Leer crítica completa en La ButacaQue en los tiempos en los que el thriller se reinventa en forma y fondo aparezca un proyecto como Blindado, dispuesto a una formulación más clásica, debería ser un hecho más que plausible. Sin embargo, Nimród Antal acaba por desechar el potencial espíritu de serie B, el del thriller de segunda mano de escasas pretensiones y preferiblemente marcado por la virilidad. La exquisitez que podía esconderse tras los convencionalismos de Blindado residía en la esencia primaria ligada al subgénero (...) Pero predomina el artefacto frente a la víscera, el cliché frente a la desinhibición barriobajera. Y de ahí su fracaso. Las tripas y la testosterona quedan relegadas, y la idea de masculinidad inapelable (presupuesta, atendiendo a la carta de presentación y coordenadas del producto), risiblemente contradicha.
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