domingo, agosto 26, 2007

El ultimátum de Bourne



Poco probable parecía que una trilogía podía ir de menos a más hasta que llegó Bourne. Nadie imaginaba cuando en 2002 se estrenó El caso Bourne (Bourne Identity, Doug Liman) que el personaje creado por Robert Ludlum acabaría convirtiéndose en un referente del cine de acción en general y el de espías en particular, ni que acabara siendo objeto de comparaciones con el agente secreto por excelencia del cine, hasta hora sin rival en la pantalla.

En favor de la positiva progresión de la trilogía ha jugado la baza de que tanto El mito de Bourne (The Bourne Supremacy, 2004) como El ultimátum de Bourne estuvieran orquestadas por Paul Greengrass, curtido en el documental y responsable de United 93. En esta última entrega, Jason Bourne se propone dar respuesta a todas aquellas preguntas que han torturado su amnésica mente durante todos esos años: ¿Quién es? ¿Por qué es uno de los agentes especiales más letales y perfectos sobre la tierra? ¿Quién le convirtió en lo que es? ¿Con qué propósito?
El ultimátum de Bourne toma las virtudes que desprendía El mito de Bourne y las multiplica, constituyéndose como una muy recomendable cinta de acción. Desde el primer plano, Greengrass decide que no nos va a dar ni un segundo de respiro y así será hasta que los créditos finales aparezcan a ritmo de Moby. La tercera entrega de las aventuras del atormentado Bourne es la más frenética de las tres, la más trepidante y también la más internacional, ubicando sus pasajes de acción desbocada en escenarios como la estación Waterloo de Londres, la calle Norte en Madrid o los estrechos callejones de Tánger. Precisamente en la estación de Waterloo, en la que Bourne guía a un acorralado periodista de The Guardian que ha descubierto más de lo que debía, es donde la película alcanza su mayor cota de suspense. La escena es un prodigio de planificación, detalle y posiblemente ofrece la mejor lección de cine que la trilogía haya podido dar.

Y si esta tercera entrega alcanza el mejor nivel dentro la saga es debido a unos credenciales que ha ido perfeccionando. Mientras Greengrass planifica milimétricamente las escenas de acción, Matt Damon no tiene ninguna dificultad en interpretar un personaje que le viene hecho a medida y que viene acompañado por la veteranía y/o calidad de actores como Albert Finney (Big Fish, Erin Brockovich) o David Strathairn (Buenas noches, buena suerte). Si bien Julia Stiles sigue sin ostentar la suficiente fuerza para interpretar a Nicky, agente encubierta que intenta ayudar a Bourne, es innegable que el reparto raya a un nivel excelente y le hace ganar enteros al producto final.

Pero si decíamos que El ultimátum de Bourne es resultado de un proceso de perfeccionamiento respecto a las anteriores, no es menos de recibo decir que vuelve a reiterarse en uno de sus más irritantes defectos: la shaky cam, o meneo constante y nervioso de la cámara en las escenas de acción. Greengrass pretende una vez más hacernos partícipes del frenesí de la acción a través de los violentos y desbocados movimientos de cámara. En ese intento de contagiar al espectador del ritmo de la escena, muchos movimientos de las peleas de Bourne o de las persecuciones de coches (Ronin, de John Frankenheimer es el mejor ejemplo de cómo deben hacerse) se pierden en la pantalla sin que la retina haya tenido tiempo de incorporarlos plenamente. Esto, que a algunos les pueda parecer una virtud en favor de un rápido y más realista seguimiento de la acción, a servidor le parece un obstáculo para disfrutar de ella.

El caso es que, a pesar de sus defectos, la película que (supuestamente) cierra la trilogía ha constituido a Jason Bourne como uno de los personajes más interesantes del cine de acción, ligado a su condición de víctima a la par que a su condición como máquina de matar. Una identificación que va ligada a su ya también característica banda sonora, un acierto a todas luces del compositor John Powell que ha conseguido de la identificación agente-tema sonoro que en su día lograra otro John, este Barry, con el agente 007.
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The Bourne ultimatum. Estados Unidos. 2007. 111'.
Director: Paul Greengrass.
Guión: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi; basado en un argumento de Tony Gilroy; sobre la novela de Robert Ludlum.
Producción: Frank Marshall, Patrick Crowley y Paul L. Sandberg.
Música: John Powell.
Fotografía: Oliver Wood.
Montaje: Christopher Rouse.
Diseño de producción: Peter Wenham.
Vestuario: Shay Cunliffe.
Intérpretes: Matt Damon (Jason Bourne), Julia Stiles (Nicky Parsons), Joan Allen (Pamela Landy), David Strathairn (Noah Vosen), Paddy Considine (Simon Ross), Scott Glenn (Ezra Kramer), Edgar Ramírez (Paz), Albert Finney (Dr. Albert Hirsch).
Puntuación: 7
Conoce la verdadera identidad de Bourne...
http://www.labutaca.net/films/53/elultimatumdebourne.htm (sobre la peli)
http://www.bourne.es/ (web oficial España)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1506.html (sobre Matt Damon)
http://videos.cinemavip.com/informaciondecontenido.php?con=672 (video de entrevista a Matt Damon)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3211.html (sobre Paul Greengrass)

miércoles, agosto 15, 2007

Harry Potter y la Orden del Fénix



Aunque sé que mi fiel e inexistente público no me he echado de menos, he hecho un huequecito en mi abultada agenda para recuperar esa rara costumbre de ir al cine. La pobre desdichada que me ha tenido como espectador en estos tórridos días ha sido la quinta entrega de Harry Potter. Valga decir por adelantado que sólo he visto con anterioridad la segunda y tercera entrega, por lo que mi juicio puede verse afectado por la ignorancia (como siempre, vamos...).

Lo primero que uno anota al ver esta película es que después de las entregas estrenadas para la gran pantalla y los innumerables libros vendidos, mucho del trabajo que cualquier película necesitaría para atraer al espectador a las salas está hecho de sobras. Y quizá ese sea el detalle que más me ha molestado, ya que Harry Potter y la Orden del Fénix adolece de depender en exceso del resto de la saga y tiene escaso peso y trascendencia narrativa por sí misma. A ello sumaría un desarrollo un tanto atribulado y confuso que se centra y se olvida de detalles sin mucha explicación, algo que ya no creo que se pueda achacar al hecho de no haber seguido toda la saga.

Pero después de dar las malas noticias por adelantado, nos ponemos positivos. Mentiría si dijera que se ha descubierto en Daniel Radcliffe un gran actor, pero al margen del gran acierto y mérito que supone mantener al reparto original, también es cierto que Daniel logra llevar con suficiente soltura el peso de la película. De igual manera el resto del reparto cumple con su papel, aunque algunos de los personajes no se acaban de desarrollar todo lo que cabría desear. No obstante, pese a los pocos minutos con los que cuentan, me gustaría destacar a Ralph Fiennes y Helena Bonham Carter como grandes aciertos en el papel de villanos.

Actores aparte, una de las cosas que más me han sorprendido ha sido el hecho de contar con el desconocido David Yates como director, después de haber figurado en el cartel grandes nombres. Si bien, como he comentado, el trabajo ya estaba hecho y se puede decir que ha superado la prueba sin más contratiempos, aunque personalmente echo en falta un toque más oscuro como el de la tercera entrega.
Por otro lado, como cabe de esperar en una de magia, los efectos especiales son protagonistas de la película y posiblemente sean el punto que consigue hacer de la película un buen entretenimiento para una aciaga tarde veraniega. Y como esto ya es mucho escribir después de tanto tiempo, pues ya me he cansado de darle a las teclas. En definitiva, Harry Potter es lo que uno espera, algo que es muy de agradecer al acudir a una sala de cine, es decir, una película espectacular, con pocos huecos para aburrirse y apta para cualquier público.
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Harry Potter. Reino Unido y Estados Unidos. 2007. 138'.
Dirección: David Yates.
Guión: Michael Goldenberg, basado en la novela de J. K. Rowling.
Producción: David Heyman y David Barron.
Música: Nicholas Hooper.
Fotografía: Slawomir Idziak.
Montaje: Mark Day.
Diseño de producción: Stuart Craig.
Vestuario: Jany Temine.
Intérpretes: Daniel Radcliffe (Harry Potter), Rupert Grint (Ron Weasley), Emma Watson, (Hermione Granger), Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange), Michael Gambon (Albus Dumbledore), Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), Ralph Fiennes (Lord Voldemort), Brendan Gleeson (Alastor 'Ojoloco' Moody), Jason Isaacs (Lucius Malfoy), Gary Oldman (Sirius Black), Alan Rickman (Severus Snape), Maggie Smith (Minerva McGonagall), Imelda Staunton (Dolores Umbrigde), David Thewlis (Remus Lupin), Robert Hardy (Cornelius Fudge), Emma Thompson (Sybil Trelawney), Evanna Lynch (Luna Lovegood), Tom Felton (Draco Malfoy).
Puntuación: 6'5

Harry Potter, haz magia...
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3398.html?topic=4 (crítica de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1375.html (sobre Daniel Radcliffe)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1551.html (sobre Ralph Fiennes)

viernes, agosto 10, 2007

Grindhouse: Planet Terror



Volvemos a los zombis, muertos vivientes y coleando de última hornada que llegan de la mano de Robert Rodriguez y su correspondiente mitad de la acá desmembrada Grindhouse. O cómo realizar una sentida declaración de amor hacia el cine de terror cutre de antaño, aquel que jugaba en divisiones de la B para abajo.

Vaya por delante que Planet Terror es pura diversión. Se ríe con cariño de aquellas películas Grindhouse, se ríe de sí misma y contagia su humor a un espectador al que el metraje de la película se le pasa en un suspiro. Su encanto reside en la galería de FX y en su exhibición gore de sorprendente variedad que haría las delicias del mismísimo Cronenberg. Mutilaciones, mordeduras exageradas zombis granudos viscosos que le comen el cerebro a Stacy Ferguson 'Fergie', cantante de Black Eyed Peas, una go-go de discoteca con una letal arma por pierna... huelga decir que Planet Terror nunca se toma en serio a sí misma como en su día hicieran muchas de las películas a las que hoy hace referencia. Lo que consigue esta primera parte de Grindhouse es que nos acordemos de aquel cine olvidado en las estanterías de los videoclubs, rodado con presupuestos irrisorios para luego ser exhibido en dobles sesiones al precio de una entrada. Rodriguez procura que su película presente la más ínfima calidad de imagen, que el fotograma se queme a mitad proyección y un rótulo nos pida disculpas porque falta un rollo de película. Incluso la pandilla de coleguillas de Tarantino y Rodriguez, formada entre otros por Eli Roth (Hostel) no duda en atreverse con tráileres falsos, todo para dejarnos en el cuerpo la divertida sensación de habernos trasladado a una de aquellas exhibiciones de flamante cutrerío cinematográfico.

Así, la mezcla de humor y horror es la seña de identidad de Planet Terror, explotando las posibilidades de un vasto elenco de personajes desde un malvado militar y desencantado de la patria (Bruce Willis, con una confesión final de lo más hilarante) a la susodicha go-go de buen corazón y letal prótesis (la 'embrujada' Rose McGowan), pasando por un guerrilero coleccionista de los testículos de sus víctimas (Naveen Andrews, Sayid en Lost) o un siniestro doctor interpretado genialmente por Josh Brolin. Todos ellos se lo pasan igual de bien que Robert Rodriguez y que nosotros mismos con una historia que no deja de ser una barata variante de cualquier película de zombi (no tiene profundidad ninguna) pero a la que ciertamente no se le puede reprochar desde el momento en que sabemos cuales son sus pretensiones, las cuales logra con creces. Planet Terror son 97 minutos de divertimento cargado de homenajes (ciertamente, el cine de John Carpenter está entre ellos), referencias y guiños, algunos inescrutables para la mayoría de los mortales. Un proyecto fresco y sorprendente que merece salir exitoso en una empresa tan arriesgada como Grindhouse y que nos devuelve al mejor Robert Rodriguez, el de Sin City: Ciudad del pecado (2005).

A falta del estreno de Death Proof (Quentin Tarantino, 2007) para poder evaluar Grindhouse como el conjunto que es, Planet Terror cumple con el objetivo del proyecto: recupera el terror de serie B en estado puro, y lo hace consciente y orgulloso de convertirse en una delirante marcianada entre los blockbusters de la cartelera veraniega.
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Grindhouse: Planet Terror. Estados Unidos. 2007. 97'.
Dirección: Robert Rodriguez.
Guión: Robert Rodriguez.
Producción: Robert Rodriguez y Elizabeth Avellan.
Música: Robert Rodriguez.
Fotografía: Robert Rodriguez.
Montaje: Robert Rodriguez y Sally Menke.
Diseño de producción: Steve Joyner y Caylah Eddleblute.
Vestuario: Nina Proctor.
Intérpretes: Rose McGowan (Cherry), Marley Shelton (Dakota Block), Freddy Rodriguez (Wray), Josh Brolin (Dr. William Block), Jeff Fahey (J.T.), Michael Biehn (sheriff Hague), Naveen Andrews (Abby), Stacy Ferguson (Tammy), Rebel Rodriguez (Tony Block), Bruce Willis (Muldoon), Julio Oscar Mechoso (Romey), Nicky Katt (Joe), Hung Nguyen (Dr. Crane).
Puntuación: 7
Explora el Planeta Terror...
http://www.labutaca.net/films/54/planetterror.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3418.html (crítica de la peli)
http://www.grindhousemovie.net/ (web oficial de Grindhouse)
http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Rodriguez (sobre Robert Rodriguez)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2731.html (sobre Robert Rodriguez)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1349 (sobre Bruce Willis)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1681.html (sobre Quentin Tarantino)