La explotación masiva y orgiástica que el género fantástico está viviendo de unos años a esta parte se hace evidente cuando uno ve películas como La brújula dorada. Poco importa ya si el defecto de origen se encuentra en las novelas o en una incorrecta adaptación de la misma cuando, como otras tantas, se inscribe bajo el manido perfil de película familiar que nos traslada a otros mundos y cuya imaginación desbordante no es sino una excusa nada disimulada para desplegar las redes de su merchandising. Estamos, una vez más, ante un ejemplo de comercialización imponiéndose al cine, una muestra fabricada en cadena que se une a una triste lista de películas fantásticas que en los últimos tiempos nacen con el objetivo de captar tantos públicos como les sea posible bajo el falso disfraz de la artesanía y la imaginación.
La brújula dorada se ajusta al arquetipo que se ha impuesto para un género supuestamente dirigido tanto a la familia como al público juvenil: niña intrépida ajena al complicado mundo de los adultos acaba siendo la inesperada y única esperanza para salvar a un mundo en el que conviven y luchan diversas especies (acá osos guerreros, giptanos, humanos, brujas...). Primera entrega de una trilogía basada en la saga fantástica de Philip Pullman La Materia Oscura, desconozco si la obra escrita ofrecía más riqueza narrativa y descriptiva de la que puede presumir su equivalente cinematográfico, pero lo cierto es que la película de Chris Weitz se limita a precipitar en la pantalla una avalancha de personajes y seres en una retahíla de escenas fantásticas servidas al más puro espectáculo que apenas dejan entrever lo que realmente está pasando. Por si fuera poco La brújula dorada agiganta su maquinaria promocional anunciando grandes estrellas que luego apenas sí disfrutan minutos de metraje (Daniel Craig, Nicole Kidman y Eva Green apenas disponen de dos o tres escenas, mientras que lo de Christopher Lee casi podría considerarse un cameo). Anunciada por New Line Cinema como la trilogía heredera de El señor de los anillos (también de dicha productora), la comparación deja en vergonzosa evidencia a La brújula dorada desde el momento en que es incapaz de ofrecer un mínimo desarrollo de sus personajes o cualquier atisbo de profundidad de su contexto (poco sabemos acerca de una sociedad regida por un organismo llamado "Magisterio"), amén de la vacuidad de sus diálogos. Ni siquiera la batalla final tiene parangón alguno con la más mínima reyerta de la trilogía de Jackson, sino que muy al contrario no deja de subrayar un desorden y desconcierto reinante durante la mayor parte de la película que llega aquí a su punto álgido.
Algunas ideas bien desarrolladas, como la disputa del trono de los osos guerreros o el paralelismo vital establecido entre humanos y "daimonions" (animales en continua transformación en los que reside el alma de sus dueños) caen en saco roto porque el tono general de la película fluye en la más absoluta superficialidad, sin ofrecer aportes nuevos al género allá donde podría hacerlo (la interpretación de los símbolos de la brújula se resuelve con un destello de polvo en el que la joven heroína halla la respuesta). No hay intención alguna de construir un verdadero mundo de fantasía en el que los intereses de los distintos personajes vienen precedidos de una historia, un desarrollo, sino el abocamiento de la mayor cantidad posible de elementos embelesadores empacados en dos horas de metraje acompañadas con una banda sonora que apela constantemente a la épica, pero que se olvida al instante deja de sonar y rubricadas con la sensiblera canción de turno en los créditos finales. Paralelamente, el notable trabajo desempeñado en la dirección artística queda desalentadoramente complementado por todo ese pastiche fantástico que apenas tiene algo que ofrecer y mucho dinero que pedir.
Si todo ese conjunto no induce al aburrimiento es por aglutinamiento de elementos y no por la mínima emoción que se le debiera suponer a un producto de esta clase. La brújula dorada acaba, como no, con la promesa abierta de su continuación, dejando una misión en transcurso y la expectativa creada en las crecientes hordas de seguidores sedientos de fantasía prefabricada y trilogías que la retroalimenten. Una tendencia que, por desgracia, parece no ver fin.
------------------------------------------------------------------------------La brújula dorada se ajusta al arquetipo que se ha impuesto para un género supuestamente dirigido tanto a la familia como al público juvenil: niña intrépida ajena al complicado mundo de los adultos acaba siendo la inesperada y única esperanza para salvar a un mundo en el que conviven y luchan diversas especies (acá osos guerreros, giptanos, humanos, brujas...). Primera entrega de una trilogía basada en la saga fantástica de Philip Pullman La Materia Oscura, desconozco si la obra escrita ofrecía más riqueza narrativa y descriptiva de la que puede presumir su equivalente cinematográfico, pero lo cierto es que la película de Chris Weitz se limita a precipitar en la pantalla una avalancha de personajes y seres en una retahíla de escenas fantásticas servidas al más puro espectáculo que apenas dejan entrever lo que realmente está pasando. Por si fuera poco La brújula dorada agiganta su maquinaria promocional anunciando grandes estrellas que luego apenas sí disfrutan minutos de metraje (Daniel Craig, Nicole Kidman y Eva Green apenas disponen de dos o tres escenas, mientras que lo de Christopher Lee casi podría considerarse un cameo). Anunciada por New Line Cinema como la trilogía heredera de El señor de los anillos (también de dicha productora), la comparación deja en vergonzosa evidencia a La brújula dorada desde el momento en que es incapaz de ofrecer un mínimo desarrollo de sus personajes o cualquier atisbo de profundidad de su contexto (poco sabemos acerca de una sociedad regida por un organismo llamado "Magisterio"), amén de la vacuidad de sus diálogos. Ni siquiera la batalla final tiene parangón alguno con la más mínima reyerta de la trilogía de Jackson, sino que muy al contrario no deja de subrayar un desorden y desconcierto reinante durante la mayor parte de la película que llega aquí a su punto álgido.
Algunas ideas bien desarrolladas, como la disputa del trono de los osos guerreros o el paralelismo vital establecido entre humanos y "daimonions" (animales en continua transformación en los que reside el alma de sus dueños) caen en saco roto porque el tono general de la película fluye en la más absoluta superficialidad, sin ofrecer aportes nuevos al género allá donde podría hacerlo (la interpretación de los símbolos de la brújula se resuelve con un destello de polvo en el que la joven heroína halla la respuesta). No hay intención alguna de construir un verdadero mundo de fantasía en el que los intereses de los distintos personajes vienen precedidos de una historia, un desarrollo, sino el abocamiento de la mayor cantidad posible de elementos embelesadores empacados en dos horas de metraje acompañadas con una banda sonora que apela constantemente a la épica, pero que se olvida al instante deja de sonar y rubricadas con la sensiblera canción de turno en los créditos finales. Paralelamente, el notable trabajo desempeñado en la dirección artística queda desalentadoramente complementado por todo ese pastiche fantástico que apenas tiene algo que ofrecer y mucho dinero que pedir.
Si todo ese conjunto no induce al aburrimiento es por aglutinamiento de elementos y no por la mínima emoción que se le debiera suponer a un producto de esta clase. La brújula dorada acaba, como no, con la promesa abierta de su continuación, dejando una misión en transcurso y la expectativa creada en las crecientes hordas de seguidores sedientos de fantasía prefabricada y trilogías que la retroalimenten. Una tendencia que, por desgracia, parece no ver fin.
The golden compass. Estados Unidos. 2007. 113'.
Director: Chris Weitz.
Guión: Chris Weitz; basado en el libro "Luces del norte" de Philip Pullman.
Producción: Deborah Forte y Bill Carraro.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Henry Braham.
Montaje: Anne Coates.
Diseño de producción: Dennis Gassner.
Vestuario: Ruth Myers.
Intérpretes: Nicole Kidman (Marisa Coulter), Dakota Blue Richards (Lyra Belacqua), Sam Elliott (Lee Scoresby), Eva Green (Serafina Pekkala), Daniel Craig (lord Asriel), Tom Courtenay (Farder Coram), Derek Jacobi (emisario magisterial), Simon McBurney (Fra Pavel), Jim Carter (John Faa), Ben Walker (Roger), Clare Higgins (Ma Costa).
Puntuación: 4
Sigue la dirección de la brújula...
http://www.labutaca.net/films/50/thegoldencompass.htm (sobre la película)
http://es.wikipedia.org/wiki/Luces_del_Norte (sobre el libro)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1532.html (sobre Nicole Kidman)
http://www.imdb.com/name/nm0185819/ (sobre Daniel Craig)
http://www.imdb.com/name/nm2301950/ (sobre Dakota Blue Richards)
http://www.imdb.com/name/nm0000385/ (sobre Sam Elliot)
http://en.wikipedia.org/wiki/Chris_Weitz (sobre Chris Weitz)
5 comentarios:
Buena muestra del merchandising al que haces alusión es la reciente reedición de la Trilogía de Pullman,previo el preceptivo cambio de portada,sustituyendo las ilustraciones originales por la archiconocida imagen de la niña con el oso.Aunque,lo mejor de todo es que,en el colmo de la originalidad,han utilizado el mismo fotograma para los tres libros,eso sí,cambiando la tonalidad del mismo (azul,verde y creo que amarillo).
Todavía no he visto la película,así que me abstendré de ponerla a parir hasta que lo haga.
En cuanto a los libros,los conocía hace bastante tiempo,pero no he leído ninguno,así que no sé si las deficiencias que señalas provienen ya de la obra en sí o,como sucede en muchas de estas ocasiones,proceden de esos magníficos guionistas adaptadores de obras literarias que tiene Hollywood.
Pues sí. Reediciones, videojuegos, y todos los juguetes posibles de cara a las navidades. Yo tampoco he leído los libros y, sinceramente, tampoco se los voy a pedir a los reyes.
Pues seguro que los libros ayudan a comprender la peli.Que quieres que te diga,si no me hubiera leído los libros de Harry Potter no me habría enterado de la mitad de las películas y bueno aunque su calidad literaria sea cuestionable enganchar enganchan y de qué manera.
Claramente falto profundidad en los dialogos, pero quiero destacar la simbologia existente. por ejemplo brujula - tarot simbolos para el autoconocimiento y no para adivinar el futuro sino conocer la verdad que todos quieren ocultar. Magisterio - Opus Dei, institucion religiosa que impide la libertad de conciencia y desea ocultar los conocimientos que hacen libres a los seres humanos.
El frio de la nieve - la frialdad del alma y la separacion de esta con la persona,
la escuela, los vigilantes y sus atuendos, claramente nazis y recordaba a Foucault con " vigilar y castigar" . Una bruja habla del libre albedrio se alude al Cuarto Camino que plantea Gurdieff
Suma y sigue
Es posible que tú encuentres esa simbología y ese doble significado en los diferentes elementos de la película, pero crees que un niño es consciente de ello? me pareció simplememte una película más dentro de la moda de historias de fantasía que a Hollywood le ha dado por producir ahora. Si esa simbología está presente, es sólo de manera superficial, le falta profundidad y no explica el porqué de muchas acciones (por qué de pronto aparece una subtrama con los osos polares?) y deja incógnitas en el aire. Escandaloso cómo se acaba la película anticipándote una segunda parte.
Espero que se trate de una mala adaptación del libro.
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