jueves, abril 27, 2006

Syriana

Posted by Picasa



Hace ya muchos años desarrollé una efímera pero intensa afición: los puzzles. Horas y horas pasaba frente a una mesa en la que se agolpaban piezas en número no inferior a mil esperando a que mis manos las encajaran para formar unos pocos centímetros de cielo azul o un diminuto pedazo de césped. Hacer puzzles puede ser frustrante, desesperante, inútil y una buena retahíla de adjetivos no demasiado positivos. Sin embargo, al encajar la última de esas mil piezas uno siente una inefable satisfacción que no puede explicar con palabras a aquel que le mira como a un bicho raro. Un orgullo que te pertenece sólo a tí y que acaba dibujándote una sonrisa al final del final. La anécdota en sí no tiene más trascesdencia que la del mismo puzzle, pero me vale para establecer el paralelismo perfecto para con lo que es la película que aquí me ocupa: Syriana.

En el año 2000, Steven Soderbergh llevó a cabo una de las mejores películas de principio de siglo. Se trataba de Traffic, una ambiciosa y coral producción sobre el mundo de la droga que reflejaba toda su realidad, desde aquellos que la plantaban hasta los que la consumían, pasando por los distribuidores y por gente de diferente clase y condición. Traffic resultó ser una película con unas coordenadas muy claras: imperaba el estilo visual impuesto por Soderbergh, de imágenes crudas, utilizando la cámara en mano y dando un realismo meridiano a cada plano y escena; el ritmo narrativo resultaba apasionante pese a la casi entera ausencia de escenas de acción; la historia reflejaba una problemática social y venía presentada como un auténtico mosaico de personajes y vidas paralelas, tangentes o encontradas que tenían ese punto en común. De esas señas de identidad que hicieron de Traffic una película imprescindible, eran tan culpables Steven Soderbergh como Stephen Gaghan. El guionista presentó sus credenciales con un guión absolutamente brillante, complicado pero no trillado, también marcado por el fraccionamiento y por la conciencia social. Aquel trabajo hizo que su nombre fuera recordado y que se presumiera, tarde o temprano, un prometedor debut en la dirección que no llegó con La desaparición de Embry (2002), una opera prima que pasó demasiado desapercibida. Su segunda película, sin embargo, es otra cosa.

Cuando Gaghan se pone detrás de la cámara, cabe advertir en él que, efectivamente, le gusta el estilo de su amigo Soderbergh. Desde los mismos patrones visuales parte Syriana que Traffic, contando el añadido de un reclamo actoral como es George Clooney como fueron en su día Michael Douglas o Benicio del Toro. Es, sin embargo, el milimetrado guión lo que hace de Syriana un proyecto mucho más personal. Para empezar, se trata de un guión fundamentado en una un proceso de investigación titánico centrado en el escenario internacional del mercado del petróleo, así como de la trama política y de intereses involucrada en el mismo. De hecho la palabra "Syriana" la define el propio Robert Baer (al que interpreta Clooney en la película) en su libro See no evils (en que se ha basado Gaghan para escribir su guión), como "un lugar ficticio, un término que se utiliza para describir el rediseño de las fronteras del Oriente Medio para que se ajusten a nuestros intereses (los de Estados Unidos)”. Tomando la historia de Baer como punto de partida, Gaghan escribe una historia llena de personajes relacionados o no entre sí, pero todos afectados de una manera u otra por esa guerra del petróleo, una historia de la que supondría un acto temerario escribir una sinopsis en este mismo post y de la que ya dan buena cuenta algunos de los links que dejo al final del mismo.
Y es que el guión de Gaghan es complejo, muy complejo. Complejísimo. Es un reto lanzado al espectador, un desafío que propone un intenso devaneo de sesos y le obliga a no bajar la guardia en ningún momento. Eso hace de Syriana un puzzle de más de mil piezas, una propuesta complicada de entender y agravada por los múltiples saltos geográficos y líneas argumentales desarrolladas, pero al fin y al cabo un ejercicio enormemente gratificante para aquel que logra el objetivo y que, además, induce a la reflexión de un problema vigente y de actualidad.

Tiene, además, la virtud de mantener la tensión sin recurrir al artificio, de buscar la atención del público mediante un guión sin golpes de efecto, y con un elenco envidiable de grandes actores como Clooney, Plummer, Hurt o Cooper. Pese a que es una película difícil como pocas, es alentador encontrarse con un thriller político como Syriana, de disimulada pero no oculta ideología, crítico con la política de su país en el marco internacional de las negociaciones del crudo y con temas adyacentes al mismo como el terrorismo islámico o el tráfico de armas. Es por eso que, pese a las dificultades para mantener un ritmo constante e interesante para el espectador, Stephen Gaghan sale airoso y acaba firmando dos buenas horas de cine político. Bien es cierto que algo más de sencillez y un mensaje más directo hubieran hecho ganar a Syriana puntos de cara a la gran película que aspira a ser, pero su empeño por lo complejo, por lo enrevesado de la trama (eso sí, en sacrificio de cualquier forma de impacto) es un punto en común con el caos que está describiendo y que no es sino la realidad de corrupción e intriga que invade la industria mundial del petróleo.

Este mosaico apasiona o aburre, fascina o produce tedio, interesa o no, pero seguro no deja indiferente a nadie. Paciencia, ingenio e inteligencia son elementos necesarios para hacer este puzzle político, comprometido e incómodo. Syriana es cine que trasciende a la realidad y llama al debate. Cine donde las tensiones y los acontecimientos se precipitan al ritmo vertiginoso con el que el precio del crudo alcanza nuevos máximos día a día.
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Syriana. Estados Unidos. 2005. 126'.
Director: Stephen Gaghan.
Guión: Stephen Gaghan; basado en el libro "See no evil" de Robert Baer.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Robert Elswit.
Montaje: Tim Squyres.
Diseño de producción: Dan Weil.
Vestuario: Louise Frogley.
Intérpretes: George Clooney (Bob Barnes), Matt Damon (Bryan Woodman), Jeffrey Wright (Bennett Holiday), Chris Cooper (Jimmy Pope), William Hurt (Stan Goff), Mazhar Munir (Wasim), Tim Blake Nelson (Danny Dalton), Amanda Peet (Julie Woodman), Christopher Plummer (Dean Whiting), Alexander Siddig (Príncipe Nasir).

Puntuación: 7
Sigue explorando Syriana...
http://www.blogdecine.com/archivos/2006/02/28-syriana-breve-guia-para-en.php (sobre la peli)
http://www.labutaca.net/56berlinale/syriana.htm (sobre la peli)
http://www.labutaca.net/56berlinale/syriana.htm (página web en España)
http://www.syrianamovie.com/ (página web oficial)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1407 (sobre George Clooney)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1506.html (sobre Matt Damon)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2137.html (sobre Chris Cooper)
http://www.losguionistas.com.ar/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=123&mode=thread&order=0&thold=0 (sobre Stephen Gaghan)

10 comentarios:

Jordi Revert dijo...

Yo tampoco lo sabía, lo de burial... La verdad es que muchas horas después de ver la peli (Syriana) aún le daba vueltas a ciertas cosas, he de reconocer que me picó el gusanillo y que no me importaría volver a verla

Jordi Revert dijo...

Y por cierto, lo de Ginebra no es nada, que Esteso y Pajares van a rodar aquí en Valencia su nueva película, creo que hacen casting en Gurú, todo un acontecimiento :S

Jordi Revert dijo...

Bueno, sabía que esta iba a traer cola...

"Yo cuando no se quien me dijo... e..pero que los terroristas suicidas estaban contratados por la CIA... ya dije..vaya..debo haber estado en namec durante la pelicula porq juraria que en ningun momento han hecho ninguna referencia a ello..." Pues... sinceramente, no sé quien te dijo eso, pero creo que no es cierto y que no se menciona durante la película. En todo caso los terroristas suicidas pertenecen a un grupo que precisamente quieren truncar los intereses pro-occidentales del príncipe Meshal (en detrimento del príncipe Nasir, quien quiere hacer establecer negociaciones con China y romper con las petrolífera).

A mí sinceramente me pareció apasionante, compleja, pero apasionante, y de hecho no creo que lo cuente mal porque al acabar la película, logré entender todo y, como ya he dicho, volvería a verla. Creo que su estructura tiene capas y capas y capas y que a veces se excede con los saltos geográficos, pero en ningún momento eso me hizo caer en el tedio o aburrirme.

P.D.: De seguro que si hubiera estado hecha en forma documental no habría llegado a la mitad de gente ni hubiera acaparado la mitad de atención.

Luke dijo...

Yo vi el caso de agua.

Anónimo dijo...

Pues yo la vi en italiano, sin saber muy bien donde me metia. Si vosotros mismos decis que es una pelicula muy compleja, imaginaos verla en un idioma que no es el tuyo. Me costo muchisimo entender muchas cosas y la sensacion que me quedo es que tengo que verla en espanyol, porque me gusto bastante a pesar de haberme quedado a medias en algunas cosas.

Jordi Revert dijo...

En italiano imposible, seguro, jeje.

Yo creo que sí se puede ir al cine a estar concentrado, de hecho yo agradezco este puzzle, agradezco que me hagan pensar y más si luego eso te lleva a la reflexión. No todo ha de ser entrenimiento y evadirse. Yo también la volvería a ver (aunque no en italiano :b).

Sobre el Caso Slevin, me sorprende lo que me dices, Lau, así que le daré una oportunidad si tengo ocasión.

Anónimo dijo...

No la he visto, pero también me han recomendado la película que dice Lau...

Aguiló.

Sus dijo...

Sólo entraba para decir que vuelvo a estar en circulación. La abstinencia involuntaria se ha terminado, gracias a dior.

PD: Felicidades retrasadas :)

Jordi Revert dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Jordi Revert dijo...

Buena noticia entonces ;) Muchas gracias

P.D.: Habrá que ver el Caso Slevin pues...
P.D.:Canario, te ha quedado bonito el email al programa, jeje.