He de reconocer que una vez más (y espero sea la última) el capitán Jack Sparrow va a sacar lo peor de mí. Y eso es algo que, por otra parte, se agradece porque al fin y al cabo significa una sana descarga de ira contenida sobre el texto y de paso permanecer alerta sobre los posibles bodrios que se esconden tras algunos de los consabidos taquillazos de la temporada estival. Y en la cumbre está, una vez más, Piratas del Caribe.
Mentiría si dijera que la (ojalá) última entrega de la saga en nada se presta a cualquier crítica constructiva o análisis cinematográfico. Muy al contrario, Piratas del Caribe: en el fin del mundo bien podría servir en futuras lecciones de cine de universidades, seminarios y cursos como ejemplo y parangón de la vacuidad cinematográfica en algunas grandes superproducciones. Hablo de la muestra definitiva del espectáculo sin límites desarrollado a costa de una total falta de inteligencia, guión sólido o cualquier indicio que convierta a la historia y sus personajes como el pilar maestro de la película. Eso es la tercera y gigantesca entrega de la serie. Gigantesca en presupuesto, en metraje, en recaudación, e inversamente proporcional en tamaño a la calidad cinematográfica que atesora.
Dicho esto, Piratas del Caribe: en el fin del mundo es una película estúpida, narrativamente mal desarrollada y lo que es peor, cargada de endebles interpretaciones que revelan una nula dirección de actores por parte de Verbinski: estúpida porque determinadas situaciones rozan el insulto a la inteligencia del espectador (los piratas volcando la Perla Negra o la batalla final en la que, pese a la abrumadora mayoría de la flota de la Compañía, ésta huye despavorida una vez el barco que la comanda es vencido); narrativamente mal desarrollada por la sencilla razón de que abre líneas argumentales paralelas para luego prescindir de alguna de ellas con asombrosa dejadez (el papel que finalmente desempeña la diosa Calipso); y mal interpretada porque, mientras los actores con más talento y experiencia sobreactúan hasta irritar (caso de Johnny Depp o Geoffrey Rush) o apenas aparecen en pantalla (Chow Yun-Fat), los más jóvenes muestran una dejadez y falta de recursos alarmante (Orlando Bloom y Keira Knightley, protagonizando una plana y estéril historia de amor).
Así, los únicos logros que merecen ser apreciados durante las cerca de tres horas de metraje son netamente técnicos, un asombroso espectáculo que esconde un mastodóntico trabajo de producción y un rodaje no menos enorme. Más allá del titánico esfuerzo que supone tamaño espectáculo reforzado con la no menos grandilocuente banda sonora de Hans Zimmer, en Piratas del Caribe: en el fin del mundo sólo queda un 1% del antaño entrañable género de piratas y un 99% del ego de Jerry Bruckheimer, paradigma del todopoderoso productor de Hollywood, dueño de su dinero y sus películas por encima de cualquier intención meramente artística.
Con esta saga supuestamente cerrada pero que será presumiblemente continuada, Bruckheimer y compañía han creado una de las franquicias más rentables (si no la que más) de la historia del cine, una fuente inagotable de ingresos que se digiere con palomitas y refresco. Nada importa que a estas alturas, a los guionistas Ted Elliot y Telly Rossio les haya sucedido lo mismo que a uno de los dobles de Jack Sparrow: se les cayó el cerebro.
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Pirates of the Caribbean: At world's end. Estados Unidos. 2007. 168'.
Director: Gore Verbinski.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Guión: Ted Elliot y Terry Rossio; basado en los personajes creados por Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattie y Jay Wolpert.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Montaje: Stephen E. Rivkin y Craig Wood.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Vestuario: Penny Rose.
Música: Hans Zimmer.
Intérpretes: Johnny Depp (capitán Jack Sparrow), Orlando Bloom (Will Turner), Keira Knightley (Elizabeth Swann), Geoffrey Rush (capitán Barbossa), Bill Nighy (Davy Jones), Chow Yun Fat (capitán Sao Feng), Stellan Skarsgård (Bill Turner), Jack Davenport (James Norrington), Naomie Harris (Tia Dalma), Tom Hollander (lord Cutler Beckett), Jonathan Pryce (gobernador Weatherby Swann).
Puntuación: 3
Sigue pirateando por la red...
http://www.labutaca.net/films/49/piratasdelcaribe3.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3367.html (crítica de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1863.html (sobre Johnny Depp)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2697.html (sobre Geoffrey Rush)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1656.html (sobre Keira Knightley)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1634.html (sobre Orlando Bloom)
http://es.wikipedia.org/wiki/Chow_Yun-Fat (sobre Chow Yun-Fat)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3145.html (sobre Gore Verbinski)
http://es.wikipedia.org/wiki/Jerry_Bruckheimer (sobre Jerry Bruckheimer)
Mentiría si dijera que la (ojalá) última entrega de la saga en nada se presta a cualquier crítica constructiva o análisis cinematográfico. Muy al contrario, Piratas del Caribe: en el fin del mundo bien podría servir en futuras lecciones de cine de universidades, seminarios y cursos como ejemplo y parangón de la vacuidad cinematográfica en algunas grandes superproducciones. Hablo de la muestra definitiva del espectáculo sin límites desarrollado a costa de una total falta de inteligencia, guión sólido o cualquier indicio que convierta a la historia y sus personajes como el pilar maestro de la película. Eso es la tercera y gigantesca entrega de la serie. Gigantesca en presupuesto, en metraje, en recaudación, e inversamente proporcional en tamaño a la calidad cinematográfica que atesora.
Dicho esto, Piratas del Caribe: en el fin del mundo es una película estúpida, narrativamente mal desarrollada y lo que es peor, cargada de endebles interpretaciones que revelan una nula dirección de actores por parte de Verbinski: estúpida porque determinadas situaciones rozan el insulto a la inteligencia del espectador (los piratas volcando la Perla Negra o la batalla final en la que, pese a la abrumadora mayoría de la flota de la Compañía, ésta huye despavorida una vez el barco que la comanda es vencido); narrativamente mal desarrollada por la sencilla razón de que abre líneas argumentales paralelas para luego prescindir de alguna de ellas con asombrosa dejadez (el papel que finalmente desempeña la diosa Calipso); y mal interpretada porque, mientras los actores con más talento y experiencia sobreactúan hasta irritar (caso de Johnny Depp o Geoffrey Rush) o apenas aparecen en pantalla (Chow Yun-Fat), los más jóvenes muestran una dejadez y falta de recursos alarmante (Orlando Bloom y Keira Knightley, protagonizando una plana y estéril historia de amor).
Así, los únicos logros que merecen ser apreciados durante las cerca de tres horas de metraje son netamente técnicos, un asombroso espectáculo que esconde un mastodóntico trabajo de producción y un rodaje no menos enorme. Más allá del titánico esfuerzo que supone tamaño espectáculo reforzado con la no menos grandilocuente banda sonora de Hans Zimmer, en Piratas del Caribe: en el fin del mundo sólo queda un 1% del antaño entrañable género de piratas y un 99% del ego de Jerry Bruckheimer, paradigma del todopoderoso productor de Hollywood, dueño de su dinero y sus películas por encima de cualquier intención meramente artística.
Con esta saga supuestamente cerrada pero que será presumiblemente continuada, Bruckheimer y compañía han creado una de las franquicias más rentables (si no la que más) de la historia del cine, una fuente inagotable de ingresos que se digiere con palomitas y refresco. Nada importa que a estas alturas, a los guionistas Ted Elliot y Telly Rossio les haya sucedido lo mismo que a uno de los dobles de Jack Sparrow: se les cayó el cerebro.
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Pirates of the Caribbean: At world's end. Estados Unidos. 2007. 168'.
Director: Gore Verbinski.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Guión: Ted Elliot y Terry Rossio; basado en los personajes creados por Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattie y Jay Wolpert.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Montaje: Stephen E. Rivkin y Craig Wood.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Vestuario: Penny Rose.
Música: Hans Zimmer.
Intérpretes: Johnny Depp (capitán Jack Sparrow), Orlando Bloom (Will Turner), Keira Knightley (Elizabeth Swann), Geoffrey Rush (capitán Barbossa), Bill Nighy (Davy Jones), Chow Yun Fat (capitán Sao Feng), Stellan Skarsgård (Bill Turner), Jack Davenport (James Norrington), Naomie Harris (Tia Dalma), Tom Hollander (lord Cutler Beckett), Jonathan Pryce (gobernador Weatherby Swann).
Puntuación: 3
Sigue pirateando por la red...
http://www.labutaca.net/films/49/piratasdelcaribe3.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3367.html (crítica de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1863.html (sobre Johnny Depp)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2697.html (sobre Geoffrey Rush)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1656.html (sobre Keira Knightley)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1634.html (sobre Orlando Bloom)
http://es.wikipedia.org/wiki/Chow_Yun-Fat (sobre Chow Yun-Fat)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3145.html (sobre Gore Verbinski)
http://es.wikipedia.org/wiki/Jerry_Bruckheimer (sobre Jerry Bruckheimer)
4 comentarios:
Si te sirve como ejemplo sobre la calidad de la película, yo me dormí mientras la estaba viendo. Creo que está todo dicho.
¡Saludos!
JR
No la he visto aún, pero un 3 es un 3. Ya diré algo cuando la vea...
:)
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Lamentable pelicula, yo me quedo con la forma de exprimir el personaje de Sparrow (como es lo que gusta vamos a meter en la misma secuencia 10 Jack Sparrow)
Sali muy cabreado del cine.
Un 3 creo que es demasiado alto.Se trata de una de las peores películas que he visto nunca.Todavía no entiendo cómo había gente en la sala que se reía con los chistes fáciles y sin gracia del Capitán Sparrow y compañía.Ni siquiera las escenas de lucha conseguían ser entretenidas.Lo que tengo claro es que no seguiré contribuyendo con mi dinero a esta burda explotación del género.
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