Como película sobre la adicción y el juego, el debut de Muccino es una broma de mal gusto, máxime cuando vienen a la mente títulos como El hombre del brazo de oro; como cinta romántica, un pastel insoportablemente empalagoso; como discurso de la culpa, sus intentos a lo largo de la trama resultan invariablemente nulos; como aparato referencial, un intento desesperado por aspirar a la grandeza a través de Chet Baker o L’ atalante. Con todo, Muccino lo intenta, se regala el papel de buenazo irresistible y crea hermosas imágenes postizas mientras la partitura de Andrea Guerra remeda a Thomas Newman. Y así, tópico tras tópico, afectación tras afectación, Háblame de amor se construye sobre justificaciones dramáticas imposibles, retorcidas hasta llegar a la comedia involuntaria.Leer crítica completa en La Butaca
mala con ganas. Fui a verla pensando que era de gabrielle muccino. Silvio mejor que se quede como actor, que no lo hace mal.
ResponderEliminarYo lo vi blandito, blandito. Y la película, poco menos que abominable...
ResponderEliminarEn esta si, yo hablo mas bien de otras, que lo he visto en unas cuantas. Aunque se me hizo raro escucharlo en español, jeje
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