jueves, diciembre 20, 2007

Annie Hall



Woody Allen es un maestro. No siempre lo fue, pero a día de hoy lo es y lo ha sido desde el día en que todo su talento dio forma a algunas de las mejores películas del celuloide. No sabría decir cuál fue ese momento en el que el adjetivo cómico le quedaba pequeño incluso a alguien de su talla, ni señalar cuándo aquel neoyorquino criado en la tradición judía ortodoxa se había convertido en uno de los mayores genios del pasado siglo. No sabría decir en cuál de las películas de su extensa y cada día más imprescindible filmografía se convirtió en esa pieza indispensable para entender un arte en general y la comedia en particular. Pero lo cierto es que, de todas las películas que hayan despertado mi admiración hacia Allen, de todas mis candidatas a encumbrarlo en el magisterio del cinematógrafo, Annie Hall es la más espléndida, perfecta e imborrable obra que haya podido contemplar.

Sin disimular lo más mínimo su cariz autobiográfico, Annie Hall es un ensayo sobre las relaciones de pareja, eje principal en casi cualquier película en la carrera de Allen. Cuando la dirigió en 1977, el cineasta se hallaba en medio de una relación sentimental con Diane Keaton. Allen dejó paso a su alter ego, Alvy Singer, rebautizó a Keaton como la Annie del título y convirtió su octava incursión tras la cámara en una preciosa oda cargada de sinceridad y filosofía que miraba con particular embelesamiento a su pareja. A través de vivencias, encuentros y desencuentros y conversaciones en torno a la muerte, el sexo o el psicoanálisis, Annie Hall dispone en pantalla un mosaico de pasajes tan desordenados como la misma relación de la pareja que acaban configurando el más bello retrato de la misma. Los trazos de ese retrato se dibujan con diálogos de muchos quilates a través de conversaciones en las que abundan las referencias a Thomas Mann, Federico Fellini o The sorrow and the pity de Marcel Ophüls. Y es que el guión de Annie Hall está tan repleto de valiosa filosofía sentimental como de una referencialidad cultural que se emana de cualquier ocasión que Allen/Singer dispone, ya sea acomodándolo al afiladísimo humor imperante o trasgrediendo las barreras de la ficción para convertirlo en una brillante escena cargada de comicidad. Y ese momento concreto al que me refiero es aquel en que Alvy, en la cola de un cine junto con Annie, escucha desesperado las pedanterías que el cretino que le sigue en la cola le cuenta a su acompañante. Cuando el sujeto pasa a criticar a Marshall McLuhan, teórico sobre el que presuntamente imparte clases en la universidad, Alvy no puede soportarlo y se gira para reprender la ignorancia de sus argumentos sobre el señor McLuhan. Ante la insistencia de su oponente, Alvy decide traer dentro de campo al mismísimo McLuhan, quien coincide con Alvy en señalar el completo desconocimiento del tipo en cuestión en torno a sus teorías. Una inteligente y deliciosa utopía que a todos nos gustaría ver realizada alguna vez.



Como a la misma Annie, la película de Allen destila un sentido amor hacia la ciudad de Nueva York. Esa declaración está más presente que nunca: Alvy profesa su cariño hacia un modo de vida inherente a los cines y librerías de Nueva York, nostalgia hacia su antigua casa bajo una montaña rusa de Brooklyn y se vuelve completamente irritable, nervioso y fuera de control en cuanto visita Los Ángeles, ciudad de la que sólo puede echar pestes. Únicamente hace falta asistir al paseo de la pareja con el puente de Brooklyn de fondo para comprender el sentimiento que Allen profesa para con su ciudad durante la mayor parte de su filmografía. Nueva York es ese perfecto escenario en el que asistir a la vida descrita con sus neuras y obsesiones, sus paradojas y miedos, un lugar, contexto ligado a las relaciones sentimentales de sus protagonistas que a su vez remarca la desubicación de los mismos. Annie Hall es un completo recorrido por todas esas fases del individuo como lo es de los distintos estadios de la pareja. En dicho recorrido, Alvy Singer/Woody Allen desnuda su alma y se confiesa, se dirige a nosotros y divaga en torno al viejo chiste de Groucho Marx si es que no era de Freud ("jamás pertenecería a un club que aceptara tipos como yo"), busca la fórmula definitiva de la felicidad de la pareja con aquellos con los que se topa en la calle (obteniendo hilarantes respuestas) y al final es él mismo quien intenta explicarnos sus propias conclusiones.

Toda Annie Hall destila un encanto y está envuelta en un áurea única que la distingue de obras hermanas de su autor. Desde su carácter de exquisitez intelectual hasta su belleza como comedia romántica, toda ella está articulada con las mejores cualidades allenianas y rubricada con brillantes escenas en las que Keaton enamora a la cámara mientras canta una balada en un club o se ruboriza ante Alvy por no poder sacar adelante su primer encuentro. Es, en definitiva, una lección maestra de como hablar de la vida en pareja y ser divertido. Es un hito que perdura para recordarnos quién es Woody Allen y por qué el cine le debe tanto.
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Annie Hall. Estados Unidos. 1977. 93'.
Director: Woody Allen.
Guión: Woody Allen y Marshall Brickman.
Montaje: Wendy Greene Bricmont y Ralph Rosenblum.
Fotografía: Gordon Willis.
Vestuario: Ralph Lauren y Ruth Morlen.
Producción: Charles H. Joffe y Jack Rollins.
Intérpretes: Woody Allen (Alvy Singer), Diane Keaton (Annie Hall), Tony Roberts (Rob), Shelley Duvall (Pam), Paul Simon (Tom Lacey), Carol Kane (Allison), Janet Margolin (Robin), Colleen Dewhurst (Sra. Hall), Christopher Walken (Duane Hall), Donald Symington (Sr. Hall).
Puntuación: 10
Annie Hall en la red...
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2487.html (críticas de la película)
http://www.miradas.net/0204/estudios/2003/11_wallen/anniehall.html (estudio sobre la película)
http://www.imdb.com/title/tt0075686/ (sobre la película)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1615.html (sobre Woody Allen)
http://es.wikipedia.org/wiki/Diane_Keaton (sobre Diane Keaton)
http://es.wikipedia.org/wiki/Marshall_McLuhan (sobre Marshall McLuhan)

3 comentarios:

moonriver dijo...

¡Vaya!¡Un 10!Pues es una de las pocas de Woody Allen que no he visto.Habrá que ponerle remedio.

Jordi Revert dijo...

Mi favorita de Allen, hasta la fecha y sin ninguna duda, aunque es cierto que aún me queda bastante filmografía por ver...

moonriver dijo...

Bueno,a mí también me queda mucha filmografía suya por ver,pero creo que mi favorita es "Escenas en una galería".Aunque también me encantan "Hannah y sus hermanas","Match point" y "Misterioso asesinato en Manhattan".Un auténtico genio,sin duda:sus películas "malas" son mucho mejores que cualquier película mediocre.