sábado, septiembre 08, 2007

La jungla 4.0



John McClane se hace mayor (unos 18 años mayor desde que salvó la Nakatoni Tower de manos terroristas), pero los tipos como él tienen dicho propio y se empeñan en aquello de que perro viejo nunca muere. De todas maneras ya sabíamos que McClane/Willis es invencible y que era capaz de cualquier cosa, desde salir ileso de la explosión de un carguero hasta de reventar un avión en pleno despegue. Lo que no sabíamos era que pasaría si McClane, policía duro y chapado a la antigua se enfrentara a una amenaza con la que no supiera por donde empezar ni tan siquiera hacerle frente. Ahora ya lo sabemos.

De eso va La jungla 4.0. Se agradece la capacidad de renovación de la amenaza que ha mostrado la saga en cada una de sus entregas, y ciertamente, esta última aventura de McClane parte de una premisa tan poderosa para captar la atención del espectador como inquietante para su sensación de seguridad: ¿qué pasaría si todo lo que funciona con ordenadores, es decir, casi todo, dejara de funcionar? McClane no entiende de ordenadores. Es más, en determinados pasajes de la película uno tiene la duda de si ha llegado a tocar alguno en su larga carrera policial. Esa es precisamente la mayor virtud de la película de Len Wiseman (tercera en su filmografía tras Underworld y Underworld: evolution): durante la primera hora de película, sin duda alguna la mejor, asistimos a un colapso progresivo de las instalaciones informáticas, de luz, agua e infraestructuras en general. Un ataque terrorista a gran escala que va insuflando una creciente sesión de terror e impotencia en la población, que va provocando el caos empezando por el tráfico y terminando por la transmisión en directo de la demolición del congreso. En medio de ese "caos total" (así se denomina está supuestamente utópica amenaza de gran magnitud), McClane recibe una rutinaria misión de detener al hacker Matt Farrell (Justin Long) y llevarlo a comisaría. Pero como no podía ser de otra manera, McClane está apareciendo de nuevo en el momento más inoportuno y en el lugar equivocado, y allí están esperando para asediar la casa un grupo de asesinos cargados de armamento militar y muy mala leche dispuestos a matar al joven hacker.



Así, La jungla 4.0 ofrece una intensidad constante, pero más hipnótica durante el primer tramo de película y justo antes de que la película se olvide del leitmotiv de su narración para desembocar en tiroteos y espectaculares escenas pirotécnicas sin descanso para el espectador. Esa es la diferencia entre Wiseman y McTiernan, entre La jungla 4.0 y sus predecesoras: McTiernan sabe, durante toda la película, lograr un tira y afloja entre vibrantes escenas de acción y momentos de desbordante suspense. Esas escenas además, solían funcionar por la utilización de unos secundarios de probada eficacia (Larry Bryggman en la tercera entrega, o Reginald VelJohnson en la original) que aquí no existe salvo em la excepción de Cliff Curtis en el papel de Bowman. Para cuando La jungla 4.0 descarrila en mecánicas y continuadas escenas de acción sin medida ninguna (alcanza el súmmum en la escena en la que un F-35 persigue y bombardea al enorme tráiler conducido por McClane), el malo de la película, Thomas Gabriel/Timothy Olyphant ya ha dejado ver su endeblez y el sustento de la película ya sólo está en manos de McClane. Porque aquí, sí que no hay nada que reprochar: Willis, a sus 52 años sigue demuestra una entrega más que McClane es el papel de su vida. Nació para ese papel, lo sabe ejecutar a la perfección y, aunque las circunstancias que le rodeen no sean las mismas que en Nakatoni, él solito es capaz de aguantar la película en los ya flojísimos minutos finales (el enfrentamiento final con Gabriel más que decepcionante es poco menos que ridículo).

Si bien pues hay lugar a la decepción en esta cuarta entrega, no es tanta como habría cabido esperar. Parece que los impulsores de este reinicio de la saga no se dieron cuenta de que no es Bruce Willis toda La jungla, sino que había otra parte responsable de aquella mítica película de acción de finales de los 80: John McTiernan. A día de hoy, la saga parece agotada como lo parecía hasta el estreno de esta entrega, y sólo queda disfrutarla como entretenimiento liviano e intrascendente mientras en nuestro fuero interno desearíamos darle el pasaporte a algún que otro productor mientras recitábamos aquello de "Yippee-ki-yay, hijo de...
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Live free or die hard. Estados Unidos. 2007. 130'.
Director: Len Wiseman.
Guión: Mark Bomback; basado en un argumento de Mark Bomback y David Marconi; sobre el artículo "A farewell to arms" de John Carlin.
Producción: Michael Fottrell.
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Simon Duggan.
Montaje: Nicolas de Toth.
Diseño de producción: Patrick Tatopoulos.
Vestuario: Denise Wingate.
Puntuación: 5
Entra en la jungla...
http://www.labutaca.net/films/53/lajungla40.htm (sobre la peli)
http://www.lajungla4.es/ (web oficial España)
http://www.livefreeordiehard.com/ (web oficial E.E.U.U.)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1349 (sobre Bruce Willis)
http://www.imdb.com/name/nm0936482/ (sobre Len Wiseman)
http://www.imdb.com/name/nm0193295/ (sobre Cliff Curtis)
http://www.lashorasperdidas.com/reportajes/nov2003.htm (sobre John McTiernan)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Luego me leeré la crónica, aunque veo que aprobado justito. La decepción era esperada, creo que por eso no quiero verla.

Realmente, entro para copiar un inicio genial de la crítica de Enric González sobre la última película de Woody Allen.

"Los grandes maestros nunca realizan malas películas. En sus momentos más bajos firman un "divertimento", o un "ejercicio de estilo" o, en el peor de los casos, una "obra menor". Digamos que El sueño de Casandra, la última película de Woody Allen, es una obra muy menor. Pequeña. Diminuta."

Ese párrafo me parece una obra maestra...

Jordi Revert dijo...

Como casi todo lo que escribe este hombre...

Si eso es cierto, mal camino lleva Allen. "Scoop" ya era bastante más ligerita de lo que muchos esperábamos de él. Aún así, habrá que ver "El sueño de Casandra" sí o sí.