En términos de justicia poética, el malhadado destino de Georges Méliès ha recibido sus ajustes de cuentas de parte de aquellos directores conscientes de la importancia capital de los pioneros. David W. Griffith admitió deberle todo al mago francés, pero fue otro Georges, Franju, el que le rendiría cariñoso homenaje en su Le grand Méliès (1952), en el que la viuda y el hijo de Méliès reconstruían el legado creativo y sentimental del amado director. Aquel cortometraje, que bien podría servir como radiografía de los primeros pasos del cine, se revela hoy como ensayo de la manifestación de amor incondicional por este arte que es La invención de Hugo.Leer crítica completa en LaButaca.net
En la imagen: Fotograma de La invención de Hugo, película distribuida en España por Paramount Pictures Spain © 2011 GK Films e Infinitum Nihil. Todos los derechos reservados.