Groucho la bautizó como "el quinto hermano Marx". Fue una pieza indispensable para hacer que el humor de los hermanos alcanzara sus cotas más altas en algunas de sus películas más emblemáticas. Margaret Dumont actuó en 7 de las 13 películas que los hermanos hicieron juntos (13 si exceptuamos aquella bizarra reunión de viejas glorias que fue La Historia de la Humanidad [The Story of Mankind, Irwin Allen, 1957]). Su papel se repetía bajo los nombres de Mrs. Potter, Mrs. Rittenhouse, Mrs. Gloria Teasdal, Mrs. Claypool, Emily Upjohn, Mrs. Suzanna Dukesbury o Martha Phelps: la viuda aristócrata, no muy agraciada pero poseedora de una apetitosa fortuna; la dama que recibirá tantos halagos como desplantes de los hilarantes personajes de un Groucho. Desde el debut de los Marx en Los Cuatro Cocos (The Cocoanuts, Robert Florey y Joseph Santley, 1929), la Dumont ya se unía a la tríada cómica más célebre de la historia del cine y lo hizo como un perfecto secundario sobre el que se articulaban no pocas bromas de los hermanos en general y de Groucho en particular. Si la química entre Groucho Marx y Margaret Dumont fue tan eficaz en sus siete colaboraciones fue, paradójicamente, por la incomprensión tanto de la Dumont como de los personajes de la Dumont del humor frenético y alocado de los Marx, ese microcirco del absurdo que tantas veces y con tal increíble facilidad brotaba ante sus ojos. Groucho confirmó esta incomprensión al afirmar en una ocasión que rara vez Dumont entendía las bromas de los hermanos en los rodajes. Y la maravillosa paradoja viene dada por que esto, en lugar de alejarla del universo bufonesco de los Marx, la hacían más inherente al mismo, pues sus cortas miradas entre la incredulidad y el extrañamiento hacia Groucho tras cualquiera de sus insultos disfrazados, absurdidades geniales y demás sólo ella podía ejecutarlas para elevar la carcajada un punto más de lo imaginable. La impagable risa ante la perplejidad ante el absurdo.
La carrera de Dumont se saldó con cerca de medio centenar de películas y algunos episodios para la televisión. Entre sus incursiones más destacadas, compartió reparto con dos pares de genios de la comedia como fueron Laurel y Hardy (The Dancing Masters, Malcolm St. Clair, 1943) y Abbott y Costello (Little Giant, William A. Seiter, 1946). La Dumont ejerció el grueso de su carrera en la década de los 30 y la primera mitad de los 40, para desembocar en la televisión de los 50 y desaparecer paulatinamente en los 60. Su despedida cinematográfica llegó, por todo lo alto, con What a Way to Go! (J. Lee Thompson, 1964) haciendo de madre de Shirley MacLaine y compartiendo cartel con Paul Newman, Dean Martin, Robert Mitchum, Gene Kelly o Dick Van Dyke. Y pese a lo grandioso de su despedida, seguramente ella habría preferido decir adiós con un último chiste de Groucho. De todo lo que la comedia le debe a los inefables hermanos Marx, una parte inextricable le es debida a ella.
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ResponderEliminarEs curioso, era consciente de su permanente presencia en los films de los Marx, pero jamás me había parado a pensar en ello. Interesante post.
ResponderEliminarpero que buen blog!.
ResponderEliminarinteresante el dato de unamuno que me comentastes...suerte, saludos!
La familia Rufianes se siente más rastrera que cuando el Gobierno ocultó la crisis, pero se ve obligada a mendigar tu voto no por ganar el concurso, si no al menos para poder estar entre los tres finalistas y que el jurado valore su humor gráfico en vista a en un futuro poder salir en su periódico. Son así de vanidosos…
ResponderEliminarSi te gusta el blog y les votas, te darán las gracias. Si no, que ya sabemos que estas hasta lo cojon… de los spam, critícalos e insúltalos que eso les pone mucho. Y es que los trapos sucios se lavan en casa , o lo que es lo mismo, dirty clothes clean at home