Pocas veces uno se sienta delante de una pantalla y disfruta viendo 99 minutos de metraje en los que no se le trata como a un verdadero idiota. Si bien la inteligencia en el cine de hoy es un bien escaso, Denys Arcand, compatriota de Cronenberg, demuestra que con ella se puede hacer una película sencilla y mayúscula al mismo tiempo. Y ese es el caso de Las invasiones bárbaras.
La historia de un profesor de universidad que se encuentra al final de su vida tras conocer el diagnóstico de un cáncer incurable, es, al contrario de lo que se podía esperar, un relato optimista y lleno de vida, en el que su protagonista, joven de corazón decide compartir esos últimos momentos con sus amigos, ex amantes, ex mujer y ex hijo, un capitalista triunfador amante de los videojuegos al que ya no reconoce. Será el momento de cerrar heridas, reconciliarse con el mundo, lanzar sus últimos discursos y debatir con sus colegas de profesión el concepto de inteligencia en el mundo como un fenómeno colectivo que surge en momentos señalados de la historia. El cretinismo, el apagón cultural, la decadencia del mundo occidental y las invasiones bárbaras en las fechas posteriores a un septiembre de 2001 que presumía del inicio de una nueva era. Sorprende y resulta agradable encontrar un recodo en el celuloide donde hablar de estos temas sin asomo de pedantería y recurrir a otros como la eutanasia sin reparos y como expresión del derecho inalienable del individuo, más aún de un individuo libre como pocos, pensador y vividor que se encuentra desamparado y desconsolado ante la hora de su muerte. Rémy es un personaje entrañable, renegón y tremendamente inteligente, socialista convencido y completamente convencido de la tragedia que supone morir sin haber dejado una huella, al menos al nivel de uno mismo, haberlo intentado. El círculo de amigos que le rodea es el último reducto cultural y de vida donde resistir a la incomunicación, a la absorción de una sociedad inhumana y tremendamente aburrida, representada en su hijo, Sébastien. Ambos mantienen una relación de amor-odio por lo diferente de sus vidas, por el rumbo que cada uno tomaron, caminos separados el uno del otro pero al final no tan distantes como parecían.
La labor de Rémy Girard y de los demás actores es decisiva para construir esta obra sin pretensiones, alegre y nada tediosa, capaz de filosofar y de hablar abiertamente del mundo que nos rodea. Sus interpretaciones son tan sencillas y tan sólidas como la película misma, le dan un soplo de aire fresco a pesar de lo serio del tema que aquí se trata. Además, se trata de los mismos personajes que acompañaron a Arcand en su debut y acaso predecesora de Las invasiones..., y realizada 16 años antes, El declive del imperio americano, con lo que hay que entenderla como parte de una pequeña gran obra dedicada al estado de nuestro mundo y la cultura vistos a través de la mirilla de unos cuantos personajes. Los diálogos, brillantes, les acompañan a lo largo de una película que se deja ver con facilidad, da que pensar y encima, deja un buen sabor de boca. Una asignatura pendiente para cualquier cinéfilo que no la haya visto.
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Les invasions barbares. Canadá y Francia. 2002. 99'.
Director: Denys Arcand.
Guión: Denys Arcand.
Música: Pierre Aviat.
Fotografía: Guy Dufaux.
Montaje: Isabelle Dedieu.
Intérpretes: Rémy Girard (Rémy), Stéphane Rousseau (Sébastien), Marie-Josée Croze (Nathalie), Marina Hands (Gaëlle), Dorothée Berryman (Louise), Johanne Marie Tremblay (Constance).
Puntuación: 9
Más sobre esta película bárbara...
http://www.golem.es/lasinvasionesbarbaras/ (web oficial en España)
http://www.zinema.com/pelicula/2003/lasinvas.htm (sobre la película)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2026.html (crítica)
http://www.filasiete.com/invasbarbaras.htm (otra crítica)
http://www.dfait-maeci.gc.ca/latinamerica/wn-04-canadian-films-es.asp (sobre Denys Arcand)