Con la vista y las expectativas puestas en ese monumento fílmico que promete ser Babel, es momento de echar la vista atrás y recuperar al González Iñárritu de hace 6 años. Justo el mismo de ahora, el mismo Alejandro humano, humanísimo, el discípulo más avanzado de Altman, capaz de entrelazar historias mínimas y no tan mínimas, cotidianas y trágicas sin dejar que una pizca de humanidad y de intensidad se derrame de sus imágenes. El Alejandro González Iñárritu de Amores Perros contaba con la sorpresa, con el desconocimiento del público internacional de un mexicano cuyo nombre apenas sonaba en Mexico tras su opera prima, El timbre. Y claro, Amores perros fue una bomba de consecuencias devastadoras, el destape de un gran director cuyo nombre iba anclado al de un gran guionista, Guillermo Arriaga.
Cuando se menciona a Iñárritu y a Arriaga, es inevitable identificar el tipo de película que vamos a ver. La película Iñárritu-Arriaga. Cine de autor con mayúscula, cine intenso, cine apasionante y conmovedor, cine trágico y doloroso, cine humano y sobre todo cine, mucho más allá de cualquier etiqueta que se pueda poner detrás de la propia palabra. Amores Perros ya anunciaba los elementos claves que le constituirían como autor de renombre: historias paralelas tangentes en un punto que constituye la tragedia, montaje complejo, desarraigado y muchas veces atemporal, abundancia de estilo en cada uno de sus fotogramas, y además en este caso perros, muchos perros en un perro mundo... Los perros son piezas clave de Amores Perros, siendo objeto de cariño y desprecio por parte de sus dueños, siendo la perfecta metáfora de las relaciones humanas que explora y explorará en sus siguientes películas su director.
En la primera de las tres historias, Octavio (Gael García Bernal) está enamorado de Susana, la mujer de su hermano, quien la maltrata y engaña estando embarazada y con un hijo ya en su haber. El destino, ingrediente inexcusable de cualquier película de Iñárritu hace que el perro se escape de casa y acabe topándose con una banda dedicada a las peleas de perros, para acabar destrozando a su más letal máquina de matar. A partir del trágico suceso, Octavio ve en su mascota un filón para reunir dinero y convencer a Susana de escapar juntos y vivir una vida nueva.
La segunda de las tres historias haría las delicias de Edgar Allan Poe. Una modelo española y su amante se van a vivir juntos. Ella está en la cúspide de su carrera y vida emocional hasta que un accidente la deja al filo de la muerte y con una pierna completamente destrozada. Valeria ve truncada su carrera como modelo y su relación sentimental irse por el fondo del retrete. En el proceso de rehabilitación y jugando con su perro, el animal se cuela por un agujero del suelo de madera para desaparecer durante varios días en el subsuelo de la casa. Valeria escucha angustiada durante horas los gritos de sufrimiento de su perro sin poder hacer nada para ayudarle.
La tercera y última cuenta la historia de un viejo mercenario con un oscuro pasado en el que abandonó a su familia. Vaga por las calles recogiendo perros abandonados y saldando cuentas para otros. Un día encuentra un perro moribundo, herido de bala en medio del caos de un sangriento accidente de tráfico. Después de curarlo y adoptarlo como uno más de sus compañeros, el perro acaba matando al resto de la jauría y su dueño, ido de ira se plantea ejecutarlo.
A partir de los perros y del suceso trágico que sirve de unión (no es difícil adivinarlo), Alejandro González Iñárritu ofrece una película completamente desgarradora, donde personas y perros dejan en evidencia sus instintos y naturaleza, capaces de amar al que les acoge para luego inflingirles un daño desproporcionado, cruel. Menos compleja en el montaje que 21 gramos, menos abusiva de la casualidad y el azar también, el pero de Amores Perros viene en el hecho de que la primera historia sea la mejor de las tres. Precisamente en ella encontramos la imagen-icono de la película con uno de los dueños conteniendo a su perro enfurecido. Es también la historia más completa y la que mejor muestra el dolor humano, la decepción que tan palpablemente queda expuesta en su conclusión, no así en la historia de Valeria que por momentos parece encallada, sin saber cómo avanzar.
Y así es como, con un guión prodigioso de Arriaga , capaz de darle más de una vuelta de tuerca al azar y destino más deprimente, y un puñado de buenos actores (notable para Gael García Bernal) es como se construye una gran película que, a pesar de todo, sigue siendo el punto de referencia a partir del cual Iñarritu proseguiría su evolución (a más) en una trilogía de las que quedan marcadas a fuego en el cine de esta primera década de cine del nuevo siglo.
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Amores Perros. México. 2000. 153'.
Director: Alejandro González Iñárritu.
Guión: Guillermo Arriaga.
Fotografía: Rodrigo Prieto.
Música: Gustavo Santolalla.
Montaje: Luis Carballar.
Producción: Alejandro González Iñárritu.
Intérpretes: Emilio Echevarría (el Chivo), Gael García Bernal (Octavio), Goya Toledo (Valeria), Álvaro Guerrero (Daniel), Vanessa Bauche (Susana), Jorge Salinas (Luis), Marco Pérez (Ramiro), Rodrigo Murray (Gustavo), Humberto Busto (Jorge), Gerardo Campbell (Mauricio).
Puntuación: 8Sigue perreando por la red...
http://es.wikipedia.org/wiki/Amores_perros (sobre la peli)
http://www.imdb.com/title/tt0245712/ (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article417.html (crítica de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1825.html (sobre Gael García Bernal)
http://es.wikipedia.org/wiki/Goya_Toledo (sobre Goya Toledo)
http://multimedia.terra.es/viewer/portada.cfm?cod_media=58537&mapnivel1=CIN (vídeo de una entrevista con Alejandro González Iñarritu)
http://www.elpais.com/articulo/cine/Guillermo/Arriaga/cazador/escribe/elpcinpor/20051202elpepicin_9/Tes (sobre Guillermo Arriaga)