Ante las inminentes acusaciones (y no sin razón) de perrería que están al caerme, he decidido volver a las andadas. Tras haber pasado por el confesionario y vomitar unas cuantas reflexiones no sé si muy útiles, ya sólo quedaba superar el síndrome de la página en blanco (blog en blanco) y enfrentarme al primer biopic que pasa por cinelandia, si no recuerdo mal...
El género del biopic a estas alturas no ofrece mucho ni le hace falta. Las vidas biografiadas en el cine siguen en su mayoría unos cánones ya más que asentados en el cine, unas bases, un engranaje que hace funcionar como un reloj este tipo de películas. Unas directrices ya delineadas que no impiden que cada realizador deje su sello a partir de un estilo propio. Lo hizo el checo Milos Forman con Amadeus (a la altura de su ilustre homenajeado) y con El escándalo de Larry Flint. Lo hizo Michael Mann con Muhammed Alí, de la mano de un irreconocible Will Smith, y también se apuntó un tanto a su filmografía Tim Burton cuando nos mostró a Ed Wood no como el peor director de la historia, sino como un iluso enamorado del séptimo arte que contagiaba su devoción más allá de la pantalla. Un servidor opina que la palma se la llevó Arthur Penn cuando allá por el 67 rodó la más brillante, bella y violenta biografía de dos personajes que sembraron el terror por tierras yankis mientras apuraban su amor como el último de los alientos. Llámenlos Beatty y Dunaway, o Bonnye & Clyde...
Hay biografías de todos tipos y colores: mediocres (Evita), excelentes (Toro Salvaje), discutibles (Man on the Moon, Alejandro), curiosas (Yo, el Vaquilla), técnicas (El Aviador), aburridas (Michael Collins), falsas (Una mente maravillosa), exaltadas (Braveheart), insulsas (Llámame Peter), o sostenidas por el peso de su protagonista (Ray).
El género del biopic a estas alturas no ofrece mucho ni le hace falta. Las vidas biografiadas en el cine siguen en su mayoría unos cánones ya más que asentados en el cine, unas bases, un engranaje que hace funcionar como un reloj este tipo de películas. Unas directrices ya delineadas que no impiden que cada realizador deje su sello a partir de un estilo propio. Lo hizo el checo Milos Forman con Amadeus (a la altura de su ilustre homenajeado) y con El escándalo de Larry Flint. Lo hizo Michael Mann con Muhammed Alí, de la mano de un irreconocible Will Smith, y también se apuntó un tanto a su filmografía Tim Burton cuando nos mostró a Ed Wood no como el peor director de la historia, sino como un iluso enamorado del séptimo arte que contagiaba su devoción más allá de la pantalla. Un servidor opina que la palma se la llevó Arthur Penn cuando allá por el 67 rodó la más brillante, bella y violenta biografía de dos personajes que sembraron el terror por tierras yankis mientras apuraban su amor como el último de los alientos. Llámenlos Beatty y Dunaway, o Bonnye & Clyde...
Hay biografías de todos tipos y colores: mediocres (Evita), excelentes (Toro Salvaje), discutibles (Man on the Moon, Alejandro), curiosas (Yo, el Vaquilla), técnicas (El Aviador), aburridas (Michael Collins), falsas (Una mente maravillosa), exaltadas (Braveheart), insulsas (Llámame Peter), o sostenidas por el peso de su protagonista (Ray).
Lo de Camarón es un ejemplo de cómo articular esos mecanismos para lograr una más que decente película de vida o vida de película. La última de Jaime Chávarri es un ejemplo más que explicativo de su carrera como director: una larga trayectoria y una reputación asentada de veterano, conocedor de su oficio y de cómo llevar una idea a la práctica. Sin embargo, Chávarri no es Medem, ni Amenábar, ni Martínez-Lázaro, ni Achero Mañas ni tantos otros, y hasta la fecha no será recordado por haber dado aires nuevos al cine de nuestro país. Teniendo en cuenta que este no es un género muy dado a la originalidad y que hablamos del padre de Las cosas del querer, el retrato y vida de José Monge era, a todas luces, una buena excusa para su lucimiento, y así ha sido.
Camarón gusta por lo fascinante de su vida y de sus orígenes, por el eterno temperamento del artista, por sus ratos de flamenco llevados a cabo con profesión y acierto, y por la magistral interpretación del joven Óscar Jaenada que ya en sí vale media película. Sólo Raúl Rocamora en una muy buena caracterización de Paco de Lucía consigue destacar en la sombra del protagonista indiscutible de esta historia, mientras que sólo se entiende la presencia de Verónica Sánchez como un mero reclamo publicitario que, a priori, no debería hacerle falta a una película que de antemano tiene un público ganado.
Impiden que llegue a más algunos de los fallos y vicios más típicos del género, tales como la omisión incomprensible de momentos puntuales. Es el caso, por ejemplo, de encontrarnos con un Camarón que descubre a la que va a ser la mujer de su vida, se encuentra ante la adversidad de la familia de ella (tiene 15 años, y sí, es Verónica Sánchez) y la solución es casarlos dos escenas después sin más explicación. Tampoco ayudan algunas escenas poco afortunadas o que mejor debieron quedarse en la sala de montaje, como la de la playa y el zapato. Sin embargo son fallos compensados con escenas de gran altura como la actuación en París o la que comparte con Paco de Lucía, escenas donde el protagonismo es de la voz partida de Camarón y la cara desencajada y sentida de Jaenada.
Una sorpresa y una buena noticia que nos ayuda a quitarnos poco a poco la caspa que aún desprenden los cines por culpa de Torrente. Un ejemplo de como hacer buen cine español para el gran público, y una oportunidad para darle más brío a un género no muy prodigado en nuestra filmoteca. Para cuando Camarón haya dejado de cantar en los cines habrán llegado Alterio, Toledo y compañía para recordarnos que la cama tiene dos lados. Esperemos que no desafinen.
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Camarón: la película. España. 2005. 121'.
Director: Jaime Chávarri.
Guión: Álvaro del Amo y Jaime Chávarri.
Música: Camarón de la Isla.
Fotografía: Gonzalo Berridi.
Montaje: Pablo Blanco.
Intérpretes: Óscar Jaenada (Camarón de la Isla), Jacobo Dicenta (Luquitas), Verónica Sánchez (La Chispa), Mercé Llorens (Isabel), Martín Bello (Manuel), Raúl Rocamora (Paco de Lucía)
Puntuación: 7
Por si te has quedado con hambre...
http://www.camaronunmito.com/ (web oficial)
http://www.lahiguera.net/cinemania/actores/oscar_jaenada/ (sobre Óscar Jaenada)
http://www.lahiguera.net/cinemania/actores/veronica_sanchez/ (sobre Verónica Sánchez)
http://www.elmulticine.com/especiales2.php?orden=275 (entrevista a Jaime Chávarri)
http://www.flamenco-world.com/magazine/camaron/ecamaro.htm (web de Camarón de la Isla)
15 comentarios:
Bueno, mientras leía la crítica sonaba en mi reproductor la genial Leyenda del tiempo, así que poca imparcialidad puedo demostrar, pero haré un intento...
Me parece una propuesta digna para retratar una de las figuras más importantes en la música de este país. Aparte de los fallos técnicos que yo no llego a percibir, sí es cierto que a Verónica Sánchez le viene un poco desencajado (más que grande) el papel de la Chispa. No sólo no aparenta tener 15 años, sino que por momentos está a punto de tirar la película por la borda.
A parte de eso, Óscar Jaenada borda el papel de Camarón, y los secundarios no desentonan en ningún momento. Me pareció un película muy bien llevada y, por encima de todo, muy respetuosa con la figura de Camarón.
A mí me gustó, y supongo que a cualquiera que le guste el flamenco tampoco le disgustara una película sobre un mito como el de Camarón. Y creo que ése es el riesgo que puede correr la película, porque, como era de esperar, la película transpira flamenco por los cuatro costados. Aunque si a Jordi le pone un 7...
Bueno, no la he visto pero quiero hacerlo a mi regreso a Espanya.
Tengo que decir que lo de Veronica Sanchez me parece bastante patetico. No solo el hecho de que interprete a una chica de 15 anyos, sino que es la estrategia mas obvia de ganar otro tipo de publico que en otro caso no asistiria a ver la pelicula.
Pero como ya dijo un viejo filosofo que me estoy inventando: "la vita è bella, il calcio è bravo e il cinema un affare". O algo.
Bueno, primero que nada, no he visto la película, pero según he podido leer por ahí (y es algo que os habeis pasado por alto), la peli (y es algo que en general tienen todas las pelis biográficas de mitos que murieron no hace tanto) no hace referencia a la relación de Camarón con las drogas, a su lado oscuro,vamos. Y bueno, pos eso, que no hubiera estado mal tocar un poco el tema. Aunque claro, los familiares y sus incodicionales supongo que no se lo habrían permitido
Yo no lo he pasado por alto.
"Me pareció un película muy bien llevada y, por encima de todo, muy respetuosa con la figura de Camarón"
Yo no sé lo que se escribirá por ahí, pero en la película queda bastante explícito en varias escenas que le pega a la coca y demás. Lo que no hay es un primer plano de la nariz del personaje de Camarón metiéndose una raya, eso está claro. Creo que la película no esconde nada, insinua algunas, pero no esconde ni mucho menos.
Decir que en la película no se trata la relación de Camarón con las drogas es una paja mental (sobretodo si se ha visto).
La verdad es que me extraña que hayas leído eso, porque como dice jorge, sí que se toca el tema de las drogas y cómo va cayendo en el hoyo, así como todo el proceso de rehabilitación. Obviamente no estamos hablando de Trainspotting ni de Traffic, y no sale insistentemente metiéndose rayas y pinchándose, pero que vamos, que el tema no se pasa por alto.
Yo he leído cosas muy buenas sobre el jardinero fiel,me llama tanto por la historia como por el director (Fernando Meirelles, autor de Ciudad de Dios), es uno de mis próximos objetivos.
Por que no linkeais el blog de lauri?
Quería linkearlo, pero por x o por y no he podido aún hacerlo. Cuando tengo un ratito lo haré.
P.D.: Lau, eres tú?
Es el canario fijo (la gracia de "es el canario móvil" o "es el canario moviéndose" ya me las sé, abstenerse).
Si, soy el unico que siempre se olvida de poner el nombre.
"Huele a Goya, aunque los premios sean una mierda y él no vaya a ir a recogerlo."
Me encanta...
Hola.
Estoy de acuerdo casi al 90% con tu crítica de la película, que acabo de ver. Me gusta Camarón, adoro la Leyenda del Tiempo.
En primer lugar me parece adecuado el enfoque que se le da a la cuestión de la droga. ¡Es el mismo punto de vista que Camarón hubiera dado a la peli de firmarla el! (A nadie se le escapa el título de uno de sus discos, y su juego de significados: "Potro de rabia y miel".
En segundo lugar quiero destacar el tono oscuro, casi gótico que se le da a la película. Yo entiendo este hecho como una huída de la folclorización y del tópico gitano, de lo cañí almodovariano y de la excesiva "legendización" del personaje.
En tercer lugar,y al hilo de lo escrito, me sobra -además de los rollitos del zapato, etc. ya comentados- la escena final del Cristo-Camarón. Yo lo hubiera sustituido por alguna imagen del entierro, aunque fuera de archivo, y un tatuaje extemporáneo del archiconocido "Camarón VIVE"
Gracias.
Hola.
Estoy de acuerdo casi al 90% con tu crítica de la película, que acabo de ver. Me gusta Camarón, adoro la Leyenda del Tiempo.
En primer lugar me parece adecuado el enfoque que se le da a la cuestión de la droga. ¡Es el mismo punto de vista que Camarón hubiera dado a la peli de firmarla el! (A nadie se le escapa el título de uno de sus discos, y su juego de significados: "Potro de rabia y miel".
En segundo lugar quiero destacar el tono oscuro, casi gótico que se le da a la película. Yo entiendo este hecho como una huída de la folclorización y del tópico gitano, de lo cañí almodovariano y de la excesiva "legendización" del personaje.
En tercer lugar,y al hilo de lo escrito, me sobra -además de los rollitos del zapato, etc. ya comentados- la escena final del Cristo-Camarón. Yo lo hubiera sustituido por alguna imagen del entierro, aunque fuera de archivo, y un tatuaje extemporáneo del archiconocido "Camarón VIVE"
Gracias.
Karmus
La huída de la "legendización" del personaje en estas películas siempre es un paso hacia una mayor sinceridad de la obra. Y aquí, estoy de acuerdo, es el caso. Lástima que pasara con más pena que gloria por los cines...
Acabo de ver la pelicula y debo decir que me siento profundamente indignado y decepcionado. Dejando aparte que tiene un look de teleserie indigno de una producción cinematográfica, me parece lamentable que se haya suavizado tanto la figura de Camarón. Hombre, yo entiendo que no puedes hacer un biopic de un tio que es un idolo, mostrandolo como un cabron con pintas, pero de ahi, a olvidar que en 1986 tuvo un accidente en el que murieron 2 personas y el quedó gravemente herido, siendo condenado a un año de cárcel por conduccion temeraria, pues hay un mundo. ¿Como el ser responsable por sentencia de 2 muertes es algo olvidable en una biografia? Puede el señor Chavarri salir a la calle sin que se le caiga la cara de verguenza? Y los que le han concedido la subvencion? Pueden?
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