Vázquez no sólo era vástago de su contexto y hecho a las necesidades de este, sino creador que lo trascendía al tiempo que se constituía valioso perpetuador de la picaresca española: así hablaba su autobiográfico El tío Vázquez, de forma directa y canalla; pero también lo habían avisado las arquetípicas y entrañables solteronas Las hermanas Gilda, o esa racial gamberrada que era La familia Churumbel. En definitiva, el dibujante describía en sus hilarantes términos la España del sablazo, bingo y burdel, la reprimida de los adúlteros y felicidad sin vergüenza pasada por el filtro de los Peláez. Y Óscar Aibar dibuja, con dosis infinitas de encanto, un reconocimiento a esa España y a ese autor fundamental en su acotación. Lo cual no deja de tener, a su manera, mucho de justicia poética.
En la imagen: Fotograma de El gran Vázquez – Copyright © 2010 Distinto Films, Tornasol Films y Castafiore Films. Distribuida en España por Alta Classics. Todos los derechos reservados.
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