lunes, octubre 09, 2006

Los Tenenbaums. Una familia de genios.



Comedias hay muchas y de muchos tipos. De todos los colores y pretensiones, las rayanas en lo burdo y las inteligentes, las escatológicas y las del absurdo, las de chiste fácil y gag directo o las complejas y difíciles de escrutar, las juveniles, las infantiles, las familiares... La película de Wes Anderson, Los Tenenbaums. Una familia de genios, no pertenece a ninguna de esas. Tal vez uno de sus vértices podría rozar el concepto de comedia familiar, pero se encuentra tan alejada de los cánones de dicho género que el mejor desiginio para esta rara película es el de inclasificable.

La extravagancia de Anderson cuenta la historia de una familia que antaño fueron genios en diversos campos, alcanzando grandes logros. El patriarca Royal Tenenbaum (Gene Hackman) y su mujer Etheline Tenenbaum (Angelica Huston) tuvieron tres hijos: Chas (Ben Stiller) demostró unas dotes sobrenaturales para las finanzas desde pequeño, aplicándolas en el sector inmobiliario; Margot (Gwyneth Paltrow), hija adoptada de los Tenenbaum, fue una brillante y precoz dramaturga; Richie Tenenbaum (Luke Wilson) fue campeón junior de tenis de los Estados Unidos durante 3 años seguidos y su carrera siguió en progreso hasta que un desastroso y estrafalario partido le apartó de las pistas. Con este panorama y a modo de relato cronológico en forma de capítulos, el prólogo de Los Tenenbaums cuenta la época en que los miembros ya presentados de la familia eran auténticos genios y gozaban de reconocimiento. Cuando llegamos al punto crítico de la evolución de Chas, Margot y Richie, el anónimo narrador (la voz es la de Alec Baldwin) retoma el libro a partir del capítulo 1 y entonces la historia da un salto en el tiempo. 17 años después, la familia está completamente rota y disgregada. Chas tiene dos gemelos y es viudo, Richie vive en un crucero dando tumbos por los océanos del mundo, Margot vive infelizmente casada con un aburrido neurólogo (Bill Murray) y Elijah, un antiguo amigo de la familia interpretado por Owen Wilson, se ha convertido en un escritor de éxito además de un drogadicto. Pero la aparición estelar será la de Royal Tenenbaum. Tras ser expulsado del hotel donde residió desde su divorcio con Etheline (quien ha pasado por varios pretendientes y ahora sopesa si aceptar el matrimonio que le ha ofrecido Henry Sherman, su brillante pero nada galán compañero de trabajo), decide hacer un último esfuerzo por reunificar a una familia en la que prácticamente nadie le dirige la palabra ya. La treta escogida por Royal será la de fingir un cáncer de estómago que le haga ser el centro de la compasión de sus allegados, recobrar así el amor de estos y recuperar a su mujer de los brazos de Sherman.

Ya desde el principio se puede atisbar un precepto bien claro en esta tragicomedia de Wes Anderson: Los Tenenbaums descansa sobre dos pilares maestros que son su compensado y reconocible reparto y su extraño guión fruto del propio Anderson y de Owen Wilson. En lo que a la parte de los actores se refiere, el más brillante sin duda es Hackman, haciendo de abuelo miserable y capaz de valerse de cualquier treta para lograr su objetivo. El personaje de Royal, sin dejar de resultarnos despreciable, acaba resultándonos eminentemente entrañable y hace que le perdonemos todos sus pecados tras haber logrado esa unión familiar que tanto había ansiado. Siendo el personaje central de Los Tenenbaums, le acompañan otros mucho más indescriptibles como son los propios hijos de Royal. Tanto Ben Stiller como Luke Wilson son los triunfadores en esa pugna por parecer "el bicho más raro". Se trata de personajes aparentemente absurdos que destapan sus motivaciones y sus sentimientos a lo largo de la película, sin estallar emocionalmente pero siempre al borde de la crisis. Si bien personajes como Margot y su marido son más discretos y otros como Etheline resultan poco trabajados, el mosaico familiar que Anderson acaba creando es sólido, amén de bizarro. En cuanto al segundo pilar, el guión de Los Tenenbaums pretende ser simple pero notoriamente particular. Tan particular que se vale de gags esporádicos que dejan lugar a alguna sonrisa pero nunca a la carcajada desternillante. Parece como si en ningún momento se quisiera dejar de lado el drama familiar, pero sin dejar tampoco de tomárselo en broma. Los tintes de humor inteligente que salpican los diálogos no son tan abundantes y la impresión que van dejando estos Tenembauns a lo largo de la película es que Anderson han escrito un texto que toma como principales armas la rareza y el desconcierto. Un ejemplo evidente es cuando Royal está explicando la historia de cómo conoció a su inseparable amigo indio Pagoda, afirmando que el fue quien le llevó al hospital tras ser apuñalado:

- "¿Y quién te apuñaló?"
- "Él mismo. Habían puesto precio a mi cabeza".

Tras una dosis considerable de ese humor surrealista y rayante en lo friki, Los Tenenbaums. Una familia de genios deja una sensación agradable y la impresión de "no ha sido para tanto". Buenos actores que interpretan a personajes raros en situaciones aún más raras (pero que de alguna manera acaban cayendo simpáticos) y un empeño constante en sorprender con escenas que a veces no son todo lo divertidas que debieran ser. Podría añadir aquí que su director pretendió una alegoría a la destrucción de la unidad familiar y etcétera, etcétera, pero no parecen ser esas las intenciones de una película que, si bien insiste en desmarcarse de cualquier otra comedia para (todo sea dicho) convertirse en clara referencia, no parece reunir los suficientes valores para que sea tildada de importante o inolvidable para el espectador. Los Tenenbaums son una familia que bien podría merecer un estudio psicoanalítico en profundidad, pero que, más allá de evocar una sonrisa con su recuerdo, no deja la imborrable huella cómica que desearía tanto en el respetable como en el celuloide. Una rareza.
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The Royal Tenenbaums. Estados Unidos. 2001. 109'.
Director: Wes Anderson.
Guión: Wes Anderson y Owen Wilson.
Fotografía: Robert D. Yeoman.
Montaje: Daniel R. Padgett y Dylan Tichenor.
Diseño de producción: David Wasco.
Dirección artística: Carl Sprague.
Vestuario: Karen Patch.
Decorados: Carolyn Cartwright y Sandy Reynolds-Wasco.
Producción: Wes Anderson, Barry Mendel y Scott Rudin.
Producción ejecutiva: Owen Wilson y Rudd Simmons.
Intérpretes: Gene Hackman (Royal O'Reilly Tenenbaum), Anjelica Huston (Etheline Tenenbaum), Ben Stiller (Chas Tenenbaum), Gwyneth Paltrow (Margot Helen Tenenbaum), Luke Wilson (Richie 'Baumer' Tenenbaum), Owen Wilson (Elijah Tenenbaum), Danny Glover (Henry Sherman), Bill Murray (Raleigh St. Clair), Seymour Cassel (Dusty), Kumar Pallana (Pagoda), Alec Baldwin (voz del narrador), Grant Rosenmeyer (Ari Tenenbaum), Jonah Meyerson (Uzi Tenenbaum).
Puntuación: 7
Sigue conociendo a la familia...
http://www.labutaca.net/52berlinale/theroyaltenenbaums.htm (sobre la peli)
http://www.royaltenenbaums.com/ (página web oficial)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1195 (crítica)

3 comentarios:

  1. Tanto esta pelicula como la siguiente de Wes Anderson (life aquatic, incrible Bill Murray)me parecieron dos tipos de comedia distintas a las demas, surrealistas como bien has dicho.

    De los hijos me quedo sin lugar a dudas con Luke Wilson, y de los momentos mas graciosos que recuerdo fue ver aparecer a Ben Stiller con sus hijos todos igual vestidos, o cuando el abuelo Tenennbaum se va por ahi con sus nietos.

    Gene Hackman genial, y para mi momentazo tambien Bill Pullman (que siempre me ha parecido increible) con su niño experimento

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  2. Murray, no Pullman :p Sí, esa escena me pareció buena (la del niño amnésico-daltónico y nosequé más y el cuadrado rojo). Otro detalle que me hizo bastante gracia fue el de los ratones-dálmatas que andan pululando por la casa durante toda la película.

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  3. ostras cierto, murray, jejeje ande tendria la cabeza

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