lunes, abril 24, 2006

Los tres entierros de Melquíades Estrada

Posted by Picasa


Hay películas silenciosas, discretas que sin hacer ruido y paso a paso reclaman un lugar en la memoria colectiva. Películas que funcionan por el boca a boca, sin demasiada promoción y poco llamativas en principio se convierten en una revelación y que con el tiempo crecen. Al que escribe estas líneas no le cabe ninguna duda de que Los tres entierros de Melquíades Estrada, el notable debut tras la cámara del curtido actor Tommy Lee Jones es una de ellas.

Empezemos por el principio, y esto sería redundante si no hablaramos de un guión bajo el sello de Guillermo Arriaga. Este es, sí, aquel que ya nos deleitó con dos soberbios textos como Amores Perros y 21 gramos, llevados a la pantalla por su complemento perfecto, el mexicano Alejandro González Iñárritu. Uno de los pocos guionistas con tanto peso en la actualidad que por momentos parece superponer su identidad y su mano a la del propio director de la película, capaz de incentivar a la salida del cine el recurrente comentario de "se nota que es del guionista de...". Durante la primera media hora de Los tres entierros de Melquíades Estrada, ese pensamiento invade la mente del espectador y por momentos uno empieza a dudar si en verdad se trata de un síntoma positivo o habla de una dependencia excesiva de los guiones de Guillermo Arriaga. En esa introducción, de nuevo encontramos una narrativa fraccionada, con saltos en el tiempo que confunden (pero de los que en cierta manera ya vamos prevenidos), con la presentación de los personajes y de la historia: Melquíades Estrada es un vaquero mexicano, un "espalda mojada" que cruza la frontera hasta Texas donde conoce a Peter (o Pedro) con quien entabla una estrecha amistad. Por otro lado, un joven y aburrido matrimonio se traslada a vivir al pequeño pueblo debido al trabajo de guardia fronterizo de él (Barry Pepper). Por supuesto, el destino hará que estas historias se entrecrucen y que en un accidental fuego cruzado, el guardia Mike Norton acabe matando a Melquíades Estrada.

Es en este punto donde Los tres entierros... abandona la rotura temporal, los saltos y vuelve a la narración lineal. Es como un acto de rebeldía equiparable al de Pedro ante los deseos de la policía fronteriza de "enterrar" el asunto Melquíades Estrada. Atendiendo a la promesa realizada a su amigo y ante la impotencia de la injusticia pavoneándose ante sus narices, Pedro desentierra a Melquíades y secuestra a su asesino para iniciar un hermoso viaje. Para uno significará el homenaje a una amistad inolvidable. Para otro, su aparentemente imposible redención.
En ese momento de la película de Tommy Lee Jones, la historia sube un escalón de interesante a apasionante y comienza a destapar sus cartas, a desnudarse y a mostrarse como lo que es: un thriller fronterizo y de autor, una suerte de western crepuscular que bebe de las influencias de Peckinpah o Leone y, por encima de cualquier adjetivo, una película humana, tolerante como pocas y que hace una loable reivindicación de la igualdad racial y de los derechos del hombre. Prueba de ello es la transformación renqueante, la salvación del alma (no del todo convincente, más por el personaje que por la buena actuación de Barry Pepper) del guardia Mike Norton que sufre en sus carnes una cura de humildad y que le aboca a aceptar aquellas gentes que en el pasado les infundía desprecio.

La humanidad de Los tres entierros de Melquíades Estrada pasa en buena medida por la exploración de sus personajes, abandonados y solitarios que se sujetan a la vida por una u otra razón o por ninguna en concreto. Pedro vive para llevar y enterrar a Melquíades en su antiguo rancho, Jiménez, allá donde algún día despertó sus ilusos deseos de amar y tener una familia, allá donde Pedro siente necesidad de empezar una vida con Rachel, la desilusionada camarera de su pueblo abandonada al sexo con cualquiera que se acerque a la acogedora cafetería que regenta con su marido Bob. El guardia Mike, de alma intoxicada, iracundo y despreciable, es obligado a un co-protagonizar una odisea que no entenderá hasta llegar a su destino final y en la que se toparán con otras almas errantes, véase un viejo ciego abandonado en una cabaña que pide que le ejecuten para no ofender a Dios con el suicidio.

Todos estos elementos, sumados a un gran trabajo de fotografía de Chris Menges, hacen de Los tres entierros de Melquíades Estrada una obra notable, con evidentes defectos en la composición de algunos personajes y la ligereza de algunos diálogos (el encuentro con el grupo de nómadas cerca de El Tostón) pero que en su conjunto supone un debut alentador, mejorable pero que no desentonaría ni mucho menos en la filmografía de un maestro como John Ford. Es de mención, por supuesto, no solo el buen trabajo de dirección de Tommy Lee Jones sino su actuación ante la cámara, merecedora de la Palma de Oro que le fue otorgada en Cannes. El papel de duro solitario y empecinado en cumplir el deseo de aquel amigo que le dio tanto, le viene al pelo y poco menos se puede decir que aumenta su espectro como uno de los grandes actores de la actualidad. Su actuación, uno de los pilares fundamentales de la película, es conmovedora y consigue poner al espectador de su lado generando una simpatía y un cariño inusuales por un personaje (este sí) perfectamente construido por Arriaga.

Los tres entierros... también demuestra que Tommy Lee Jones es un viejo zorro que ha sabido esperar el momento y la historia apropiada para probar sus aptitudes como realizador. Un recibo donde aparecen detallados su buena cabeza y madurez a la hora de abordar una historia como esta de un guionista como este. Una opera prima no exenta de sensibilidad, emoción y mensaje. Ingredientes que, combinados de manera inteligente, hacen lo que es posiblemente una de las mejores películas del año. Y un auténtico gustazo.
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The three burials of Melquiades Estrada. Estados Unidos y Francia. 2005. 116'.
Director: Tommy Lee Jones.
Guión: Guillermo Arriaga.
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Chris Menges.
Montaje: Roberto Silvi.
Diseño de producción: Merideth Boswell.
Dirección artística: Jeff Knipp.
Vestuario: Kathleen Kiatta.
Intérpretes: Tommy Lee Jones (Pete Perkins), Barry Pepper (Mike Norton), Julio César Cedillo (Melquiades Estrada), Dwight Yoakam (Belmont), January Jones (Lou Ann Norton), Melissa Leo (Rachel), Levon Helm (Anciano ciego), Mel Rodríguez (Capitán Gómez), Cecilia Suárez (Rosa), Ignacio Guadalupe (Lucio), Vanessa Bauche (Mariana).
Puntuación: 8
Para seguir desenterrando cosas de la peli...
http://www.critica.cl/html/cobos_02.htm (entrevista a Guillermo Arriaga)

8 comentarios:

Luke dijo...

Sí señor. Ya era hora. Hace tiempo ke la vi, pero recuerdo ke se la recomendé a todo el mundo en un radio de 2 o 3 días después...

Es larga, pero parece que nació para no durar un minuto más. Yo, iwal ke tú, destacaría también el gran papel de los secundarios (ya sea el de las mujeres o el del viejo ciego, uno de los mejores momentos de la película para mí). Y sí, se nota mucho que es de Arriaga.

Una vez más, el final no me dejó muy buen sabor de boca, pero quizá si la welvo a ver cambie de opinión... Y sí, la fotografía también es un gran punto a su favor.

Sin ke sirva de precendete, estoy de acuerdo en la nota final.

Jordi Revert dijo...

Yo al ver el final sentí como si le faltara algo, pero de alguna manera y reflexionando luego sobre la película, acabé pensando que es el final que tiene que tener, lejos de impactar o dar un giro a la historia, para mí es la consecuencia lógica del viaje y de la promesa a Melquíades.

Ah, y para mí el momento del viejo ciego también es de los mejores de la película...

manel dijo...

Estoy en sintonía con vosotros. Me parece una gran película, bien dirigida y con buenos actores (aunque Barry Pepper tiene momentos bastante mejorables, pero sí convincentes). Lo que pasa es que según pude apreciar únicamente hay 2 entierros, no 3. En un primere momento se entierra, contra la voluntad de Tommy Lee Jones, en una parcela en construcción. Y de ahí ya pasamos al entierro al final del film. No creo que me despistara pero corregidme si me equivoco.

Me parece magistral la secuencia en que Tommy está esperando la llamada de Texas en la cantina mexicana cuando le llama la camarera. Cuatro plano muy medidos con una eficacia suma y un dialogo que brilla por su sencilleza de contenido.

Jordi Revert dijo...

Pues sí, yo también me di cuenta. Realmente son dos entierros. En la película entienden el segundo entierro como la escena en que le llevan a la que fue su casa y le dejan en su cama, creo, porque es en ese momento que un título deja paso a otro capítulo: El viaje.

manel dijo...

Es que me dejó inquieto porque hasta el título del film hace referencia a tres entierros. No sé me parece curioso, cual será el tercer entierro. Quiero pensar que hay un mensaje detrás de todo esto porque no creo que sea un fallo, sino menuda cagada. No sé...

Anónimo dijo...

No la he visto, pero digo yo que el director sabrá contar hasta tres. Algo querrá decir con eso. Quizá no, y pensó que tres molaba más que dos.

También existe la opción de que lo haya hecho para que todo el mundo salga del cine pensando en el tema. Y luego lo comente con todos los que se encuentre que la hayan visto. Es una buena forma de que se hable de tu película. Un operación que ya utilizó en su momento 101 un dálmatas. Y paro ya que no quiero entrar en tecnicismos...

Aguiló.

Jordi Revert dijo...

Esta es la sinopsis de La Butaca:

"El cuerpo de Melquiades Estrada (Julio César Cedillo) aparece en pleno desierto, donde ha sido enterrado precipitadamente después de su asesinato. Las autoridades locales, sin pre-ocuparse por las causas de este crimen, dan sepultura a Melquiades en el cementerio público. Pete Perkins (Tommy Lee Jones), capataz de la región y mejor amigo de Mel-quiades, decide investigar por sí mismo y descubrir al asesino, obli-gándole a que lleve a su amigo a su El Dorado natal, México. De esta manera ofrecerá a Melquiades su viaje más hermoso, el de su tercer entierro."

He mirado en dos o tres páginas más (me suelo fiar más de esta)y más o menos ponían lo mismo. Eso sí, también me he encontrado algún foro en el que he podido leer cosas como estas:

"Los tres entierros de Melquíades Estrada" (por cierto debo ser un poco tonto pero el primer entierro no lo he visto o no me he dado cuenta, por que enterrar sólo lo entierran dos veces)únicamente chirria con..."

Lo único que está claro es que no está claro.

manel dijo...

Es que tiene injundía el tema. Me gustaría volverla a ver y descubrir ese entierro "fantasma". A veces ver ciertas cosas no son fáciles. Por lo menos ahora me siento una persona normal, creía que era el único que no había visto los tres entierros.