Voy a empezar el blog con Videodrome, de David Cronenberg. No por nada en especial, sino porque es la última que he visto, y me ha parecido una película impactante e interesante. Se trata de una película de Cronenberg, lo que significa que nos encontramos ante un producto muy alejado de cualquier cosa que se pueda considerar "normal" o de "consumo". A lo largo de su carrera Cronenberg ha sido un desconocido para el gran público mientras que en paralelo, se ha forjado una brillante reputación entre el sector de la crítica. En su filmografía ha ido alternando proyectos más abiertos al público (a pesar de lo cual muchos le continúan poniendo la etiqueta de director 'extraño'), como La mosca, La zona muerta o Existenz, junto a otros mucho más personales como Rabia, Cromosoma 3 o la muy polémica Crash. Videodrome se integra en este segundo grupo. Se trata de uno de los films más personales del canadiense, hasta el punto que requiere de varios visionados para comprenderlo en su totalidad.
En Videodrome el argumento nos lleva de inicio a un tema ya de por sí desagradable: un hombre que regenta una cadena de televisión (James Woods) que se hace valer de la violencia y el erotismo para lograr subir los niveles de audiencia. En su búsqueda de conseguir el todavía más morboso espectáculo, se topa con Videodrome, un canal de televisión pirata que emite torturas, violencia y violaciones de manera contínua.
El problema viene cuando Woods descubre que Videodrome se trata de mucho más: no sólo lo que está viendo es completamente real, sino que su efecto sobre el ojo del espectador es terrible, ya que su impacto es tan grande que causa un efecto cancerígeno sobre el cerebro, causando sobre él terribles alucinaciones que le llevan a no saber distinguir entre la realidad y la conciencia. A todo esto asistimos en la primera parte de la película; durante la segunda mitad de la película Woods descubrirá que detrás de Videodrome hay mucho más.
La sensación que me causó la película desde el comienzo fue la de desconcierto. El efecto de muchas de las escenas creadas por Cronenberg sobre el espectador es poco menos que de impacto y quedan grabados en su memoria visual. La incidencia de sexo, violencia y terror biológico (del que se le considera maestro) en la película es muy elevada y hace de Videodrome un producto que no deja indiferente a nadie. Resulta difícil olvidar la escena (precisamente la más conocida de la película) en que asistimos a cómo un cuerpo se abre dejando salir las entrañas y parte de su cerebro. Un cuidadísimo espectáculo visual a la vez que desagradable en extremo y rozando los límites de lo grotesco. Igualmente impactante resultan otras escenas, como cuando el protagonista en una de sus alucinaciones se introduce en la pantalla de su televisor. Además, no fallan otros ingredientes afines a sus películas, como es el hecho de que encontremos a un protagonista, una vez más, atormentado, que se sumerge en la autodestrucción en su ansia por lograr el poder.
Eso sí, no me gustaron mucho los actores: James Woods cumple en su papel, pero si luego me acordaré de él será por el impacto de las imágenes más que por su actuación. Además, hay algunos secundarios que me parecieron un poco flojos.
Pero en conclusión, se trata de una película muy interesante, y más si te apetece algo distinto, que no se parezca nada a lo que has visto. Espero poder verla de nuevo para entenderla mejor y comprender algunas cosas mejor, pero lo cierto es que es muy recomendable.
En Videodrome el argumento nos lleva de inicio a un tema ya de por sí desagradable: un hombre que regenta una cadena de televisión (James Woods) que se hace valer de la violencia y el erotismo para lograr subir los niveles de audiencia. En su búsqueda de conseguir el todavía más morboso espectáculo, se topa con Videodrome, un canal de televisión pirata que emite torturas, violencia y violaciones de manera contínua.
El problema viene cuando Woods descubre que Videodrome se trata de mucho más: no sólo lo que está viendo es completamente real, sino que su efecto sobre el ojo del espectador es terrible, ya que su impacto es tan grande que causa un efecto cancerígeno sobre el cerebro, causando sobre él terribles alucinaciones que le llevan a no saber distinguir entre la realidad y la conciencia. A todo esto asistimos en la primera parte de la película; durante la segunda mitad de la película Woods descubrirá que detrás de Videodrome hay mucho más.
La sensación que me causó la película desde el comienzo fue la de desconcierto. El efecto de muchas de las escenas creadas por Cronenberg sobre el espectador es poco menos que de impacto y quedan grabados en su memoria visual. La incidencia de sexo, violencia y terror biológico (del que se le considera maestro) en la película es muy elevada y hace de Videodrome un producto que no deja indiferente a nadie. Resulta difícil olvidar la escena (precisamente la más conocida de la película) en que asistimos a cómo un cuerpo se abre dejando salir las entrañas y parte de su cerebro. Un cuidadísimo espectáculo visual a la vez que desagradable en extremo y rozando los límites de lo grotesco. Igualmente impactante resultan otras escenas, como cuando el protagonista en una de sus alucinaciones se introduce en la pantalla de su televisor. Además, no fallan otros ingredientes afines a sus películas, como es el hecho de que encontremos a un protagonista, una vez más, atormentado, que se sumerge en la autodestrucción en su ansia por lograr el poder.
Eso sí, no me gustaron mucho los actores: James Woods cumple en su papel, pero si luego me acordaré de él será por el impacto de las imágenes más que por su actuación. Además, hay algunos secundarios que me parecieron un poco flojos.
Pero en conclusión, se trata de una película muy interesante, y más si te apetece algo distinto, que no se parezca nada a lo que has visto. Espero poder verla de nuevo para entenderla mejor y comprender algunas cosas mejor, pero lo cierto es que es muy recomendable.
--------------------------------------------------------------------------
Videodrome.Canadá, 1982. 87'
Director: David Cronenberg.
Videodrome.Canadá, 1982. 87'
Director: David Cronenberg.
Guión: David Cronenherg.
Fotografia: Mark Irwin, en color.
Intérpretes: James Woods (Max Renn), Sonja Smits (Bianca O'Bivlion), Deborah Harry (Nicki Brand).
Puntuación: 7,5
Puntuación: 7,5
Si quereis saber más sobre Cronenberg o sobre Woods...
No hay comentarios:
Publicar un comentario