lunes, diciembre 13, 2010

When you're strange

Esta historia empieza en las playas de California. Empieza incluso antes, en las puertas de la percepción de William Blake y en el malditismo fascinante del poeta Rimbaud. Continúa con estallidos, uno detrás de otro: la mayoría de veces son los acordes los que detonan lo insospechado, lo indecible; las otras, son los gritos y bombas de ese tiempo de agitación, el único en el que los Doors podían ver la luz y cobrar pleno sentido. Y finaliza con el silencio de la muerte, cierre obligado de mitos fugaces y última conquista de Morrison. También con la constatación de un legado, o de la experiencia intensa y ajustada —86 minutos— de un legado, más allá de la discreción documental con la que se nos proporciona. Puede que Tom DiCillo no entienda el embrujo y el arrebato del mismo modo en que Julien Temple entendía la mugre y la furia de los Sex Pistols. Pero para eso, ya están The Doors.
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En la imagen: Fotograma de “When you’re strange” – Copyright © 2009 Wolf Films, Strange Pictures y Rhino Entertainment. Distribuida en España por Avalon. Todos los derechos reservados.

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