lunes, marzo 08, 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

Los hombres que miraban fijamente a las cabras encuentra su mejor coartada en la sentencia inicial que advierte al espectador de que los hechos a narrar son más reales de lo que pueden aparentar. Grant Heslov, nombre habitual del entorno de George Clooney, adapta una novela de Jon Ronson que documenta, en clave de comedia, las inesperadas consecuencias de un daño colateral, de todo un trauma post-Vietnam que acabó derivándose en la improbable constitución de un ejército New Age. Desde sus créditos a golpe de Supergrass, la película de Heslov deja claro que mirará a esa realidad más extraña que la ficción desde el contexto post-Iraq, espacio equivalente en el que ampliar su comedia corrosiva de inclinación izquierdista. El modelo a seguir en estos menesteres, claro, es Tres reyes (David O. Russell, 1999), en la que una aventura impulsada por la fiebre del oro era la mejor y disimulada francotiradora del republicanismo fervoroso representado en la saga Bush. El diferencial cáustico y el tono de ambas obras explica por qué la cinta de Heslov pasará más bien inadvertida a la memoria y la de Russell no.
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En la imagen: Fotograma de “Los hombres que miraban fijamente a las cabras” © 2009 Winchester Capital, BBC Films, Smokehouse y Paul Lister Productions. Fotos por Laura McGruder y Saeed Adyani. Distribuida en España por Sony Pictures Releasing de España. Todos los derechos reservados.

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