viernes, abril 02, 2010

Fellini y McDonagh, vía El Bosco

El Bosco es tangente a dos títulos tan distanciados entre sí como maravillosos. De otra manera, Y la nave va (Federico Fellini, 1980) y Escondidos en Brujas (Martin McDonagh, 2008) difícilmente estarían destinadas a encontrarse. Existe, sin embargo, esa conexión entre la cinta más barroca y afectada de Fellini (con permiso de su Casanova) y la imprescindible comedia negra (negrísima) existencialista que es la de McDonagh.

1. Y la nave va propone el viaje de los locos, aquí un grupo de artistas y aristócratas que celebran, con toda la solemnidad de la decadencia, el funeral en alta mar de una gran diva de la ópera. La crónica de ese viaje, dicen Pilar Pedraza y Juan López Gandía (1), también se debe a la Das Narrenschift medieval, La nave de los necios de Sebastian Brant, una colección de grabados que servían a la crítica velada de tipos varios de necedad y estupidez en estamentos varios de la sociedad. El Bosco portó esa crítica a su jardín del bien y del mal, a los abismos de la locura en su óleo La nave de los locos, donde observamos a monjas, bufones y borrachos abandonados al vicio y profanidad, mientras el Diablo espía entre las hojas.


Fellini se cuida de diseñar perversamente a sus propios locos, todos relacionados en diferentes medidas con el mundo de la música. Y la nave va adopta forma de elegía sin rumbo y demente, una suerte de infierno musical de El Bosco en el que toda moralidad ha quedado devastada y a la deriva. Sobre la cubierta,sólo quedan seres atrofiados, cadavéricos chiflados, histerias y vanidades infinitas y un rinoceronte enfermo.


2. El Bosco se respira en la misma atmósfera de Brujas tanto como la ansiedad existencial, de sus protagonistas, particularmente la de Ray (Colin Farrell). Brujas es el purgatorio que El Bosco ha pintado para los personajes de McDonagh, quienes, encallados a la espera de un veredicto, practican turismo infame o comparten su nihilismo atroz en fiestas privadas con enanos estrellas de cine y prostitutas de Amsterdam. Al final es Jimmy (Jordan Prentice), ese enano, el que confirma y abre las puertas a la definitiva pesadilla bosquiana: el menudo protagonista de esa película que algo tiene que ver con Amenaza en la sombra (Nicolas Roeg, 1973) adelanta a Ray que el niño psicópata al que interpretaba resulta ser, en última instancia, un buen chico. Poco después, la persecución por parte de Harry (Ralph Fiennes) a Ray se adentra en las bambalinas del rodaje donde extras ocultos bajo máscaras adoptan las formas extrañas de las criaturas de El Bosco y observan impertérritos en medio de una tremebunda pesadez surreal, envolviendo la agonía de uno y el desconcierto del otro. Asoma el infierno en el purgatorio belga, con o sin redención para sus protagonistas, atrapados en una pesadilla diseñada desde el imaginario heredado del pintor flamenco.


(1) PEDRAZA, Pilar y LÓPEZ GANDÍA, Juan. Federico Fellini. Cátedra.

Fotogramas de Escondidos en Brujas - Copyright © 2008 Blueprint Pictures, Focus Features, Film4 y Scion Films. Fotos por Jaap Buitendijk. Distribuida en España por Universal Pictures International Spain. Todos los derechos reservados.

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