Fascinante me resultó El viaje de Chihiro. Ni mucho menos una sorpresa. Ya venía avisado de la joya que me iba a encontrar y no es joya, sino un auténtico tesoro que se presenta capaz de romper todos los límites de la imaginación. Soy un completo ignorante del anime japonés y poco más sé de la trayectoria de Hayao Miyazaki. Pero sí fui capaz de darme cuenta hasta que punto me fascinó aquella recreación animada de un mundo de dioses y divinidades, en medio del cual se encontraba una Chihiro desconcertada, pero capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. El viaje de Chihiro es un torrente de magia y un derroche imaginativo que desborda la pantalla que, en ningún caso, se queda en la intrascendencia o en la superficialidad. El valor de la amistad, perseguir los sueños y lo maravilloso de la infancia son temas que se dan cita en una película que empieza resultando impactante y extraña al espectador occidental, pero que acaba tornándose para ese mismo espectador en una apasionante leyenda de incontestable calidad. Resulta increíble la profundidad de sus personajes, humanos o no, en un mundo mitológico compuesto de sueños y momentos de cine auténticos y deliciosos, atractivos y oníricos. Tal vez lo mejor de la película sea comprobar como se puede llegar a la maestría en un terreno tan improbable para ello como es este. Por eso Miyazaki sabe como nadie romper todos los estereotipos y tópicos fábricados en serie por la Disney desde tiempos inmemoriales (cinematográficamente hablando), para dar una lección de cine entrañable y absolutamente descargado de pretenciosidad. Una delicia.
Puntuación: 9,5
Nostalgia de una época y lugar que no viví es lo que sentí con la tan absurda como encantadora ¡Qué noche la de aquel día!, por una vez acertada reinvención del título al español (A Hard Day's night es el original que da también nombre a una canción de sus cuatro protagonistas). La película de Richard Lester es todo un icono del pop y bandera de las llamadas pop movies. La experiencia no es sino la de pasar un día entero con los Beatles y descubrir su doble faceta gamberra y adorable en un ejercicio de propaganda para el grupo más que efectivo. Es una película de escasos méritos cinematográficos, cosa que por otro lado, en ningún momento pretende. Su guión se limita a seguir a los Beatles en sus juergas, ruedas de prensa y a meter situaciones de relleno entre canción y canción en las que el cuarteto dan rienda suelta a sus locuras. Una película que si en la actualidad se hiciera con cualquier otro grupo resultaría una broma de mal gusto (véase Spiceworld) pero que muy al contrario enamora, por que se trata de quienes se tratan y porque fascina conocer un poco más al niño grande que fue John, al carismático Paul, la inteligencia de George o el alma noble de Ringo. El recuerdo de un mito que, huelga decirlo, tiene una de las mejores bandas sonoras de la historia. Puntuación: 6
Y la rareza me la encontré en Kiss Kiss Bang Bang. El debut en la dirección de Shane Blake es original pero no rompedor, visualmente atractivo pero no deslumbrante, divertido pero no despampanante... Se ve a gusto y en principio resulta una propuesta diferente, pero al fin y al cabo acaba siendo una película más de detectives con elementos atípicos al cine negro. Resulta acelerada y demasiado condensada en la hora y media que dura para entender la compleja telaraña de asesinatos y tramas, por lo que uno al final se acaba quedando con los mejores momentos de humor negro, que los tiene y no son pocos (genial la escena de la ruleta rusa o cuando Robert Downey Jr. encuentra el cadáver en su baño). Sorprende también encontrarse con cocesiones de sus dos protagonistas al espectador, al que hablan directamente incluso para comentar aspectos de la narración, un detalle que se aprecia y gusta excepto cuando se utiliza para justificar un happy end imposible. Kilmer y Downey Jr. forman una buena pareja protagonista, con química indiscutible entre dos personajes improbables, un detective gay y un chorizo de poca monta. Sus geniales créditos iniciales y su original forma de narración son los puntos fuertes de una película que se queda a mitad camino de lo que pudo ser. Puntuación: 6