagonista que cuestiona esa figura que absurdamente nadie cuestionó y un firme creyente en la maldad innata, arraigada a los instintos primarios del ser humano.
Y es que parte de la brillantez de El Caballero Oscuro reside en el efecto que ese antagonista único va a tener tanto en la figura de Batman como en la de los habitantes de Gotham. En el caso del primero, las acciones perpetradas por el Joker ponen en peligro de extinción al héroe, si bien este hace recaer sobre la calmada conciencia de ese adalid de la justicia la culpa de las muertes que se irán sucediendo día tras día si el enmascarado no revela su identidad. El héroe sometido a una encrucijada moral, es puesto contra las cuerdas y obligado a cuestionarse el fin de su papel como guardián de la noche en pos del improbable cese del horror que oferta su enemigo o seguir en lucha implacable a la sombra mientras se gana el odio del pueblo. En definitiva, un dilema moral cuyas soluciones le precipitarán sí o sí a un destino aciago que, efectivamente, será corroborado en la última escena en la voz del comisario Gordon. Batman no es un héroe. Es un justiciero que debe soportar el rencor o el favor del pueblo mientras vela por él. Un alma maldita en su sino, pero sabedora de la necesidad de su maldición.
En cuanto a Gotham, la ciudad vuelve a tener una importancia capital en la historia de Batman. En El Caballero Oscuro encontramos, por vez primera en el cine de superhéroes, una ciudad al borde del colapso, en el que la muerte y la destrucción se va apoderando de la misma sin concesiones. Nolan consigue imprimir un creciente caos que pone en jaque a Gotham, aquí representante de la civilización misma. La tensión que se vive en las calles crispa los nervios del espectador, quien sentirá como el miedo le invade ante el horror primario del Joker, riéndose de y hundiendo los valores sobre los que se cimienta la sociedad civilizada. En última instancia, esta será sometida a una prueba crucial que literalmente dinamita todos esos valores y los deja al albedrío de la misma ciudadanía. Más allá de las conclusiones de esta prueba que aquí no revelaré, El Caballero Oscuro no deja de inspirar una profunda inquietud sobre el comportamiento bajo presión de las masas, y la pregunta de cuántas pruebas más como esta necesita una civilización para derrumbarse por completo.
En otro orden de cosas, El Caballero Oscuro demuestra ser una película sumamente inteligente. La narración prima sobre el espectáculo y nunca se olvida ni se subyacen los importantes planteamientos que se dan en la misma. Prueba de ello es que la más espectacular de las escenas de acción que emplaza Nolan a lo largo del metraje (la persecución que culmina en el enfrentamiento en las calles entre Batman y el Joker), no ocupa un rimbombante clímax final (uno de los vicios más incorregibles del cine de superhéroes), sino que se sitúa en el transcurso de la narración. Tanto en este como de los demás pasajes de acción de la película, podemos congratularnos de encontrarnos ante un producto que nunca cae en la vacua pirotecnia, sino que prima la tensión y la emoción, cualidades que no privan a El Caballero Oscuro de erigirse como un épico espectáculo cuya larga duración parece transcurrir en un suspiro. Escasos son los ejemplos de cine que ostentan dicha condición y presumen además de una paridad con la reflexividad y madurez que atesoran. Y la película de Nolan, sin duda, pertenece a ese selecto club.
Sería imposible concebir el funcionamiento de esta gigantesca y compleja maquinaria sin el sustento de la misma sobre unos personajes bien configurados y sustentados por un reparto capaz de hacer creíble la paridad mencionada. Y no es sino el Joker la figura central, aquella que pone en marcha el engranaje de dicha maquinaria y que es ejecutado de manera sobresaliente por un entregadísimo, inolvidable Heath Ledger que supera a su gran precedente, el Jack Nicholson de Batman (Tim Burton, 1989). El Joker hiela la sangre con su maligna carcajada e insufla bajo la piel del espectador un terror irracional ante el cuál este no encuentra respuesta, pues está ante lo inédito, la encarnación del mal sin más motivos ni razones que las del caos y el horror mismos. Y Ledger deja estampas inolvidables a título póstumo, en especial aquella en la que el Joker saca la cabeza por la ventanilla del coche patrulla en el que se da a la fuga, dejando sentir en su rostro dibujado de locura el aire de la libertad. Nolan silencia la escena, y consigue unos escalofriantes segundos de cine que pintan magistralmente sobre el lienzo de la pantalla la silenciosa impunidad del mal.
A su alrededor, un reparto sólido y no menos protagonista, encabezado por un Christian Bale sobrio y creíble como un Bruce Wayne desbordado y atormentado, mientras un experimentado Gary Oldman demuestra una película más su idoneidad para el papel del comisario Jim Gordon y Aaron Eckhart ofrece un esfuerzo encomiable en su ejecución del fiscal Harvey Dent y su posterior transformación a Dos Caras. En un segundo plano, Maggie Gyllenhaal resulta un a válida sustituta de Katie Holmes como Rachel Dawes mientras que Michael Caine y Morgan Freeman aportan con su peso y veteranía interpretaciones poco discutibles. Tan sólo Nestor Carbonell, asiduo del reparto de Lost y aquí alcalde de Gotham, aparece desdibujado en un reparto sólido y a la altura de las enormes pretensiones de la película de Nolan; enormes como sus resultados mismos.
El Caballero Oscuro es uno de los más soberbios entretenimientos que ha regalado el cine. Lo es en su inteligencia y en su pulso, en su densidad y en su espectáculo, pero sobre todo lo es por ofrecer, además de todo ello, una desafiante reflexión en torno a las figuras del héroe y del villano. Poco queda de la vía esperpéntica y gótica que genuínamente iniciara Tim Burton y penosamente destrozara Joel Schumacher. Batman es, hoy más que nunca, un justiciero discutido e incomprendido por la sociedad por la que vela, un caballero oscuro cuyo futuro se revela más pesimista que nunca pese haber salvado Gotham una vez más. Pero donde su tormento crece, disminuye la incomprensible distancia que a cada película crecía entre el superhéroe y su público. Y ahí es donde la película de Christopher Nolan triunfa y donde merece la pena depositar las esperanzas del futuro cine de superhéroes: en que El Caballero Oscuro marque un antes y un después en esa complicada y fructífera relación.
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The Dark Knight. Estados Unidos. 2008. 152'.
Director: Christopher Nolan.
Producción: Charles Roven, Emma Thomas y Christopher Nolan.
Música: Hans Zimmer y James Newton Howard.
Fotografía: Wally Pfister.
Montaje: Lee Smith.
Diseño de producción: Nathan Crowley.
Vestuario: Lindy Hemming.
Guión: Jonathan Nolan y Christopher Nolan; basado en un argumento de Christopher Nolan y David S. Goyer; sobre los personajes creados por Bob Kane.El Caballero Oscuro es la adaptación que Christopher Nolan ha realizado sobre la serie de cómics que el maestro Frank Miller publicó en los 80 bajo el título de The Dark Knight Returns. Desde el primer plano de la película, una toma aérea que se adentra en un edificio a través de una ventana que estalla en pedazos (plano que, quizás no por casualidad, recuerde al inicio de Psicosis [Psycho, Alfred Hitchcock, 1960]), Christopher Nolan plantea dos premisas que definirán desde ese mismo momento su película: a) el establecimiento de un ritmo incansable y constante, pero nunca frenético y desbocado; b) las cuestiones morales que rodearán al enemigo por antonomasia de Batman, el Joker, y que ser harán extensivas tanto al resto de la ciudad de Gotham como a la misma sala de cine. El perfecto equilibrio entre estas dos premisas es lo que hace de El Caballero Oscuro una película que se nutre de las mejores fuentes posibles para acabar realizando la que es no sólo la película definitiva en torno al hombre murciélago, sino posiblemente la más compleja y soberbia película de superhéroes jamás realizada.
Hechas las presentaciones en Batman Begins (2005), Nolan ha retomado al oscuro héroe de Gotham en tiempos de bonanza para la ciudad, dispuesto a enfrentarlo ante la peor pesadilla posible de un superhéroe: un villano que (por fin) no es movido por intereses o pretensiones de destrucción masiva, sino un sociópata que inspira puro terror a partir del nihilismo que proclama y predica, un antagonista que cuestiona esa figura que absurdamente nadie cuestionó y un firme creyente en la maldad innata, arraigada a los instintos primarios del ser humano.
Y es que parte de la brillantez de El Caballero Oscuro reside en el efecto que ese antagonista único va a tener tanto en la figura de Batman como en la de los habitantes de Gotham. En el caso del primero, las acciones perpetradas por el Joker ponen en peligro de extinción al héroe, si bien este hace recaer sobre la calmada conciencia de ese adalid de la justicia la culpa de las muertes que se irán sucediendo día tras día si el enmascarado no revela su identidad. El héroe sometido a una encrucijada moral, es puesto contra las cuerdas y obligado a cuestionarse el fin de su papel como guardián de la noche en pos del improbable cese del horror que oferta su enemigo o seguir en lucha implacable a la sombra mientras se gana el odio del pueblo. En definitiva, un dilema moral cuyas soluciones le precipitarán sí o sí a un destino aciago que, efectivamente, será corroborado en la última escena en la voz del comisario Gordon. Batman no es un héroe. Es un justiciero que debe soportar el rencor o el favor del pueblo mientras vela por él. Un alma maldita en su sino, pero sabedora de la necesidad de su maldición.
En cuanto a Gotham, la ciudad vuelve a tener una importancia capital en la historia de Batman. En El Caballero Oscuro encontramos, por vez primera en el cine de superhéroes, una ciudad al borde del colapso, en el que la muerte y la destrucción se va apoderando de la misma sin concesiones. Nolan consigue imprimir un creciente caos que pone en jaque a Gotham, aquí representante de la civilización misma. La tensión que se vive en las calles crispa los nervios del espectador, quien sentirá como el miedo le invade ante el horror primario del Joker, riéndose de y hundiendo los valores sobre los que se cimienta la sociedad civilizada. En última instancia, esta será sometida a una prueba crucial que literalmente dinamita todos esos valores y los deja al albedrío de la misma ciudadanía. Más allá de las conclusiones de esta prueba que aquí no revelaré, El Caballero Oscuro no deja de inspirar una profunda inquietud sobre el comportamiento bajo presión de las masas, y la pregunta de cuántas pruebas más como esta necesita una civilización para derrumbarse por completo.
En otro orden de cosas, El Caballero Oscuro demuestra ser una película sumamente inteligente. La narración prima sobre el espectáculo y nunca se olvida ni se subyacen los importantes planteamientos que se dan en la misma. Prueba de ello es que la más espectacular de las escenas de acción que emplaza Nolan a lo largo del metraje (la persecución que culmina en el enfrentamiento en las calles entre Batman y el Joker), no ocupa un rimbombante clímax final (uno de los vicios más incorregibles del cine de superhéroes), sino que se sitúa en el transcurso de la narración. Tanto en este como de los demás pasajes de acción de la película, podemos congratularnos de encontrarnos ante un producto que nunca cae en la vacua pirotecnia, sino que prima la tensión y la emoción, cualidades que no privan a El Caballero Oscuro de erigirse como un épico espectáculo cuya larga duración parece transcurrir en un suspiro. Escasos son los ejemplos de cine que ostentan dicha condición y presumen además de una paridad con la reflexividad y madurez que atesoran. Y la película de Nolan, sin duda, pertenece a ese selecto club.
Sería imposible concebir el funcionamiento de esta gigantesca y compleja maquinaria sin el sustento de la misma sobre unos personajes bien configurados y sustentados por un reparto capaz de hacer creíble la paridad mencionada. Y no es sino el Joker la figura central, aquella que pone en marcha el engranaje de dicha maquinaria y que es ejecutado de manera sobresaliente por un entregadísimo, inolvidable Heath Ledger que supera a su gran precedente, el Jack Nicholson de Batman (Tim Burton, 1989). El Joker hiela la sangre con su maligna carcajada e insufla bajo la piel del espectador un terror irracional ante el cuál este no encuentra respuesta, pues está ante lo inédito, la encarnación del mal sin más motivos ni razones que las del caos y el horror mismos. Y Ledger deja estampas inolvidables a título póstumo, en especial aquella en la que el Joker saca la cabeza por la ventanilla del coche patrulla en el que se da a la fuga, dejando sentir en su rostro dibujado de locura el aire de la libertad. Nolan silencia la escena, y consigue unos escalofriantes segundos de cine que pintan magistralmente sobre el lienzo de la pantalla la silenciosa impunidad del mal.
A su alrededor, un reparto sólido y no menos protagonista, encabezado por un Christian Bale sobrio y creíble como un Bruce Wayne desbordado y atormentado, mientras un experimentado Gary Oldman demuestra una película más su idoneidad para el papel del comisario Jim Gordon y Aaron Eckhart ofrece un esfuerzo encomiable en su ejecución del fiscal Harvey Dent y su posterior transformación a Dos Caras. En un segundo plano, Maggie Gyllenhaal resulta un a válida sustituta de Katie Holmes como Rachel Dawes mientras que Michael Caine y Morgan Freeman aportan con su peso y veteranía interpretaciones poco discutibles. Tan sólo Nestor Carbonell, asiduo del reparto de Lost y aquí alcalde de Gotham, aparece desdibujado en un reparto sólido y a la altura de las enormes pretensiones de la película de Nolan; enormes como sus resultados mismos.
El Caballero Oscuro es uno de los más soberbios entretenimientos que ha regalado el cine. Lo es en su inteligencia y en su pulso, en su densidad y en su espectáculo, pero sobre todo lo es por ofrecer, además de todo ello, una desafiante reflexión en torno a las figuras del héroe y del villano. Poco queda de la vía esperpéntica y gótica que genuínamente iniciara Tim Burton y penosamente destrozara Joel Schumacher. Batman es, hoy más que nunca, un justiciero discutido e incomprendido por la sociedad por la que vela, un caballero oscuro cuyo futuro se revela más pesimista que nunca pese haber salvado Gotham una vez más. Pero donde su tormento crece, disminuye la incomprensible distancia que a cada película crecía entre el superhéroe y su público. Y ahí es donde la película de Christopher Nolan triunfa y donde merece la pena depositar las esperanzas del futuro cine de superhéroes: en que El Caballero Oscuro marque un antes y un después en esa complicada y fructífera relación.
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The Dark Knight. Estados Unidos. 2008. 152'.
Director: Christopher Nolan.
Producción: Charles Roven, Emma Thomas y Christopher Nolan.
Música: Hans Zimmer y James Newton Howard.
Fotografía: Wally Pfister.
Montaje: Lee Smith.
Diseño de producción: Nathan Crowley.
Vestuario: Lindy Hemming.
Intérpretes: Christian Bale (Bruce Wayne/Batman), Michael Caine (Alfred), Heath Ledger (Joker), Gary Oldman (James Gordon), Aaron Eckhart (Harvey Dent), Maggie Gyllenhaal (Rachel Dawes), Morgan Freeman (Lucius Fox), Monique Gabriela Curnen (Ramirez), Ron Dean (Wuertz), Cillian Murphy (Espantapájaros), Eric Roberts (Salvatore Maroni), Chin Han (Lau).
Puntuación: 9
El Caballero Oscuro en la red...
http://thedarkknight.warnerbros.com/(web oficial)
http://wwws.warnerbros.es/thedarkknight/ (web oficial España)
http://opinion.labutaca.net/2008/07/24/el-caballero-oscuro-mucho-mas-que-un-superheroe/ (crítica de la película)
http://elrinconalvysinger.blogspot.com/2008/08/oscuridad-sin-caballero.html (crítica de la película)
http://www.elpais.com/articulo/Revista/Verano/villanos/cambian/cara/mal/elppor/20080813elprdv_4/Tes (reportaje en El País.com)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2653.html (sobre Christopher Nolan)
http://es.youtube.com/watch?v=zxkglh9s_8g (entrevista a Christopher Nolan)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1418 (sobre Heath Ledger)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1363.html (sobre Christian Bale)
http://es.wikipedia.org/wiki/Gary_Oldman (sobre Gary Oldman)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1312.html (sobre Aaron Eckhart)
http://es.wikipedia.org/wiki/Maggie_Gyllenhaal (sobre Maggie Gyllenhaal)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1518.html (sobre Michael Cane)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2311.html (sobre Morgan Freeman)
http://en.wikipedia.org/wiki/Batman:_The_Dark_Knight_Returns (sobre el cómic de Frank Miller, en inglés)
Esta vez sí han dado en el clavo, a pesar de la confusión narrativa que preside alguna de sus secuencias de acción, y del turbio tejemaneje ideológico con el que el bueno de Batman se despacha en alguna ocasión.
ResponderEliminarUn buen film, sí.
Gonzov83 dice:
ResponderEliminarJejeje al fin llego la critica; totalmente de acuerdo con todo lo comentado (esta vez no me indignare como en la critica de Begins) A lo dicho en el anterior post solo quier reiterar que no solo el papel de Ledger me encanto, sino tambien el de Eackhart, sigo maravillado del cambio que sufre a lo largo de la pelicula.
Como comentas del final tambien muy de acuerdo con esa batalla eterna que han de librar Batman-Joker, aunque no hace falta remontarse hasta el final, ya que en la escena del interrogatorio es el Joker quien se rie ante la pregunta de Batman de porque lo quiere muerto (que haria yo sin ti contesta el Joker)
Una pequeña correcion sobre el comic, segun tengo entendido esta pelicula chupa sobre todo del comic "the Killing Joke" escrito por Alan Moore, un genio del comic en cuanto a guiones (desde aqui recomiendo a todo el mundo que se compre y lea Watchmen, obra maestra del comic que en breve sera llevada al cine)
Segun parece pronto sabremos sobre Shadow of the Bat, la siguiente de Nolan sobre el hombre murcielago de momento no dejan de llover rumores (Johnny Depp de enigma, Maggie Gyllenhal volviendo como catwoman, Brian "sensacion de vivir" Austin Green tambien como enigma, philip seymour hoffman como pingüino, en fin por rumores que no sea)
Eso si rumores o no, si sigue el nivel dejado por Begins y the dark knight por mi como si hacen 5 mas.
Cierto que fui un detractor de "Batman Begins", por los motivos que reiteré en el post anterior, pero la verdad es que, acudiendo al cine todo lo escéptico que podía, no pude sino permanecer asombrado de principio a fin con esta nueva entrega.
ResponderEliminarSegún leí, la médula espinal de la adaptación estaba en los cómics de Frank Miller, aunque no es menos cierto que Nolan admitió que gran parte de los diálogos atribuídos al Joker fueron extraídos de "The Killing Joke" de Alan Moore.
Relación condenada a eternizarse, como se intuye en varias escenas de la película y se sentencia en la escena final entre ambos. Batman no existiría sin el Joker, y viceversa. Y si no fuera así, este superhéroe nunca hubiera pertenecido a la más elevada mitología del cómic y el cine.
En definitiva, una gran película y un monumental entretenimiento. Intento contener mi entusiasmo, pero ciertamente encuentro muy pocas cosas que reprocharle a la película de Nolan para hacerlo.
Un saludo
Jordi
Para mi la pelicula tiene como dos partes. La primera hora y media o así, a mi me parecia una película más de superheroes. Muy bien hecha y con muy buenos detalles, eso si, pero nada realmente especial. Cuando atrapan al joker y parece que la pelicula se acerca a su fin es cuando empieza para mi lo mejor. Una hora más de metraje que no deseas que acabe. Giros en la historia, dilemas morales, transformaciones... Genial.
ResponderEliminarLas actuaciones, muy buenas, pero todas a la sombra del joker que es impresionante. ME queda la pena de no haberla visto en version original.
El unico pero... las escenas de accion y persecuciones, demasiado confusas para mi.
a mí me gustó mucho, pero la vi a las 23.30 y creo que no era el horario adecuado...
ResponderEliminarel otro día leí no sé dónde que el Joker de El caballero oscuro superaba al Joker que interpretó Jack Nicholson, creo que ambos merecen ser recordados. No había visto un mismo villano tan diferente. Qué descanso ver una superproducción de este tipo y salir satisfecho del cine...
Saludos!
Pues sí. Casi se nos olvida esa sensación... Menos mal que aún existe. Personalmente, creo que supera a la actuación de Heath Ledger, aunque ambas merecen ser recordadas, pues la de Nicholson tenía un toque bufonesco, bizarro que no era menos impagable.
ResponderEliminarAsu y siguen con el tema de la película, que es buenaza y esto y el otro. Habra que verla lo más pronto.
ResponderEliminarMira que intento no crearme muchas expectativas, pero me lo estás poniendo difícil.
ResponderEliminarA ver si me pillo de una vez Batman begins, me pongo en antecedentes y voy a verla.
Por fin he disfrutado con Batman! Y ya llevo unas cuantas...
ResponderEliminarDefinitivamente, hoy me he convertido en fan incondicional de Nolan. ¿Es posible hacer una película llena de acción, capaz de mantenerte en tensión en todo momento y, a la vez, plagada de planteamientos filosóficos y de dilemas morales? Y es que El caballero oscuro no sólo tiene una factura técnica impecable y unas actuaciones soberbias, sino que presenta uno de los mejores guiones que se han escrito nunca para una película de súper héroes. Sólo la trilogía de X-Men puede hacerle sombra a este respecto.
ResponderEliminar¿Aciertos de la película? Casi todos. Para empezar una banda sonora acojonante, perfectamente sincronizada con las imágenes que se nos muestran en pantalla. Para continuar, una sólida historia llena de giros argumentales capaz de sorprenderte a cada minuto. A lo anterior habría que añadir unas escenas de acción perfectamente coreografiadas y alternadas con aquellas otras en las que se sustenta la trama de la historia y el impresionante retrato psicológico de los personajes. Y cómo no destacar la principal incorporación de esta entrega al ya amplio arsenal del hombre murciélago: la Batmoto, simplemente preciosa y perfecta para aumentar la espectacularidad de algunas de las escenas de acción.
En realidad uno de los pocos peros de la película es la elección de Mary Gyllenhaal para interpretar a Rachel y es que la falta de química existente tanto con Bale como con Eckhart impide explotar plenamente una de las grandes bazas de la película. Y mira que no soy fan de Holmes, pero se la echa mucho de menos.
Y aquí llega mi gran desazón: ¿encontrará Nolan otro actor capaz de encarnar al Joker con la maestría de Ledger? Y es que, aunque imagino que no se lo darán, para mí es el claro candidato al óscar como mejor actor: la viva imagen de la maldad, la inmoralidad y la locura. Una actuación simplemente perfecta. Sin duda,la mejor de su, desgraciadamente, corta carrera cinematográfica.
Bueno, no nos olvidemos de "Brokeback Mountain", también ahí estaba magnífico. Para la próxima película ya circulan no pocos rumores, entre ellos que Johnny Depp podría ser Enigma y Philip Seymour Hoffman el pingüino. Parece que Joker queda (de momento) aparcado en la saga.
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