Casi tres décadas después, J.J. Abrams encuentra en su último trabajo ese punto de intersección ideal que concilia la sensibilidad Amblin que en su caso significó motor e inspiración de una carrera meteórica, y sus consabidas ambiciones como gurú de una renovación del discurso audiovisual, que también tiene por base lo humano y lo dionisíaco. Decir que Super 8 es un homenaje a los impagables placeres que la productora de Steven Spielberg tradujo en educación cinematográfica de una entera generación de espectadores y artistas, es quedarse corto.
En la imagen: Cartel promocional de Super 8, película distribuida en España por Paramount Pictures Spain © Amblin Entertainment, Bad Robot y Paramount Pictures. Todos los derechos reservados.
A mi super8 me parece un quiero y no puedo. Un intento de aproximarse al espíritu de películas ochenteras del estilo ET o los Goonies, pero se queda en eso, en un intento.
ResponderEliminarLa historia está manida hasta más no poder y los personajes de los niños son arquetípicos hasta la nausea: el gordo listillo, el pequeñajo cabroncete, el prota que acaba de sufrir una desgracia y la chica guapa.
Entretenida es, pero desde luego, cualquier comparación con las ya mencionadas ET, los Goonies o Cuenta Conmigo, por ejemplo, es un auténtico insulto.
Una pelicula como las de los 80, la verdad es que me parecio fantastico el trabajo del guion, y el papel de los niños.
ResponderEliminarA mi me gusto mucho, hace sentir el cine desde dentro y la ilusion por el mismo, mezclado con la ciencia ficcion.