sábado, abril 28, 2007

Boogie Nights



Antes de Magnolia, Paul Thomas Anderson ya había decidido tomar la senda del riesgo, la de la gran superproducción de larga duración y el cúmulo de secundarios genuinos y genialmente desarrollados. Fue en 1997 cuando Boogie Nights escandalizó a algunos y maravilló a unos cuantos más, fue cuando el nombre de su autor empezó a sonar como nuevo enfant terrible del cine independiente norteamericano, expectativa confirmada dos años después con su mencionada obra cumbre.

Boogie Nights es el retrato sórdido y al tiempo cariñoso de la industria pornográfica a caballo entre los 70 y 80. Dos personajes principales copan la atención de ese heterogéneo y complicadísimo retrato: por un lado, el rescatado Burt Reynolds desempeña su más mítico papel como el director de cine porno Jack Horner; por otro, un desconocido Mark Wahlberg hace de un talento adolescente que crecerá con la industria del porno y que le convertirá en la estrella Dirk Diggler o, en su defecto, Mr. 33 cm. La relación entre ambos personajes configura buena parte de Boogie Nights, relación de padre-hijo del todo incorrecta, del todo rupturista con cualquier convencionalismo o estereotipo familiar conservador (también entra en juego Amber [Julianne Moore], esposa de Horner y madre desolada que ansía el hijo cuya custodia perdió) , pero igualmente limitada y, a la postre, rota. La escena final en la fastuosa casa de Jack Horner no deja dudas en cuanto a los vínculos familiares que llegan a crearse entre los personajes de Boogie Nights. Muchos de esos personajes son irrefutablemente andersianos, secundarios de muy distinta condición que acabas conociendo a la fuerza porque los vuelves a ver en Magnolia y detrás de las mismas caras: Philip Seymour Hoffman como ese gay tierno pero destrozado por dentro desde que se enamora de Dirk; John C. Reilly, ese eterno y brillante secundario que aquí forma pareja artística con Dirk en una serie de películas que bien podrían ser una especie de Starsky y Hutch del porno; o William H. Macy, iluminador de las películas de Jack que ha de tragar con una esposa que folla con y delante de otros en las fiestas.



Además de por su espléndido reparto, Boogie Nights es una película notable por muchas otras cosas. Para empezar, el gusto de Anderson por mover la cámara a través de la gente en las fiestas, en las escenas corales, filmando una coreografía interpretativa brillante. En uno de esos planos secuencias de enorme complejidad, Anderson sorprende cuando finaliza el plano metiendo la cámara en la piscina justo antes contemplar un salto de Dirk desde el trampolín. Los (agradecidos) caprichos estéticos de los que se sirve Anderson (en otro momento de la película decide dividir la pantalla en cuatro), no obstante, no eclipsan nunca la increíble capacidad de este cineasta para contar historias y hacerlo siempre a partir de sus personajes. Desde el principio observamos su evolución, su paso por diferentes etapas que, por supuesto, lidiaran con el conflicto y la decadencia. En este sentido, no hay ninguna lección moral ni reprobatoria. Los personajes que forman parte de la industria no son castigados ni por su oficio ni su obscenidad, sino por su caída en el hoyo de la cocaína.

A través de un lustro, Boogie Nights da un repaso a la América obviada en el cine, la del "otro" cine, que encontró su cumbre por entonces y antes de que el formato del video llegara para cambiar por siempre su razón de ser. Ese viaje a través del submundo de la pornografía lo hacemos oyendo a imprescindibles de la época: The Beach Boys, E.L.O., Marvin Gaye o el mismo Mark Wahlberg riéndose de sí mismo como cantante en una desternillante escena ponen la música mientras Jack Horner y amigos follan como descosidos, se ponen hasta las cejas de drogas o se cargan a un tipo por accidente. El cierre de Boogie Nights es un broche de oro, una conclusión brillante en la que vemos a Wahlberg en un monólogo ante el espejo. Diggler se levanta y deja su cabeza fuera de plano, se desabrocha los pantalones y es Anderson, en un acto de provocación, el que muestra aquello que siempre sugirió y nunca enseñó. Es entonces cuando queda a la vista el enorme miembro y Dirk se despide recordándonos quién fue:

- "Soy una estrella. Una gran estrella. Soy una brillante y cegadora estrella... Eso es".
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Boogie Nights. Estados Unidos. 1997. 152'.
Director: Paul Thomas Anderson.
Guión: Paul Thomas Anderson.
Música: Michael Penn.
Fotografía: Robert Elswit.
Montaje: Dulan Tichenor.
Producción: Paul Thomas Anderson, Lloyd Levin, John S. Lyons y Joanne Sellar.
Intérpretes: Mark Wahlberg (Eddie Adams/Dirk Diggler), Burt Reynolds (Jack Horner), John C. Reilly (Reed Rothchild), Julianne Moore (Amber Waves/Maggie), Heather Graham (Brandy 'Rollergirl'), Don Cheadle (Buck Swope), Luis Guzmán (Maurice TT Rodríguez), Philip Seymour Hoffman (Scotty J.), William H. Macy (Little Bill).
Puntuación: 8
Boogie links...
http://www.imdb.com/title/tt0118749/ (sobre la peli)
http://tepasmas.com/curiosidades/boogien (curiosidades sobre la peli)
http://www.pasadizo.com/portada.jhtml?ext=1&cod=283 (sobre Paul Thomas Anderson)
http://www.imdb.com/name/nm0000608/ (sobre Burt Reynolds)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1419 (sobre Heather Graham)
http://es.wikipedia.org/wiki/Mark_Wahlberg (sobre Mark Wahlberg)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1470.html (sobre Julianne Moore)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1987.html (sobre William H. Macy)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2970.html (sobre Philip Seymour Hoffman)

martes, abril 24, 2007

El cartelón de Cannes

Entiéndase 'cartelón' por la agradable sorpresa que ha supuesto el cartel presentación de la nueva edición. Una genialidad de Alex Majori (fotógrafo de la prestigiosa agencia Magnum) en la que Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Penélope Cruz y, sobre todo Pedro Almodóvar, se lo pasan en grande...



...y entiéndase también por los nombres que competirán o presentarán película en un Festival que llega a su sexagésimo aniversario: Wong Kar-wai (My blueberry nights), Fatih Akin (Yasamin kiyisinda), Emir Kusturica (Promise me this), Michael Winterbottom (A mighty heart), Abel Ferrara (Go Go Tales), Michael Moore (Sicko), Gus Van Sant (Paranoid Park), los hermanos Coen (No country for Old Men), Alexander Sokurov (Alexandra) Quentin Tarantino (Death Proof) y, por fin... David Fincher y su esperadísima Zodiac.

sábado, abril 21, 2007

Las colinas tienen ojos



La típica familia de clase media-alta americana conduce su caravana por desierto profundo. Se han desviado de su ruta de camino a Los Ángeles, pero ha sido intencionadamente:"Big Bob", cabeza de familia y respetable policía, y su conservadora y religiosa esposa Eithel han heredado unas minas de plata de una difunta tía y quieren visitarla. En una gasolinera, un extraño anciano les advierte de olvidarse de esas minas ya explotadas y abandonadas, instándoles a continuar su camino.

Llegados a ese punto y sabedores de que hablamos de un clásico de culto del terror (y revisitado por Alexandre Aja en su remake de 2006), intuimos el peligro latente y, lo que es más temible, su cercanía. Las colinas tienen ojos era la segunda película de Craven tras La última casa a la izquierda y, en ella, este ex profesor de humanidades daba rienda suelta a toda su perversidad y crueldad como armas contra la modélica familia norteamericana. Las colinas tienen ojos se adhirió a otros títulos de los 70 como La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974) o Zombi (George A. Romero, 1978) e impulsó una renovación del terror en el cine americano tras unos 60 que habían sido época dorada de la Hammer británica y el cine giallo italiano. Con su sugestivo título, Las colinas tienen ojos hacía referencia al mal oculto entre las colinas que envuelven la inmensa estepa desértica en la que los Carter se ven obligados a permanecer tras el clásico desafortunado accidente. Ese mal es tan inusual como terrorífico: una familia de descarriados, estirpe de personas monstruosas que hubiera hecho las delicias de Tod Browning. Júpiter es su malévolo líder y cabeza de familia (diametralmente opuesto al ejemplar "Big Bob"), un ser extraordinario que nació con un tamaño descomunal y destinado a hacer el mal sin concesiones. Cuando Júpiter y su deleznable clan de mutantes divisan la desamparada situación de los Carter al pie de las colinas que habitan, no tardan en identificarlos como futura carnaza.



Las virtudes que hacen de Las colinas tienen ojos una tan interesante como inquietante película pasan por escenificar un sangriento enfrentamiento entre dos clases sociales opuestas y hacerlo con una creciente sensación de angustia. Se trata de una lucha a muerte, por la supervivencia de una de las dos familias sin mostrar la superioridad de ninguna sobre la otra. Si bien los Carter se muestran al principio indefensos y desconcertados ante el ataque de los de Júpiter, la reacción no tarda en hacerse obligada y habrán de recurrir a la inteligencia para superar a sus adversarios. Entre ellos, el más logrado es Michael Berryman como Plutón, cuyo aspecto terrorífico consigue que su presencia sea la más perturbadora (hasta el punto de ser cabeza visible en el cartel de la película). La bestialidad y animalidad de su físico y su personaje se imponen en escenas espeluznantes (como la violación a la menor de las Carter) en un papel de Plutón le valio para, desde entonces, ser uno de los actores fetiches del género, con especial asiduidad a la serie B.

Las colinas tienen ojos es una demostración de la pericia de Craven para crear una atmósfera hostil que va incrementándose hasta el inevitable estallido de violencia. Pese a que son mayores sus logros en un guión de posibilidades algo reducidas, Craven las rentabiliza al máximo y decide acabar la película contundentemente: un plano que significa toda la ira de la venganza. Sin embargo, no deja de ser una solución fácil y una conclusión netamente tajante, donde quedan demasiadas cosas abiertas para dejarlo ahí. Pese a que la película no queda bien cerrada, Las colinas tienen ojos acaba resultando de lo más interesante y ofrece más de una lectura bajo su humor negro y sorna. Y lo mejor: que sigue dando miedo tres décadas después.
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The hills have eyes. Estados Unidos. 1977. 89'.
Director: Wes Craven.
Guión: Wes Craven.
Fotografía: Eric Saarinen.
Música: Don Peake.
Producción: Peter Locke.
Intérpretes: Susan Lanier (Brenda Carter), Robert Houston (Bobby Carter), Martin Speer (Doug Wood), Dee Wallace-Stone (Lynne Wood), Russ Grieve ("Big Bob" Carter), John Steadman (Fred), James Whitworth (Júpiter), Virginia Vincent (Ethel Carter), Lance Gordon (Marte), Michael Berryman (Plutón), Janus Blythe (Rubí).
Puntuación: 7
Detrás de las colinas...
http://www.lacoctelera.com/int/post/2005/09/11/las-colinas-tienen-ojos (sobre la peli)
http://horasdeoscuridad.blogspot.com/2006/04/resea-las-colinas-tienen-ojos-1977.html (sobre la peli)
http://www.labutaca.net/films/41/lascolinastienenojos.htm (sobre el remake)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2532.html (sobre Wes Craven)
http://en.wikipedia.org/wiki/Michael_Berryman (sobre Michael Berryman)

jueves, abril 19, 2007

Cinelandia: año III

Ya no recuerdo cómo empezó todo. Cómo el primer impulso saltó de la pantalla y atravesó la retina para convertirse en sentimiento. Olvidar los momentos físicos y retener escenas, imágenes, fotogramas, señales de vida en celuloide, retratos fugaces e inolvidables. El cine corre al lado de la vida como arte predestinado a llenar vacío humano. No estuvo allí antes que los otros, pero era para bien o mal la pletórica conjugación de los otros, la confirmación de que la inspiración del hombre era capaz de aproximarse tanto a la brillantez como a la aberración. No pocos ejemplos dan fe.

Llego al año III de un pequeño homenaje. Hace dos años y un día era un trabajo opcional de una asignatura para probar el dominio sobre las nuevos medios informativos en Internet. Hoy es una pasión volcada en una bitácora entre miles de bitácoras y miles de motivaciones. La del aquí leído siempre fue el cine sin límites, cine en cualquier versión, idioma y época. Sólo así se puede entender un arte, como conjunto de particularidades y no una particularidad en su conjunto. El cine entendido como toda la historia del mundo en imágenes, todos los besos robados, impuros, castos, eternos... ráfagas que te sorprenden y conmocionan, golpes de efecto, trampas vacuas y malabarismos con que sorprender y engañar al espectador. Aburrimiento, ostracismo, resignación, decepción... o felicidad que traspasa la delgada línea entre la ficción y la realidad. Escenario utópico de dementes confesiones o sueños imposibles, de formular deseos que por fin se cumplen ante nuestros ojos, abriendo perversiones sublimadas hasta entonces y ahora desbocadas por la pantalla para regocijo y/o satisfacción libidinosa. Cine es mito hecho de mitos. Dioses y monstruos, héroes y villanos creíbles e increíbles, patéticos, locos indomables que destruyen cuanto hay a su alrededor, bufones y chulos de discoteca, musas y artistas en crisis, otros que quieren serlo y entrar en sus cabezas, bellezas deslumbrantes e imperfectas de las que enamorarse, viscosos seres repulsivos a los que odiar...

El día que recordé la mirada de Kidman en el espejo y Chris Isaak cantaba aquello de Baby did a bad bad thing, el día que me rendí a la poesía de Malick o la maliciosa mente de Hitchcock, el que Kurosawa me hizo creer en el honor sin sandeces, o aquel en que Fellini provocó mi asco ante la orgía de patetismo de la clase alta romana; el día que Godard rompió las reglas del juego, el que Audrey Hepburn mostró su insultantemente perfecta belleza, aquel que Dean descubrió petróleo en su diminuto terreno o en el que Tarantino me provocó pero sólo un poco menos que Peckinpah... ese día aprendí a amar el cine. Fue sin querer, pero ahora ya sé que quiero: este es un pequeño homenaje al amor de mi vida.

domingo, abril 15, 2007

Shooter (El tirador)



En un género tan cargado de tópicos y tipificado como es el thriller, cualquier estreno sabe del riesgo inmediato de caer en el saco de las de "una más". El esfuerzo por marcar la diferencia y lograr el salto de calidad e inteligencia ha sido éxito de unos pocos (Mann, McTiernan y Frankenheimer son de esos) y el fracaso de muchos. En 2001, Antoine Fuqua sumó un logro al género con Training Day y regaló a Denzel Washington uno de los papeles de su carrera. El nombre de Anoine Fuqua sonaba entonces con más fuerza antes de decepcionar con el evidente despropósito de El rey Arturo y dejarnos esperando un nuevo acierto del director.

Algunos dirán que Shooter (El tirador) es ese acierto. Lo harán aduciendo la inteligencia de un thriller que se anota un tanto criticando la política exterior del gobierno estadounidense y la naturaleza de su héroe desencantado, pero aun así patriota. Y lo harán obviando que Shooter contiene los mismos tópicos y situaciones repetidas una y otra vez hasta la extenuación, obviando que bajo esa crítica se esconde, después de todo, una cierta e irritante vena patriótica que no deja escapar ocasión para dejar ver las barras y estrellas en la pantalla, obviando que los diálogos vuelven a estar tan vacíos y faltos de chispa como de costumbre. En fin, obviando que Shooter es "una más" y no una excepción.
Bien pronto se confirman los temores cuando descubrimos que el perfil de Bob Lee Swagger (Mark Wahlberg) nos es extremadamente familiar: un ex marine, una auténtica máquina de matar entrenada por su país y que sufrió una traición que, además le costó la vida a un compañero en el conflicto bélico de turno (Swagger se culpa por esa muerte, por supuesto). Ahora es cabeza de turco de una conspiración en la que todo el mundo le persigue y tiene que probar su inocencia ¿les suena?

Con el guión más o menos sabido, el atractivo que podría desprender la película de Fuqua pasa al terreno de la acción y al aprovechamiento que pudiera sacar de la figura del francotirador. A pesar de la mesurada pero intensísima acción que se podía disfrutar en Training Day, Shooter opta por los excesos y los fuegos artificiales. La exageración es su razón de ser y alcanza la cumbre en la escena en la que Swagger se enfrenta, atrincherado en una casa, al ataque de un ejército entero. Tampoco brilla la acción en las escenas "de francotirador" salvo aquella en la que está a punto de consumarse el asesinato del presidente, en la que Fuqua imprime el poco suspense del que puede presumir la película. Sin embargo el desaprovechamiento en este sentido es evidente y los duelos de tiradores en Shooter quedan en clara evidencia frente a ejemplos como el propuesto por Jean-Jacques Annaud en Enemigo a las puertas, de pasión e intensidad envidiables.

Y a pesar de todo, de la falta de suspense real, los tópicos y explosiones a mansalva, a pesar de algunos diálogos de flagrante estupidez ("su orientación moral está tan podrida que dudo que encontrara el camino hasta el garaje", le dice el fiscal al personaje de Danny Glover), Shooter logra su función primordial que es la de entretener. Quizá por eso el desaguisado no pase a mayores y se pueda pasar por alto algunas interpretaciones desdibujadas (Kate Mara) y otras netamente pobres (Elias Koteas), en contraste con un Mark Wahlberg que se muestra cada día más sólido en la pantalla. Con este balance general, la crítica política no pasa de ser un mero aspecto secundario de escasa profundidad y que desemboca en un final bien directo: si la justicia no te hace caso, cárgatelos a todos. Todo sea por lavar tu nombre y el de tu patria.
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Shooter. Estados Unidos. 2007. 124'.
Director: Antoine Fuqua.
Guión: Jonathan Lemkin, basado en la novela Point of impact, de Stephen Hunter.
Fotografía: Peter Menzies Jr.
Montaje: Conrad Buff y Eric Sears.
Música: Mark Mancina.
Producción: Lorenzo Di Bonaventura y Rick Kidney.
Diseño de producción: Dennis Washington.
Vestuario: Ha Nguyen.
Intérpretes: Mark Wahlberg (Bob Lee Swagger), Michael Peña (Nick Memphis), Danny Glover (coronel Isaac Johnson), Kate Mara (Sarah Fenn), Elias Koteas (Jack Payne), Rhona Mitra (Alourdes Galindo).
Puntuación: 4
En el punto de mira...
http://www.labutaca.net/films/49/shooter.htm (sobre la peli)
http://www.shootermovie.com/intl/es/ (página web España)
http://www.shootermovie.com/ (página web EEUU)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1505.html (sobre Mark Wahlberg)
http://www.imdb.com/name/nm0544718/ (sobre Kate Mara)
http://es.wikipedia.org/wiki/Danny_Glover (sobre Danny Glover)
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/04/12/videos/1176382548.html (video de entrevista a Antoine Fuqua, en video)
http://www.imdb.com/name/nm0298807/ (sobre Antoine Fuqua)


jueves, abril 12, 2007

Lecciones de cine (II): el Mac Guffin

Está, pero no se ve. Es uno de los pilares del género del suspense, aunque tampoco es de su uso exclusivo. Lo vemos a diario en series como Los Simpson, a menudo de manera sutil, otras sumamente evidente. Es un arma imprescindible para que el guionista, el director, o el creador de una trama pueda hacer avanzarla y, por tanto, un valioso aliado para aquellos que querían dominar los complicados mecanismos del suspense cinematográfico.
El término Mac Guffin lo acuñó quien más sabía de esto: Alfred Hitchcock. El término descoloca y bien puede sonar a whisky escocés o marca de aspiradoras, pero esconde el truco más recurrente de la filmografía del genial director. Así definía Hitchcock el Mac Guffin en la imprescindible entrevista que le hizo François Truffaut, El cine según Hitchcock:

François Truffaut: El «Mac Guffin» es el pretexto, ¿no?
Alfred Hitchcock: Es un rodeo, un truco, una complicidad, lo que se llama un «gimmick».
Bueno, esta es la historia completa del Mac Guffin. Ya sabe que Kipling escribía a menudo sobre los indios y los británicos que luchaban contra los indígenas en la frontera del Afghanistan. En todas las historias de espionaje escritas en este clima, se trataba de manera invariable del robo de los planes de la fortaleza. Eso era el «Mac Guffin». «Mac Guffin» es, por tanto, el nombre que se da a esta clase de acciones: robar... los papeles —robar... los documentos—, robar... un secreto. En realidad, esto no tiene importancia y los lógicos se equivocan al buscar la verdad del «Mac Guffin». En mi caso, siempre he creído que los «papeles», o los «documentos», o los «secretos» de construcción de la fortaleza deben ser de una gran importancia para los personajes de la película, pero nada importantes para mí, el narrador.
Y ahora, conviene preguntarse de dónde viene el «Mac Guffin». Evoca un nombre escocés y es posible imaginarse una conversación entre dos hombres que viajan en un tren. Uno le dice al otro: «¿Qué es ese paquete que ha colocado en la red?» Y el otro contesta: «Oh, es un 'Mac Guffin'». Entonces el primero vuelve a preguntar: «¿Qué es un 'Mac Guffin'?» Y el otro: «Pues un aparato para atrapar a los leones en las montañas Adirondak». El primero exclama entonces: «¡Pero si no hay leones en las Adirondaks!» A lo que contesta el segundo: «En ese caso, no es un 'Mac Guffin'».
Esta anécdota demuestra el vacío del «Mac Guffin»... la nada del «Mac Guffin».

Extracto de El cine según Hitchcock, de François Truffaut.



Ejemplos de Mac Guffin célebres: el maletín de Pulp Fiction, el maletín de Ronin y el robo de dinero de Marion Crane en Psicosis.

lunes, abril 09, 2007

El precio del poder



"El mundo es tuyo". Un dirigible surca el cielo nocturno de Miami. Tony Montana lee la poderosa sentencia que hará suya y con la que rubricará el hall de su monumental mansión. Acaba de matar a su jefe, Frank López, después de que este fracasara en la idéntica misión para con su subordinado. Montana era ambicioso, demasiado ambicioso, y se estaba convirtiendo en el auténtico rey del narcotráfico en Florida. Ahora ya lo es.

El remake que en 1983 hizo Brian De Palma de la Scarface de Howard Hawks (1932) es una muestra del mejor cine de un realizador que, pese a unas aventajadas dotes para manejar el suspense, se perdió en una irregular filmografía. El tridente que conformaba está revisión del clásico del género de gángsteres estaba completado por el guión de Oliver Stone y la capital actuación de un Al Pacino que sería el nuevo Scarface, cambiando el ganster entre gánsteres, Capone, por un cubano que emigra a Florida y que construye su imperio de la nada. Brian de Palma optó por un chulo, un nada sofisticado e iracundo matón que ansia el poder y sabe que sólo el miedo y la sangre le llevarán hasta él. El precio del poder cuenta, por tanto, el ascenso de un Don Nadie al cielo de la mafia y cómo ese poder le consume hasta el violento fin de sus días.

Un cóctel de estética ochentera que se construye desde un brillante guión que estructura perfectamente escenas claves que hacen de El precio del poder una envolvente trama in crescendo alejada de los contextos clásicos del género, más propios de Chicago o Nueva York. Las playas idílicas de Miami, las esculturales chicas patinando por los paseos, las camisas estampadas y los coches descapotables son el escenario que bien recordarían a Corrupción en Miami y donde se desenvuelve con soltura la mafia del narcotráfico. También es el escenario ideal para que el remake de Brian De Palma adopte ciertos tintes políticos, partiendo de la emigración masiva que Castro permitió en 1980 tras abrir el puerto de Mariel (y con la que dio salida a un elevadísimo número de presos cubanos) y las correspondientes venganzas promovidas desde el gobierno americano contra algunos "refugiados políticos". Esos tintes le dan una nueva dimensión a un Scarface de un poder visual aplastante. El recurrente uso de cámara-grúa y planos secuencia que siguen a los personajes subiendo un edificio o a través de la imponente mansión prodigan el espectáculo y acaban desembocando en una incomparable y sanguinolenta orgía visual en la que Pacino / Montana lucha hasta la muerte contra el mundo entero, el mismo que creía poseer.



Ese Montana forma ya parte de la nómina de gángsteres ilustres gracias al portento que es Al Pacino. Montana está lleno de matices, gestos y dicción que él mismo asegura haber aprendido de gente como Bogart o Cagney; resulta tan inspirado como auténtico, tan simpático como temible, Al Pacino vuelve a ser el mejor y hace que te acuerdes de su cara cortada, borracho y amenazando a la clase de alta de Miami en un restaurante de lujo ("Necesitáis personas como yo para poder señalarlas con el dedo y decir <<ese es el malo>>") o en su jacuzzi viendo la tele mientras discute con su mujer o lleva el negocio. Es el alma de El precio del poder, alma corrompida desde su puesta en escena y consumida en sus últimos días como jefe de la mafia, en los que el poder elevará su ego hasta la categoría de dios en la tierra. Pequeño, pero matón...
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Scarface. Estados Unidos. 1983. 170'.
Director: Brian De Palma.
Guión: Oliver Stone; basado en la novela Armitage Trall y el guión de Scarface de Howard Hawks (ambos de 1932).
Fotografía: John A. Alonzo.
Música: Giorgio Moroder.
Producción: Martin Bregman.
Intérpretes: Al Pacino (Tony Montana), Steven Bauer (Manny Rivera), Michelle Pfeiffer (Elvira Hancock), Mary Elizabeth Mastrantonio (Gina Montana), Robert Loggia (Frank López), F. Murray Abraham (Omar Suárez).
Puntuación: 8
Más Scarface...
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1023.html (sobre la peli)
http://www.elmundo.es/especiales/2001/12/cultura/videoscine/scarface.html (sobre la Scarface de Howard Hawks)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1316 (sobre Al Pacino)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2242.html (sobre Brian de Palma)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2268.html (sobre Oliver Stone)
http://es.wikipedia.org/wiki/Cine_de_g%C3%A1ngsters (sobre el cine de gángsteres)

jueves, abril 05, 2007

300



Aún con el buen sabor de boca que me dejó Sin City, acudía al cine a ver 300 esperando presenciar nuevamente una grata y novedosa experiencia visual. En la línea de la anterior conversión a la gran pantalla de la obra de Frank Miller, 300 vuelve a destacar en su confección artística. Sin embargo, en esta ocasión cojea por no estar respaldada por una trama que, aunque firme, da la sensación de no haber sido lo suficientemente aprovechada.

Así, como a estas alturas ya se sabrá, la película se centra casi exclusivamente en la batalla de las Termópilas. No me compete cuestionar la precisión histórica de los acontecimientos, ya que tampoco era esa la meta de Frank Miller al escribir su novela gráfica. Al margen de escenas de batalla y de diálogos ensalzando el espíritu bélico de los espartanos a la vez que despreciando la corrupción de los que no respetan las leyes de Esparta, la película ofrece poco contenido. De tal manera que con 300 se realizó una clara apuesta por la representación épica de esta batalla.

Como uno puede sospechar, en estos tiempos que corren es más seguro y sencillo dejar gran parte de las escenas de grandes batallas en manos de un ordenador. 300 está rodada en su totalidad sin recurrir a exteriores y, pese a ello, logra una ambientación y una fotografía de muy buena factura. Por otro lado, al igual que ocurría en Sin City, no se utiliza una gama de colores estándar. La luz y su simbolismo tienen gran presencia en el trabajo realizado en la fotografía de 300. Es difícil, por tanto, poner pegas al gran apartado técnico de la cinta.

Lo que difícilmente encontraremos serán rostros conocidos. Esto no es ni bueno ni malo, aunque personalmente considero un acierto que en este género la cara reconocible no absorba gran parte de la acción. De todos modos, habrá que agradecer más a los coreógrafos que a los propios actores el trabajo realizado, ya que de pocas escenas disponen para mostrar su talento.

Por último, cabe advertir que la película está dirigida a un público concreto. Las ideas de ensalzamiento patriótico y bélico son, en ocasiones, demasiado acentuadas en el relato. Lo que se podría considerar mensajes positivos para el mundo de hoy vamos a ver poquitos. Aunque, eso sí, esta es una película que ilustra el panorama en el que estamos sumergidos hoy en día.
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300. Estados Unidos. 2006. 117'.
Director: Zack Snyder.
Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad y Michael B. Gordon, basado en la novela gráfica de Frank Miller y Lynn Varley.
Música: Tyler Bates.
Fotografía: Larry Fong.
Montaje: William Hoy.
Diseño de producción: James Bissell.
Vestuario: Michael Wilkinson.
Producción: Gianni Nunnari, Mark Canton, Bernie Goldmann y Jeffrey Silver.
Intérpretes: Gerard Butler (rey Leónidas), Lena Headey (reina Gorgo), David Wenham (Dilios), Dominic West (Theron), Vincent Regan (capitán), Michael Fassbender (Stelios), Tom Wisdom (Astinos), Andrew Pleavin (Daxos), Andrew Tiernan (Ephialtes), Rodrigo Santoro (Jerjes) y Giovanni Antonio Cimmino (Pleistarchos).
Puntuación: 6
300 links (bueno, casi)...
http://www.labutaca.net/films/50/300.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3320.html (crítica de la película)
http://www.guiadelcomic.com/comics/300.htm (reportaje de la película y el cómic)
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_las_Term%C3%B3pilas (sobre la batalla de las Termópilas)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1408.html (sobre Gerard Butler)
http://www.sabiask.com/sabiasque/cine/los-300.html (curiosidades de la película)

domingo, abril 01, 2007

Uno de los nuestros



La huella, la impronta que el legado de Martin Scorsese ha dejado en el cine norteamericano no descansa únicamente en una obra de indiscutibles logros artísticos. Si algo se puede decir de Scorsese es que se ha constituido desde la trinchera cinematográfica como uno de los biógrafos de su país. Tanto en lo referente a los cruentos orígenes (Gangs of New York) como a los retratos de los renegados (Taxi Driver) y los olvidados (Toro Salvaje), su filmografía fija sus modelos en la propia sociedad. Modelos siempre oscuros, manchados de sangre y frutos de incómodos debates, pero tan soberbiamente retratados que la admiración y el miedo se conjugan en uno sólo para el que los contempla.

Y aquí entra, claro está, la figura del gangster. La preferida de Marty, sin duda. Su "mafiosa" trilogía iniciada en Malas Calles, proseguida con Uno de los nuestros (Goodfellas) y rubricada brillantemente con Casino no debería dejar nunca de ser un referente para un género revivido en los 70 de la mano de su amigo Coppola (las dos primeras entregas de El Padrino). Gracias a ellos la gente miraba a los gángsteres de manera distinta: tipos que ejercían su profesión por ganarse el “respeto” de la comunidad, por dinero o por tradición. Sus motivaciones no eran demasiado distintas a la de cualquier otro y, en cierta manera, su vida cotidiana también guardaba algunas semejanzas con la nuestra. Cuando Henry (Ray Liotta), Tommy (Joe Pesci) y Jimmy (Robert de Niro) irrumpen en la casa de la madre de Tommy buscando una pala para enterrar un cadáver y acaban disfrutando de un exquisito desayuno italiano con ella, salta a la vista que “la familia” era algo más.

Goodfellas inscribe con letras de oro a Henry Hill en la nómina de los gángsteres memorables del cine. "Desde que tengo uso de razón, siempre quise ser un gánster". Desde el comienzo Henry es narrador de su propia historia, y sus primeros pasos como ayudante de la mafia local en un aparcadero de coches podrían ser la fuente de inspiración que De Niro convirtió en Una historia del Bronx. El pequeño Hill demuestra ambición desde temprana edad y desarrolla una filosofía explícita: coge lo que quieras y cuando quieras. Desde ese punto de partida, Uno de los nuestros es uno de los retratos más completos que se pueden encontrar en el cine de la América ilegal, desde las pequeñas mafias de barrio hasta el monumental golpe contra una compañía aérea, pasando por el negocio de la droga. La trayectoria vital de Henry Hill es la línea de tiempo de la historia y evolución de la mafia a la que primero admira para luego convertirse en pieza fundamental. Scorsese demuestra en Uno de los nuestros su completa madurez en el control de los resortes narrativos y el oficio del que ya se las sabe todas. Su película comienza con la explosiva fuerza visual que aún sería capaz de superar en Casino y que no abandonará ya hasta que Hill se despida sonriendo a la cámara en la última escena. Es pura fascinación acompasada de ritmo implacable de una historia en la que no dejan de suceder cosas y en la que, al tiempo, no dejamos de descubrir a los personajes en situaciones cotidianas, improvisados gestos de amistad verdadera o conflictos morales que nos hacen conocerlos un poco mejor que en la escena anterior. Y los actores fetiches de Scorsese tienen buena parte de culpa. Digo fetiches porque, si bien no se le puede negar el esfuerzo interpretativo de Liotta, en momentos concretos de Goodfellas se hace evidente que el papel de Henry Hill le viene algo grande y que, sus dos compañeros, con los que comparte encuadre en buena parte del metraje, le hacen sombra casi por costumbre. No es tanto culpa de Liotta, que está correcto, sino más por la enormidad de De Niro y Pesci (que se ganó el Oscar). De Niro se desenvuelve como pez en el agua en el papel de asesino frío y calculador, un líder natural que es la antítesis del impulsivo Tommy (Pesci), una bomba de relojería que en sus arranques de ira irracional acaba generando daños crueles y desproporcionados.

Catálogo de gángsteres, retrato entrañable, fascinación a raudales y reunión de las virtudes de las mejores obras de Scorsese. Incluso en la selección musical, que también recorre varias décadas como banda sonora de la vida de Hill y compañía: Paul Anka, George Harrison, Mick Jagger, o el solo de la guitarra de Clapton en Layla cuando Hill concluye su narración contándonos cómo dejó de ser "uno de los nuestros". Una gozada.
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Goodfellas. Estados Unidos. 1990. 145'.
Director: Martin Scorsese.
Guión: Nicholas Pileggi y Martin Scorsese; basado en la novela Wise Guy, de Nicholas Pileggi.
Música: Paul Anka, Jeff Barry, Eric Clapton, Ernie Erdman, Paul Evans, Claude François, George Harrison, Mick Jagger, Mel London, Elias McDaniel, McKinley, Harry Nilsson, Phil Spector, Pete Townshend.
Fotografía: Michael Balhaus.
Producción: Irwin Winkler.
Intérpretes: Ray Liotta (Henry Hill), Robert de Niro (Jimmy Conway), Joe Pesci (Tommy Santoro), Lorraine Bracco (Karen Hill), Paul Sorvino (Paul Cicero).
Puntuación: 8,5
Visita a la familia...
http://www.labutaca.net/films/colabora/nuestros.htm (sobre la peli)
http://www.miradas.net/0204/estudios/2003/02_mscorsese/goodfellas.html (ensayo sobre la peli y Martin Scorsese)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2277.html (sobre Martin Scorsese)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1560.html (sobre Robert de Niro)
http://es.wikipedia.org/wiki/Joe_Pesci (sobre Joe Pesci)