lunes, enero 23, 2006

Cantidades ingentes

De unos días a esta parte observo angustiado que, la velocidad con la que mi retina visiona cine queda muy lejos de la que me gustaría imprimir a mi ritmo de publicación en este blog. Es entonces cuando me doy cuenta de que la cinefagia es una cosa, y ponerse delante de un teclado a escribir un pedazo de texto con sentido es otra bien distinta. Mucho más difícil, y seguramente más polémico, pero al final más gratificante. Un servidor recuerda entonces que si escribe aquí con cierta regularidad es, precisamente, por la necesidad de compartir y discutir sobre una de sus mayores pasiones. Tranquilos, no voy a dejar caer una nueva retahíla de desesperantes confesiones. Fase superada. La cosa va de síntesis, resumenes, trozos de reflexiones y sentimientos que me dejaron algunas de esas películas perdidas en el camino que no han ocupado su sitio en cinelandia en favor de otras. Esto me pasa por devorarlas en cantidades ingentes... pero la otra opción sería dejar de hacerlo. Y no estoy por la labor.

Fascinante me resultó El viaje de Chihiro. Ni mucho menos una sorpresa. Ya venía avisado de la joya que me iba a encontrar y no es joya, sino un auténtico tesoro que se presenta capaz de romper todos los límites de la imaginación. Soy un completo ignorante del anime japonés y poco más sé de la trayectoria de Hayao Miyazaki. Pero sí fui capaz de darme cuenta hasta que punto me fascinó aquella recreación animada de un mundo de dioses y divinidades, en medio del cual se encontraba una Chihiro desconcertada, pero capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. El viaje de Chihiro es un torrente de magia y un derroche imaginativo que desborda la pantalla que, en ningún caso, se queda en la intrascendencia o en la superficialidad. El valor de la amistad, perseguir los sueños y lo maravilloso de la infancia son temas que se dan cita en una película que empieza resultando impactante y extraña al espectador occidental, pero que acaba tornándose para ese mismo espectador en una apasionante leyenda de incontestable calidad. Resulta increíble la profundidad de sus personajes, humanos o no, en un mundo mitológico compuesto de sueños y momentos de cine auténticos y deliciosos, atractivos y oníricos. Tal vez lo mejor de la película sea comprobar como se puede llegar a la maestría en un terreno tan improbable para ello como es este. Por eso Miyazaki sabe como nadie romper todos los estereotipos y tópicos fábricados en serie por la Disney desde tiempos inmemoriales (cinematográficamente hablando), para dar una lección de cine entrañable y absolutamente descargado de pretenciosidad. Una delicia.
Puntuación: 9,5











La decepción me la llevé con Crash, de Paul Higgis. Si bien Higgis se ganó un renombre como guionista de Million Dollar Baby, tampoco hay que enterrar que antaño fue uno de los responsables de la teleserie Walker, hecha para mayor gloria de un Chuck Norris repartiendo mamporros a diestro y siniestro. Su debut en la dirección es la historia de un día en la ciudad de Los Ángeles durante el cual se cruzan las vidas de un inmigrante persa, un cerrajero también extranjero, dos delincuentes, un policía, un policía racista, el fiscal del distrito y su mujer y otras tantas almas que vagan por esa ciudad inconexa e infinita, como la definía el asesino Vincent (Tom Cruise) de Collateral, acaso un ejercicio de acción mucho más consciente y conocedor de dicha ciudad. Crash me pareció endeble, poco profunda cuando habla de sus personajes, e increíble en el mal sentido de la palabra. Las historias son tan forzadas como los lazos que las unen y algunas escenas rozan el absurdo, lo irrisorio. Un ejemplo es cuando la niña corre a interponerse entre su padre y la bala que le dispara el inmigrante persa, saliendo de la casa envuelta en un alo de luz, o la muerte de uno de los delincuentes negros a manos de un policía, tan incomprensible como absurda (atención al diálogo previo). Pero lo peor es su empecinamiento en el discurso antiracista, tan mal hilvanado y con tan poca inteligencia que acaba resultando grotesco en algunos momentos ("Madre ahora no puedo, estoy follando con una blanca"). Sin embargo, tiene unas cuantas virtudes que la salvan del naufragio. El mayor mérito de Crash es su discurso sobre la culpa y la redención que ya abordara Haggis en el escrito de Million Dollar Baby. A esto le acompañan unas cuantas escenas brillantes como la del accidente de coche en el que Thandie Newton queda atrapada, o la desgarradora en que Matt Dillon ayuda a su padre enfermo sentado en el váter. Buenos momentos de cine que, sin embargo, quedan lejos de dos maestros en esto de cruzar vidas como son Paul Thomas Anderson y Robert Altman. Puntuación: 5















Curiosidad fue lo que me despertó La noche de Halloween. Sin esta película no se entenderían ni tan si quiera existirían un gran número de posteriores productos de terror. Desde que se estrenara en 1978, su herencia ha sido indiscutible. Wes Craven y sus sucesores nos han acostumbrado a la vertiente más gore del género y ahora nos resulta casi increíble revisitar La noche de Halloween (sí, la de Michael Meyers, el asesino de la máscara de hockey) para apenas encontrarnos unas pocas gotas de sangre. Con todo, se trata de una de las mejores películas sobre la figura del voyeur, el sujeto que observa desde lo lejos, el asesino y cazador que acecha y que no veremos hasta el final de la película. Desde el inicio en que vemos el primer asesinato a través de la máscara ya intuímos que ese ejercicio de observación va a ser constante y en verdad, si bien La noche de Halloween no provoca el miedo que la hacía la película favorita de muchos adolescentes de instituto para llevar a sus respectivos ligues, hoy día sigue siendo capaz de generar la original inquietud que generaba en el espectador. Puntuación: 8

















Nostalgia de una época y lugar que no viví es lo que sentí con la tan absurda como encantadora ¡Qué noche la de aquel día!, por una vez acertada reinvención del título al español (A Hard Day's night es el original que da también nombre a una canción de sus cuatro protagonistas). La película de Richard Lester es todo un icono del pop y bandera de las llamadas pop movies. La experiencia no es sino la de pasar un día entero con los Beatles y descubrir su doble faceta gamberra y adorable en un ejercicio de propaganda para el grupo más que efectivo. Es una película de escasos méritos cinematográficos, cosa que por otro lado, en ningún momento pretende. Su guión se limita a seguir a los Beatles en sus juergas, ruedas de prensa y a meter situaciones de relleno entre canción y canción en las que el cuarteto dan rienda suelta a sus locuras. Una película que si en la actualidad se hiciera con cualquier otro grupo resultaría una broma de mal gusto (véase Spiceworld) pero que muy al contrario enamora, por que se trata de quienes se tratan y porque fascina conocer un poco más al niño grande que fue John, al carismático Paul, la inteligencia de George o el alma noble de Ringo. El recuerdo de un mito que, huelga decirlo, tiene una de las mejores bandas sonoras de la historia. Puntuación: 6











Y la rareza me la encontré en Kiss Kiss Bang Bang. El debut en la dirección de Shane Blake es original pero no rompedor, visualmente atractivo pero no deslumbrante, divertido pero no despampanante... Se ve a gusto y en principio resulta una propuesta diferente, pero al fin y al cabo acaba siendo una película más de detectives con elementos atípicos al cine negro. Resulta acelerada y demasiado condensada en la hora y media que dura para entender la compleja telaraña de asesinatos y tramas, por lo que uno al final se acaba quedando con los mejores momentos de humor negro, que los tiene y no son pocos (genial la escena de la ruleta rusa o cuando Robert Downey Jr. encuentra el cadáver en su baño). Sorprende también encontrarse con cocesiones de sus dos protagonistas al espectador, al que hablan directamente incluso para comentar aspectos de la narración, un detalle que se aprecia y gusta excepto cuando se utiliza para justificar un happy end imposible. Kilmer y Downey Jr. forman una buena pareja protagonista, con química indiscutible entre dos personajes improbables, un detective gay y un chorizo de poca monta. Sus geniales créditos iniciales y su original forma de narración son los puntos fuertes de una película que se queda a mitad camino de lo que pudo ser. Puntuación: 6

17 comentarios:

Silver dijo...

Como ya he dicho varias veces, me sorprende bastante cuando a alguien le gusta mucho El viaje de Chihiro. No por mala sino por los prejucios frente a los dibujos animados en primer lugar y porq es un tanto densa de entender.

No hay buenos ni malos. Ni la bruja Jubaba es totalmente buena ni Haku un trozo de pan. Ese es un aspecto bastante interesante de la película, más cuando se nos martiriza desde pequeños con la milonga de que la vida es en blaco y negro y o estás con los buenos o con los malos.

Por cierto, la moraleja que yo saqué de este cuento es que cuando tengas que enfrentarte a una nueva vida y estés obligado a dejar todo atrás no te preocupes, porq allá a dónde vayas encontrarás gente magnífica y todo un nuevo mundo por descubrir.

Jordi Revert dijo...

De acuerdo en todo. Bonita moraleja. Lo mejor de la peli, las cabezas saltarinas :b

Luke dijo...

jajajaja Sin duda, lo mejor las cabezas. Me gusta más el análisis del principio ke la moraleja final de disney :P

La rana también molaba.

Sus dijo...

Cómo??? Decepción con Crash?!?! No me digas eso que la veo mañana... :(

Jordi Revert dijo...

Demasiado tarde... :b

manel dijo...

He de decir que no estoy deacuerdo con la crítica que haces de Crash. Lo siento. Pienso que es un film de un guión muy curado e inteligente. Y habla del racismo de una forma muy irónica. Me parece un punto de vista acertado porque TODOS somos racistas. En una medida o en otra. El caso es que Crash habla de una posible iluminación de la sociedad, de un atisbo de esperanza entre nosotros (los racistas).

No negaré que hay momentos de un excesivo "pastel". Sin duda alguna cuando la niña cubierta con su capa invisible salva al padre. Vale no lo niego, pero está reforzado con un elemento de realidad que son las balas de fogueo. Me parece un recuerso de guión brillante. Del mismo modo que el film es irónico en todo su sentido. El policía que ha ayudado al negro realizador de series es quien acaba matando a un negro por puro prejuicio.

Para nada intento justificar mi planteamiento. Sólo digo que no creo que se merezca un cinco.

PD: el resto de films no los he visto, no puedo opinar. Sorry.

PD2: por favor id a ver CACHÉ de Haneke.

Jordi Revert dijo...

Bueno, me hubiera gustado dedicarle más espacio a Crash... es de las que tiene debate. Por cierto que tengo unas ganas locas de ver la otra Crash, la de Cronenberg... si cabe aún más discutible y polémica que esta. Pero bueno, me alegro de que hayan opiniones diferentes. Un saludo :)

Luke dijo...

"Me parece un punto de vista acertado porque TODOS somos racistas".

Si TÚ lo dices...

manel dijo...

jejejejeje :P

Sus dijo...

Ayer empecé a ver la "Crash" de Cronenberg pero no me daba tiempo y prefería no cagar así la película. De todos modos, la cara de vicioso del protagonista se sale de los límites, eh? Y la cara de la rubia...

PD: Ayer entendí porque hay tanto friki de "Lost".

Anónimo dijo...

Creo que has dado en el clavo con Crash,es una peli interesante con algunos buenos momentos pero que resulta ser una mala copia de "Vidas Cruzadas", el final con la nevada que reune a todos los personajes es un plagio del terremoto de la de Altman....
De todas maneras la peli se deja ver pero no profundiza ni en la historia, ni en los personajes. Por cierto Vidas Cruzadas la tengo por si quieres verla jejeje. Abrazos

Jordi Revert dijo...

De Altman vi El juego de Hollywood, MASH y Conflicto de Intereses, pero Vidas Cruzadas es mi gran asignatura pendiente, así que ya me la dejarás. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo tambien creo que todos somos racistas. Y lo peor es que nos creemos tolerantes...

Anónimo dijo...

Ah, no he comentado nada porque no he visto ninguna. El otro dia vi Flores Rotas y me gusto bastante mas de lo que habia oido de ella.
Me apetece empaparme de cine cuando vuelva a Espanya...

Ctrl_Alt_Supr dijo...

Una correcion, el asesino de Halloween no era el que tenia la careta del jugador de hockey, ese era Jason Vorhees el protagonista de la saga Viernes 13.

Jordi Revert dijo...

Vaya, los había confundido. Eso demuestra que estoy bastante pez en el género, mis disculpas. Gracias por la corrección.

Ctrl_Alt_Supr dijo...

No pasa nada, no se si es positivo o negativo poder decir que se cosas como esas :P