Y aquí estamos, en medio de la semana más lostie: en medio de la mayor sobresaturación de información, parodias de Youtube, interpretaciones y especulaciones increíbles y, en definitiva, ruido mediático que ninguna serie de ficción haya generado jamás. Para leer dos reflexiones serenas, pinchar aquí y aquí. Yo aprovecho mi primer (y quizá último) post de Lost para proclamar mi amor incondicional por la figura de Desmond Hume, personaje que me merece el lugar más destacado de entre la mitología parida por Damon Lindelof y Carlton Cuse. Hume es el verdadero héroe romántico de la serie, un Ulises condenado a volver sin remedio a Ítaca pero a estar alejado de Penélope, un fan del Celtic de Glasgow cuyo apellido referencia al filósofo que se adentró en el conflicto entre determinismo y libre albedrío, un escocés resistente a la misma energía electromagnética que haría pedazos a cualquier otro ser humano... y desde el lunes, y como ha dicho Alvy Singer, un recuperador de la memoria desde esa realidad alternativa que ahora sabemos limbo de Lost. En ese homenaje final y sentido a Jack Shephard, es sin embargo Desmond Hume el que obra el milagro de la reunión que despide la serie y se despide de los fans.
En la imagen: Henry Ian Cusick (Desmond Hume) en Lost - Copyright 2004-2010 ABC Studios, Touchstone Television, Bad Robot y Grass Skirt Productions. Todos los derechos reservados.
En la imagen: Henry Ian Cusick (Desmond Hume) en Lost - Copyright 2004-2010 ABC Studios, Touchstone Television, Bad Robot y Grass Skirt Productions. Todos los derechos reservados.
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