Tras su celebrada y ya imprescindible trilogía de la venganza, el coreano Park Chan-wook sorprende a propios y extraños con un giro de 180º en su filmografía que deja atrás épicas y premisas temáticas en torno a la venganza para seguir sorprendiendo como uno de los cineastas más talentosos y reseñables del panorama cinematográfico internacional en general y del resurgir de la cinematografía coreana en particular. Al alcance de muy pocos está la capacidad de tomar uno de los problemas más arraigados a la sociedad moderna como es la anorexia y tornarlo en el centro de un realista y crudo relato de fantasías varias constreñidas en las paredes de un sanatorio mental.
Desde los primeros compases, Soy un cyborg se revela compleja, difícil de escrutar en su diluida frontera entre la realidad y la ficción de tanto su protagonista Lim Soo-jung (Cha Young-goon) como del resto de los variopintos personajes que la rodean en el manicomio en el que está ingresada. Young-goon se cree desde temprana edad un cyborg, lo cuál le lleva a tener un accidente que precipitará su internamiento. A partir de ese momento, Soy un Cyborg asienta las bases de un universo hermético, crudísima realidad compuesta de locuras de todas las condiciones y dementes sueños que son explicados como consecuencias más o menos directas de aterradores traumas que un deshumanizado mundo exterior ha confinado al encierro. La temática pues, nos remite inmediatamente al precedente de Milos Forman y Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), pero cabe distinguir rápidamente que, mientras Forman miraba locura con un realismo que la hacía rayana en el relato de terror, Chan-wook lo hace sumergiéndose en los mundos fantásticos de sus inclasificables personajes, los cuales le abren la puerta a delirios visuales protagonizados por una mujer que se cree capaz de volar al frotar sus calcetines mágicos u otro paciente con el complejo del mismísimo hombre menguante. Con un tono enfermizo, opresivo pero nunca exento de cierto humor frío, Park Chan-wook pone en escena fantasías varias que apenas si nos permiten realizar una distinción clara de los límites de la realidad misma. De ahí que nos encontremos ante un cine codificado, difícil de digerir cuando se deja llevar por excesos demenciales y oscilante entre una frialdad narrativa que nos hace sentir incómodos y una humanidad atribuida a Lim Soo-jung que nos pone de parte de su fracaso en el propósito de deshumanizarse como el cyborg que es.
Visualmente rutilante, de nuevo Park Chan-wook vuelve a demostrarse como uno de los principales renovadores de la imagen en la nueva ola de cine coreano que venimos celebrando en los últimos años. Desde lentes que distorsionan la visión angular para adaptarse al punto de vista de la cyborg a iluminaciones y colores imposibles, extravagancias visuales más propias de los particulares universos de Terry Gilliam y Michel Gondry, que aquí nos sumergen en un contexto a priori imposible para el espectador. No observamos la locura, sino que somos parte de ella con esta una fábula que protesta ante la mecanización del mundo moderno y nos muestra, de forma eficaz, cómo pueden existir más restos de humanidad en el comportamiento de aquellos que aparentemente perdieron toda conciencia de la misma que en los mismos enfermeros y su condescendencia y falsa empatía para con los enfermos. Así, Soy un cyborg sigue ostentando una de las cualidades del cine de Chan-wook, la ilimitada crudeza de sus conclusiones, aquí alcanzada a través de una improbable amalga de realismo y fantasía que además es contexto para el amor primario entre Young-Goon y Park Il-sun (Jung Ji-hoon), amor puro asemejado al primer amor nacido entre dos infantes incapaces de comunicar con fluidez sus sentimientos. Amor también refrendado por la calidad de sendas actuaciones y en especial la de Lim Soo-jung, excelente como personaje frío, mecánico, resistiéndose al proceso de humanización al que, obviamente, acabará sucumbiendo. Y sin embargo, es un amor este que se ve afectado en demasía por el tono frío que nutre la obra de Park Chan-wook y que sitúa más al espectador en la incomodidad derivada del tratamiento de la locura y la anorexia como temas centrales de la película, que en la emotividad que alcanza, con mayor dificultad, en pasajes como aquel en que Young-Goon es tutelada por Park Il-sun y animada por el resto de los enfermos a comer su primer bocado de comida.
La estructura de la obra se encuentra asimétricamente ordenada en cuanto a la progresiva irrealización de las leyes que rigen un cyborg, aquí ilustradas en un libro con los dibujos correspondientes que recuerda lejana y tiernamente a aquel cuento ilustrado que se nos narraba en El verano de Kikujiro (Kikujiro no natsu, Takeshi Kitano, 1998). Esto se suma al haber de aciertos de Soy un cyborg, como un plus de originalidad añadido a una propuesta de planteamientos sencillos, y compleja ejecución y comprensión. El éxito de Park Chan-wook en la transmisión al público de la misma es, por tanto, doblemente meritorio, tanto como obra de premisas inéditas (que además supone un giro radical en la dirección de su filmografía), como película que sigue consolidando el lenguaje audiovisual único que define a uno de los autores más importantes del cine internacional.
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Saibogujiman kwenchana. Corea del Sur. 2006. 105'.
Dirección: Park Chan-wook.
Guión: Chung Seo-kyung y Park Chan-wook.
Producción: Lee Chun-young.
Música: Hong Dae-sung y Hong Yoo-jin.
Fotografía: Chung Chung-hoon.
Montaje: Kim Sang-bum y Kim Jae-bum.
Diseño de producción: Oh Jae-gwan.
Vestuario: Cho Sang-kyung.
Interpretación: Lim Soo-jung (Cha Young-goon), Jung Ji-hoon (Park Il-soon), Choi Hee-jin (Choi Seul-gi), Lee Young-nyeo (madre de Young-goon), Yoo Ho-jung, Sohn Young-soon (abuela de Young-goon), Lee Kyung-eun (paciente), Joo Hee (Sohn Eun-young), Lee Young-mi (Oh Seul-mi).
Puntuación: 6,8
Soy un cyborg en la red...
http://www.labutaca.net/films/51/imacyborgbutthatsok.htm (sobre la película)
http://en.wikipedia.org/wiki/I%27m_a_Cyborg,_But_That%27s_OK (sobre la película, en inglés)
http://en.wikipedia.org/wiki/Park_Chan-wook (sobre Park Chan-wook, en inglés)
http://ellamentodeportnoy.blogspot.com/2006/05/triloga-de-la-venganza-chan-wook-park.html (sobre la trilogía de la venganza)
Desde los primeros compases, Soy un cyborg se revela compleja, difícil de escrutar en su diluida frontera entre la realidad y la ficción de tanto su protagonista Lim Soo-jung (Cha Young-goon) como del resto de los variopintos personajes que la rodean en el manicomio en el que está ingresada. Young-goon se cree desde temprana edad un cyborg, lo cuál le lleva a tener un accidente que precipitará su internamiento. A partir de ese momento, Soy un Cyborg asienta las bases de un universo hermético, crudísima realidad compuesta de locuras de todas las condiciones y dementes sueños que son explicados como consecuencias más o menos directas de aterradores traumas que un deshumanizado mundo exterior ha confinado al encierro. La temática pues, nos remite inmediatamente al precedente de Milos Forman y Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), pero cabe distinguir rápidamente que, mientras Forman miraba locura con un realismo que la hacía rayana en el relato de terror, Chan-wook lo hace sumergiéndose en los mundos fantásticos de sus inclasificables personajes, los cuales le abren la puerta a delirios visuales protagonizados por una mujer que se cree capaz de volar al frotar sus calcetines mágicos u otro paciente con el complejo del mismísimo hombre menguante. Con un tono enfermizo, opresivo pero nunca exento de cierto humor frío, Park Chan-wook pone en escena fantasías varias que apenas si nos permiten realizar una distinción clara de los límites de la realidad misma. De ahí que nos encontremos ante un cine codificado, difícil de digerir cuando se deja llevar por excesos demenciales y oscilante entre una frialdad narrativa que nos hace sentir incómodos y una humanidad atribuida a Lim Soo-jung que nos pone de parte de su fracaso en el propósito de deshumanizarse como el cyborg que es.
Visualmente rutilante, de nuevo Park Chan-wook vuelve a demostrarse como uno de los principales renovadores de la imagen en la nueva ola de cine coreano que venimos celebrando en los últimos años. Desde lentes que distorsionan la visión angular para adaptarse al punto de vista de la cyborg a iluminaciones y colores imposibles, extravagancias visuales más propias de los particulares universos de Terry Gilliam y Michel Gondry, que aquí nos sumergen en un contexto a priori imposible para el espectador. No observamos la locura, sino que somos parte de ella con esta una fábula que protesta ante la mecanización del mundo moderno y nos muestra, de forma eficaz, cómo pueden existir más restos de humanidad en el comportamiento de aquellos que aparentemente perdieron toda conciencia de la misma que en los mismos enfermeros y su condescendencia y falsa empatía para con los enfermos. Así, Soy un cyborg sigue ostentando una de las cualidades del cine de Chan-wook, la ilimitada crudeza de sus conclusiones, aquí alcanzada a través de una improbable amalga de realismo y fantasía que además es contexto para el amor primario entre Young-Goon y Park Il-sun (Jung Ji-hoon), amor puro asemejado al primer amor nacido entre dos infantes incapaces de comunicar con fluidez sus sentimientos. Amor también refrendado por la calidad de sendas actuaciones y en especial la de Lim Soo-jung, excelente como personaje frío, mecánico, resistiéndose al proceso de humanización al que, obviamente, acabará sucumbiendo. Y sin embargo, es un amor este que se ve afectado en demasía por el tono frío que nutre la obra de Park Chan-wook y que sitúa más al espectador en la incomodidad derivada del tratamiento de la locura y la anorexia como temas centrales de la película, que en la emotividad que alcanza, con mayor dificultad, en pasajes como aquel en que Young-Goon es tutelada por Park Il-sun y animada por el resto de los enfermos a comer su primer bocado de comida.
La estructura de la obra se encuentra asimétricamente ordenada en cuanto a la progresiva irrealización de las leyes que rigen un cyborg, aquí ilustradas en un libro con los dibujos correspondientes que recuerda lejana y tiernamente a aquel cuento ilustrado que se nos narraba en El verano de Kikujiro (Kikujiro no natsu, Takeshi Kitano, 1998). Esto se suma al haber de aciertos de Soy un cyborg, como un plus de originalidad añadido a una propuesta de planteamientos sencillos, y compleja ejecución y comprensión. El éxito de Park Chan-wook en la transmisión al público de la misma es, por tanto, doblemente meritorio, tanto como obra de premisas inéditas (que además supone un giro radical en la dirección de su filmografía), como película que sigue consolidando el lenguaje audiovisual único que define a uno de los autores más importantes del cine internacional.
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Saibogujiman kwenchana. Corea del Sur. 2006. 105'.
Dirección: Park Chan-wook.
Guión: Chung Seo-kyung y Park Chan-wook.
Producción: Lee Chun-young.
Música: Hong Dae-sung y Hong Yoo-jin.
Fotografía: Chung Chung-hoon.
Montaje: Kim Sang-bum y Kim Jae-bum.
Diseño de producción: Oh Jae-gwan.
Vestuario: Cho Sang-kyung.
Interpretación: Lim Soo-jung (Cha Young-goon), Jung Ji-hoon (Park Il-soon), Choi Hee-jin (Choi Seul-gi), Lee Young-nyeo (madre de Young-goon), Yoo Ho-jung, Sohn Young-soon (abuela de Young-goon), Lee Kyung-eun (paciente), Joo Hee (Sohn Eun-young), Lee Young-mi (Oh Seul-mi).
Puntuación: 6,8
Soy un cyborg en la red...
http://www.labutaca.net/films/51/imacyborgbutthatsok.htm (sobre la película)
http://en.wikipedia.org/wiki/I%27m_a_Cyborg,_But_That%27s_OK (sobre la película, en inglés)
http://en.wikipedia.org/wiki/Park_Chan-wook (sobre Park Chan-wook, en inglés)
http://ellamentodeportnoy.blogspot.com/2006/05/triloga-de-la-venganza-chan-wook-park.html (sobre la trilogía de la venganza)
a mi ya de entrada me parece una historia original y me apetece mucho verla... aunque aún no ha llegado, seguro que la traen cuando ya se me ha olvidado de que existe, así que muchas veces de las ganas que tengo de ver una peli soy poco objetiva...
ResponderEliminarEl problema es que no sabemos si ni siquiera se estrenará. En el circuito de distribución hay poco hueco para películas como esta, así que al final uno se las tiene que arreglar para verlas por su cuenta. En fin, una pena...
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