Con una caligrafía impecable, Mira Nair firma una biografía de formalismo inapelable, tanto que resulta difícil destacarla de entre otros ejemplos del "género". Como en tantos de ellos, su sustento lo encuentra en su estrella, aquí una Hilary Swank que, si bien no es una Earhart tan irresistible como la de Amy Adams en Noche en el museo 2, sí que demuestra su talla de actriz en una inmersión en el rol que nunca parece impostada. En algún momento, la directora muestra voluntad de sacar su particular biografía de férreos esquemas de forma, empleando insertos documentales y portadas de rotativos de la época. Sin embargo, el tono no engaña, y los caminos del retrato son los acostumbrados, aquí abundantes en dosis de reafirmación feminista pública, agallas para rebelarse ante el tiempo y las jerarquías que le tocó vivir al personaje. Amelia es todo un manual del correcto biopic, nunca destacable ni memorable, pese a una estupenda secuencia final que disfruta un excelente manejo de los tiempos y el suspense en la fatal y consabida rúbrica de la leyenda.
Leer crítica completa en La Butaca
No hay comentarios:
Publicar un comentario