...o la pintoresca aventura de un sucio, bruto y vulgar kazajo en la 'civilización'. Ese es Borat, claro. O Sacha Baron Cohen, antes Ali G. Nunca fue tan difícil criticar una película tan crítica con la realidad que describe, sin dejar un solo momento de mofarse de ella y hacer partícipe al público.
Y digo difícil por su capacidad para generar tanta repulsión como admiración. Sería tan injusto elevar Borat como una comedia revolucionaria como tildarla de película vulgar y burda. El caso es que está a medio camino de ambas cosas. Borat es escatológica, bestia y absolutamente descargada de cualquier tipo de buen gusto (hasta el punto de hacernos replantear qué lo es y qué deja de serlo), pero a la vez es totalmente despiadada en su mirada hacia la sociedad americana, un mosaico de culturas y gentes visto además desde un sujeto construido desde los prejuicios propios de una sociedad kazaja aparentemente en las antípodas de la nueva que descubre. Resulta divertidísimo y a la vez incómodo ver a un pobre inocente adentrarse en la jungla de Nueva York (con guiño a Cowboy de Medianoche inclusive) donde ríos de gente van y vienen sin atisbo de calidez humana alguna. Borat no tarda en comprender que puede ir olvidándose de la familiaridad de su pueblo y su gente, salvo excepciones que vienen, paradójicamente, dadas por dos subculturas y en dos encuentros generalmente repudiados por el resto de la gente: un desfile del orgullo gay y un encuentro con un grupo de chavales negros de los suburbios. Borat se ve abordado por las contradicciones de un mundo tan luminoso como hipócrita, tan presumido de su heterogeneidad pero tan repleto de odio hacia lo diferente...
Por tanto, uno puede afirmar sin miedo a equivocarse que Borat es un experimento sociológico de primera orden. El problema es que se vale del 'todo vale' y de una absoluta grosería para realizar su crítica, reventando las fronteras de lo 'políticamente correcto' y con claros altibajos en su línea de humor. A veces nos sorprende con arrebatos de brillante humor dado, casi siempre, por los equívocos de Borat debido a su ignorancia respecto a su entorno, para luego regalar con una escena tan gratuita y tan hiriente a la vista del espectador como es la escena de la pelea en el hotel, tan desagradable como innecesaria. Borat es sinónimo de polémica, es su razón de ser y la controversia su punto de partida, pero saldría ganando si aceptara dejar de lado determinadas escenas que no aportan nada al conjunto.
En todo este tinglado hay un responsable, protagonista, alma e impulsor que es el cómico Sacha Baron Cohen. Él es el centro y alter ego de Borat, un personaje que podría haber fracasado rotundamente y, sin embargo, triunfa gracias al buen hacer y enorme carisma del autor. Se podría decir que Baron Cohen buscaba un vehículo para dar rienda suelta a sus perversiones y utilizarlas como arma de doble filo, punzante como pocas, contra la supuesta primera sociedad del supuesto primer mundo ¿El resultado? una comedia tan inclasificable como delirante.
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Borat. Estados Unidos. 2006. 84'.
Director: Larry Charles.
Guión: Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Peter Baynham y Dan Mazer; basado en un argumento de Sacha Baron Cohen, Peter Baynham, Anthony Hines y Todd Phillips.
Música: Erran Baron Cohen.
Montaje: Peter Teschner y James Thomas.
Fotografía: Anthony Hardwick y Luke Geissbuhler.
Vestuario: Jason Alper.
Dirección artística: David Maturana.
Producción: Sacha Baron Cohen y Jay Roach.
Intérpretes: Sacha Baron Cohen (Borat), Ken Davitian (Azamat).
Puntuación: 6
La boratmanía en la red...
http://www.labutaca.net/films/47/borat.htm (sobre la peli)
http://www.fanzinedigital.com/articulo.php?sec=c&cod=2610&tm=3&al= (critica de la peli)
http://www.fox.es/borat/ (web oficial España)
http://www.boratmovie.com/ (web oficial Estados Unidos)
http://es.wikipedia.org/wiki/Sacha_Baron_Cohen (sobre Sacha Baron Cohen)
Y digo difícil por su capacidad para generar tanta repulsión como admiración. Sería tan injusto elevar Borat como una comedia revolucionaria como tildarla de película vulgar y burda. El caso es que está a medio camino de ambas cosas. Borat es escatológica, bestia y absolutamente descargada de cualquier tipo de buen gusto (hasta el punto de hacernos replantear qué lo es y qué deja de serlo), pero a la vez es totalmente despiadada en su mirada hacia la sociedad americana, un mosaico de culturas y gentes visto además desde un sujeto construido desde los prejuicios propios de una sociedad kazaja aparentemente en las antípodas de la nueva que descubre. Resulta divertidísimo y a la vez incómodo ver a un pobre inocente adentrarse en la jungla de Nueva York (con guiño a Cowboy de Medianoche inclusive) donde ríos de gente van y vienen sin atisbo de calidez humana alguna. Borat no tarda en comprender que puede ir olvidándose de la familiaridad de su pueblo y su gente, salvo excepciones que vienen, paradójicamente, dadas por dos subculturas y en dos encuentros generalmente repudiados por el resto de la gente: un desfile del orgullo gay y un encuentro con un grupo de chavales negros de los suburbios. Borat se ve abordado por las contradicciones de un mundo tan luminoso como hipócrita, tan presumido de su heterogeneidad pero tan repleto de odio hacia lo diferente...
Por tanto, uno puede afirmar sin miedo a equivocarse que Borat es un experimento sociológico de primera orden. El problema es que se vale del 'todo vale' y de una absoluta grosería para realizar su crítica, reventando las fronteras de lo 'políticamente correcto' y con claros altibajos en su línea de humor. A veces nos sorprende con arrebatos de brillante humor dado, casi siempre, por los equívocos de Borat debido a su ignorancia respecto a su entorno, para luego regalar con una escena tan gratuita y tan hiriente a la vista del espectador como es la escena de la pelea en el hotel, tan desagradable como innecesaria. Borat es sinónimo de polémica, es su razón de ser y la controversia su punto de partida, pero saldría ganando si aceptara dejar de lado determinadas escenas que no aportan nada al conjunto.
En todo este tinglado hay un responsable, protagonista, alma e impulsor que es el cómico Sacha Baron Cohen. Él es el centro y alter ego de Borat, un personaje que podría haber fracasado rotundamente y, sin embargo, triunfa gracias al buen hacer y enorme carisma del autor. Se podría decir que Baron Cohen buscaba un vehículo para dar rienda suelta a sus perversiones y utilizarlas como arma de doble filo, punzante como pocas, contra la supuesta primera sociedad del supuesto primer mundo ¿El resultado? una comedia tan inclasificable como delirante.
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Borat. Estados Unidos. 2006. 84'.
Director: Larry Charles.
Guión: Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Peter Baynham y Dan Mazer; basado en un argumento de Sacha Baron Cohen, Peter Baynham, Anthony Hines y Todd Phillips.
Música: Erran Baron Cohen.
Montaje: Peter Teschner y James Thomas.
Fotografía: Anthony Hardwick y Luke Geissbuhler.
Vestuario: Jason Alper.
Dirección artística: David Maturana.
Producción: Sacha Baron Cohen y Jay Roach.
Intérpretes: Sacha Baron Cohen (Borat), Ken Davitian (Azamat).
Puntuación: 6
La boratmanía en la red...
http://www.labutaca.net/films/47/borat.htm (sobre la peli)
http://www.fanzinedigital.com/articulo.php?sec=c&cod=2610&tm=3&al= (critica de la peli)
http://www.fox.es/borat/ (web oficial España)
http://www.boratmovie.com/ (web oficial Estados Unidos)
http://es.wikipedia.org/wiki/Sacha_Baron_Cohen (sobre Sacha Baron Cohen)
Estoy de acuerdo... Hay escenas en la película en las que dices: "Eso está feo..."
ResponderEliminarJajajajajajajajajaja
ResponderEliminarjajajaja Qué grande...
ResponderEliminarVer el cartel de la película un lunes a las 8 de la mañana sin haber desayunado me pone la piel de gallina.
ResponderEliminarPero bueno, quiero verla igualmente. El fardahuevos verde fluorescente no me ha hecho escarmentar.