miércoles, mayo 21, 2008

Viaje a Darjeeling



Poca duda cabe que, de aquellos cineastas en su día convenientemente apodados como los "hijos de Sundance" (David O. Russell, David Fincher, Alexander Payne...), Wes Anderson sigue siendo el más inclasificable de todos ellos. Llámenle el bicho raro, ese extraño director de cine que hace comedias que no son tal, películas nunca geniales pero sí transgresoras que desafían cualquier idea preconcebida del espectador sobre lo que va a ver. Uno pudiera pensar, viendo Academia Rushmore (1998) o Los Tenenbaums. Una familia de genios (2001) que Anderson se obceca en conseguir tal trasgresión: la ruptura y reinvención de un género tan poco reciclado como es la comedia. Pero tras cuatro películas, uno encuentra en Viaje a Darjeeling de nuevo las mismas señas de identidad y entonces se plantea cuál es el lugar que el cine le deparará (incluso cuál es el lugar que ocupa hoy) a un director de tales peculiaridades. Naturalmente extravagante, extravagantemente natural.

No me cabe ninguna duda de que Wes Anderson disfruta con cada crítica, cada reseña referida a sus películas en las que se incluyan las palabras "marciano" o "bizarro". Ha demostrado y sigue demostrando que sus películas tienen una innata capacidad para descolocar al espectador en un vaivén de tragicomedia que le lleva desde la risa a la irritación. En el cine actual, nadie como él sabe provocar una polaridad tal en su espectador. Uno tiene la impresión de encontrarse ante un director que constantemente rebelándose ante la posibilidad de ser ubicado, definido o etiquetado. El cine de Anderson no es un cine perteneciente a un género concreto (comedia, tragicomedia...) ni a una corriente concreta, sino que destaca por su aislamiento total, por su total especificidad e independencia de cualquier arquetipo o rasgo que le incluya en cualquier tipo de campo semántico cinematográfico. Su cine pertenece, más bien, a sus personajes y sus comportamientos, aquellos que definen sus películas a través de la família fragmentada (Los Tenenbaums) o los tormentos y obsesiones de mentes privilegiadas (Academia Rushmore, de nuevo Los Tenenbaums). Viaje a Darjeeling pertenece al primer grupo y narra el reencuentro de tres hermanos que intentarán restaurar los lazos perdidos mediante un viaje espiritual a través de la India. Pronto comprobamos que sus personalidades chirrían y que ninguno de ellos se encuentra en el momento ideal para embarcarse en ese viaje: Francis (Owen Wilson) acaba de tener un accidente de moto y lleva un aparatoso vendaje en la cabeza que oculta las partes desfiguradas de su rostro. Sin embargo como impulsor del viaje, es el más entusiasta respecto a la idea y, al tiempo, una persona no sólo incapaz de escuchar a los que le rodean, sino irritante en su contínua compulsión de tomar decisiones y hablar por los demás. Peter (Adrien Brody) se encuentra al borde del fracaso en su matrimonio y planteándose abandonar a su mujer embarazada. Taciturno e irritable, hastiado del comportamiento de Francis, no ve el momento para que esa farsa se acabe de una vez. Por último Jack (Jason Schwartzman) es un incompetente intermediario entre sus dos hermanos. Un inútil eslabón que acepta la posibilidad de que ese viaje funcione, pero cuya mente vive anclada al recuerdo de su ex novia, de quien escucha todos los mensajes de un contestador intervenido por él mismo.



Viaje a Darjeeling es una amable fábula que propone la salvación de unos personajes traumatizados e incompletos, seres desequilibrados emocionalmente que acaban encontrando su nexo de unión a través de las experiencias que accidentan su viaje: las penosas y las satisfactorias, las estrambóticas y las monótonas, y nunca las pretendidas y espirituales. También serán la búsqueda iniciática de la madre perdida y entregada a los menesteres de un monasterio (Angelica Huston), y un funeral que evoque el recuerdo del padre fallecido, los que acaben uniendo y reconstruyendo los despojos que quedaron de lo que alguna vez fue una familia. En el camino, Wes Anderson tendrá tiempo de impregnar la narración de escenas irrelevantes, hechos accidentales que predisponen la tensión entre los hermanos o escenas en las que simplemente, no pasa nada. En alguna de estas últimas podemos descubrir movimientos de cámara que ya son marca registrada de Anderson, moviéndose con rápida soltura de un personaje a otro, situados en puntos distintos de la habitáculo que comparten en el tren, y obligándola a seguir el ritmo de su diálogo (el cuál aquí se permite ser totalmente intrascendente). Otra seña made in Anderson es el tan atrevido como molesto recurso de imponer el ruido sobre el diálogo de los personajes (es decir, enmudecerlos a nuestros oídos) en los momentos dónde este se presume más relevante que nunca. Ocurría en Academia Rushmore y ocurre aquí en el momento los tres hermanos están a punto de tomar un avión para volverse a casa y deciden, en el último momento, romper los billetes y continuar su viaje hasta el final en búsqueda de su madre. Quizás sea porque Anderson piense que sobran las palabras, o quizás prefiera que sea el espectador aquel que las imagine y les de el valor adecuado. El caso es que éste es uno más de los rasgos inherentes que componen un cine tan amado por algunos como detestado por otros.

Quien busque la risa provocada, el gag visual que dispara la carcajada o la escena vocacionalmente emotiva que aflore sus sentimientos ante lo que ve, se estará equivocando de película. En su lugar encontrara una tragicomedia casi insípida, pero no; casi irritante, pero no; casi divertida pero tampoco. Descubrirá un cuento fraternal empapado de absurdo que, pese a no alcanzar la originalidad y el brillo que sí lucía Los Tenenbaums (hasta la fecha, la película más lograda de Anderson), acaba resultando de alguna manera más satisfactoria que denostable. Aderezada con una banda sonora en la que oímos desde el sitar de Ravi Shankar (toma varios temas que el músico compuso para diversas películas indias) a la voz de Joe Dassin cantando Champs Elysées pasando por The Kinks, Viaje a Darjeeling queda muy lejos de ser la obra de un maestro, pero se revela como parte coherente de una filmografía única en su especie para lo bueno y lo malo. La pregunta es cuánto potencial hay en el cine de Anderson: si el director es capaz de subir un escalón más o tocó techo con su familia de genios; si es posible dejar de sorprender y convencer para cautivar y consagrarse. He ahí la cuestión.
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The Darjeeling Limited. Estados Unidos. 2007. 91'.
Director: Wes Anderson.
Guión: Wes Anderson, Roman Coppola y Jason Schwartzman.
Producción: Wes Anderson, Scott Rudin, Roman Coppola y Lydia Dean Pilcher.
Fotografía: Robert Yeoman.
Montaje: Andrew Weisblum.
Diseño de producción: Mark Friedberg.
Vestuario: Milena Canonero.
Intérpretes: Owen Wilson (Francis), Adrien Brody (Peter), Jason Schwartzman (Jack), Anjelica Huston (Patricia), Amara Karan (Rita).
Puntuación: 5,7
Final de trayecto...
http://www.labutaca.net/films/58/viajeadarjeeling.php (sobre la película)
http://www.viajeadarjeeling.es/ (web oficial España)
http://www.darjeelinglimited-movie.com/ (web oficial)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1536.html (sobre Owen Wilson)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/modules.php?name=News&file=article&sid=1337 (sobre Ben Stiller)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2463.html (sobre Jason Schwartzman)
http://en.wikipedia.org/wiki/Wes_Anderson (sobre Wes Anderson, en inglés)

5 comentarios:

moonriver dijo...

Pues no he visto ninguna peli de Anderson, pero todos los que conozco que han visto Viaje a Dajeerling han salido encantados. Tendré que verla para juzgar por mí misma.

Jordi Revert dijo...

Yo por mi parte sólo puedo hablar de dos casos que conozca. A una de estas dos personas le gustó bastante la película, mientras que la otra la paró al rato de empezarla porque no la soportaba.

Si no has visto ninguna de Anderson, te recomiendo "Los Tenenbaums", por momentos una brillante rareza. Sobre "Bottle Rocket" y "Life Aquatic" no puedo hablar porque aún no las he visto.

Anónimo dijo...

Gonzov83 dice:

La vi hara unas semanas y de todas las de Anderson que he visto es la que menos me gusto, como se dice los tenenmbauns la mejor, la de life aquatic tb me gusto mucho... Bill Murray es un crack

Jordi Revert dijo...

Y es una lástima que en esta apenas aparezca unos segundos. Hace unos días vi "Academia Rushmore" y me impresionó cómo el señor Murray, con su cara de palo, era capaz de ser según el caso un desgraciado, un apático, un sarcástico o un niño grande. Es un actor al que la madurez le ha sentado extraordinariamente bien.

Lola dijo...

me encanta Wes Anderson y creo que es uno de los directores que o te gusta mucho o casi nada. Lo digo porque conozco a gente que ha sido incapaz de terminar de ver algunas de sus pelis... a mi me toca la fibra sensible siempre