Lejos del Roman Polanski más agitador, Un dios salvaje podría responder al fácil símil del lobo con piel de cordero, una película sin medias tintas pero en la que se columbra más furia de la desplegada sobre el escenario. Lo cual no evita, claro, que incómodas revelaciones se den cita entre las cuatro paredes: la maligna facilidad de Christoph Waltz para desmoronar todo sistema de valores ajeno, la comodidad de Jodie Foster a la hora de encarnar la más impostada moral occidental o la sorprendente progresión de John C. Reilly hacia un iracundo lado oscuro. Pero sobre todo, resulta inquietante el inevitable paralelismo que la cinta establece con El ángel exterminador (1962) de Buñuel, cada vez que sus encrespados personajes no consiguen abandonar la casa para volver al reglado y civilizado mundo exterior.
En la imagen: Fotograma de Un dios salvaje, película distribuida en España por Alta Classics © 2011 SBS Productions, Constantin Film Produktion, SPI Film Studio, Versátil Cinema, Zanagar Films y France 2 Cinéma. Todos los derechos reservados.