miércoles, mayo 30, 2007

Bogdanovich o el gran nostálgico



Corrían los últimos 60 y se auguraba la decadencia del clasicismo en el cine de Hollywood. Comenzaban a quedar atrás los antaño maestros como John Ford, Billy Wilder o Hitchcock. Las reivindicaciones de la Nouvelle Vague daban paso al nuevo cine checo, y Romero y Polanski aterrorizaban al público con zombis y posesiones satánicas mientras los estudiantes en Europa se lanzaban a las calles para perder la última batalla por un sueño roto desde entonces. El mítico productor Roger Corman (más de 300 películas en su haber) echaba cuentas tras la última de una serie de adaptaciones de novelas de Allan Poe con un Boris Karloff en decadencia como protagonista. Corman advirtió que Karloff le debía dos días de rodaje, deuda que el productor no estaba por la labor de perdonar. Pero lejos de coger él mismo la batuta de la dirección (dirigió casi medio centenar de películas en su carrera) decidió otorgarle la oportunidad de su vida a un joven crítico de cine llamado Peter Bogdanovich. Había leído uno de sus artículos en la revista Esquire y Corman ya intuía el talento del que a la postre sería uno de los grandes cronistas de Hollywood. Corman y Bogdanovich coincidieron en una proyección y el productor le ofreció a Karloff además de 20 minutos inéditos de El terror (The Terror, co-dirigida junto a Francis Ford Coppola y Jack Nicholson en 1963), otra adaptación de novela de Allan Poe que Corman había dirigido. Bogdanovich no vaciló ni un momento en aceptar.



Así fue como el crítico dio el salto a la dirección como una década antes lo habían hecho Truffaut, Godard o Chabrol. Lejos de realizar la nueva adaptación de novela de Poe que Corman pudiera esperar, Bogdanovich escribió el guión de El héroe anda suelto (Targets, 1968), la historia de un tranquilo joven de clase media (Tim O'Kelly) que de la noche a la mañana compra un rifle y deja un reguero de sangre y muerte que empieza por su propia familia. Un Karloff de 81 años se interpretaba a sí mismo no sin cierta dosis de sorna, dando vida a la antaño estrella de cine de terror Byron Orlok, ahora de capa caída y deseosa de abandonar el negocio. Dos personajes polarizados y sólo coincidentes en un final en el que el antiguo monstruo y villano en la pantalla (Karloff y Lugosi coparon los papeles de Drácula en los clásicos de terror de la Universal) se torna en el héroe que debe enfrentarse al auténtico monstruo, el que se oculta tras una pantalla de autocine* para ejecutar desde la distancia a tantos como le es posible antes de ser capturado. El argumento sumamente atractivo y rompedor de Targets supuso un impacto en el público que hizo de ella una celebrada opera prima. Sin embargo, Bogdanovich no era aquel director que esperaba su oportunidad para romper con todo lo inventado en el cine, sino al contrario, aprovechar la ocasión para demostrar su infinita admiración hacia el clasicismo de Hollywood en pleno proceso de extinción. Targets es una película apasionante que respira ese clasicismo y homenajea desde el primer momento al olvidado actor de terror Karloff y hace referencia directa o indirecta a algunos de los grandes directores por los que Bogdanovich siente auténtica devoción (en la película aparecen imágenes de Sed de mal, de Orson Welles, o Código Criminal de Howard Hawks, en la que también sale Karloff). Inspirada en los asesinatos que Charles Whitman había perpetrado dos años antes, Targets también se anunciaba como una mirada crítica y preocupante hacia una sociedad en la que el uso desmedido de las armas podía abrir una era de ira y violencia criminal.

Tres años después Bogdanovich estrenaba La última película (The last picture show, 1971). Como un mal augurio del título, se convirtió inmediatamente en su película más celebrada por crítica y público antes de iniciar en una caída libre en una filmografía que sólo pareció recuperarse con ¿Qué me pasa, doctor? (What's up, doc?, 1972) y Luna de papel (Paper Moon, 1973), deudoras eminentes de la comedia hawksiana. El talento de Bogdanovich había sorprendido en Targets, pero había explotado en La última película, un mosaico de historias mínimas que se convirtió en hito del cine los 70. Rodada en blanco y negro con la intención de que transpirara una mayor melancolía, La última película narra una historia de principio de los 50 en un diminuto pueblo de Texas donde todos sus habitantes conviven en el tedio más absoluto: los más viejos pasan el tiempo en la barra del bar farfullando que cualquier tiempo pasado fue mejor; los más jóvenes viven un despertar sexual de lo más angustioso, atrapados en una sociedad demasiado arcaica y cerrada como para poder sentir algún tipo de libertad. Sonny (Timothy Bottoms) y Duane (un jovencísimo Jeff Bridges) escapan de su duro entorno con lo único que merece la pena en el pueblo a parte de algún que otro billar: el cine. En el teatro Royal pasan tardes viendo los westerns y contemplando al imponente John Wayne cabalgar en Río Rojo (Red River, Howard Hawks, 1948). No importa que hayan visto ya la película: el cine es el último refugio para las emociones, aquel que ni siquiera sus frustrantes primeras veces con las chicas pueden darles (el acto sexual de Sonny con la señora Popper es demoledoramente aburrido y penoso). Como jóvenes que son, intentan rebelarse a esa monotonía con fiestas de año nuevo en las que bañarse desnudos en la piscina o citas clandestinas en motéeles de carretera, pero pronto cualquier signo de jovialidad se ahoga en la evidencia de la realidad de un pueblo que se desertiza al mismo ritmo que el alma de sus habitantes.



La última película es trágica y encoge el corazón, pero también es uno de los homenajes más bellos rendidos nunca al cine. Sin caer en sentimentalismos, el cierre definitivo del cine local acaba significando el último paso antes de que los jóvenes abandonen el pueblo conscientes de que caminar a ninguna parte siempre será mejor que quedarse allí. Paradójicamente, la escena más bella de la película es posiblemente la única dotada de cierto optimismo, y le pertenece a Ben Johnson (actor de las películas de Ford y Peckinpah que Bogdanovich recuperó para una actuación que le acabó valiendo el Oscar). Sam el león cuenta a sus dos jóvenes oyentes un idilio de juventud con una mujer del pueblo cuya identidad conoceremos más adelante. Durante el tiempo que dura su discurso, Ben Johnson mira al horizonte y pierde su mirada allí mientras narra el pasaje más feliz de su vida y los chicos escuchan fascinados. La escena simboliza la película y la nostalgia que la invade, la tristeza y la belleza haciéndose sinónimos en la obra maestra de Bogdanovich. Una maravilla dolorosamente trágica que en su conclusión deja un nudo en la garganta tras el iracundo alarido de Bottoms: ¡Estaba barriendo, hijos de puta!

*En algunos países sudamericanos llegó a estrenarse bajo el nefasto título de Cacería en el Autocinema.
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http://www.pasadizo.com/peliculas2.jhtml?cod=420&sec=1 (sobre Targets)
http://es.wikipedia.org/wiki/Roger_Corman (sobre Roger Corman)
http://es.wikipedia.org/wiki/Peter_Bogdanovich (sobre Peter Bogdanovich)
http://www.eldigoras.com/eom03/2004/2/fuego32cgs18.htm (sobre La última película)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article37.html (sobre Boris Karloff)
http://es.wikipedia.org/wiki/Ben_Johnson_%28actor%29 (sobre Ben Johnson)

sábado, mayo 26, 2007

Spider-Man 3



Regresa el héroe arácnido en su tercera entrega ante el principal reto de saber si la saga ha sufrido desgaste o se mantiene fresca. Podría decir ya mismo lo que opino al respecto, pero casi que mejor me enredo un poco hablando de la película (Sí, quería meter este chiste y no sabía cómo).

El reto antes planteado es mayor cuando Spider-Man se erige como posiblemente la única película decente que se ha convertido desde el mundo de los superhéroes de cómic. No en vano, crímenes contra la integridad mental del género humano como Daredevil o Los 4 fantásticos no han hecho sino aupar a Spider-Man a una poltrona de reina (actual) del género. Y gran parte del mérito lo tiene Sam Raimi, que como tantos otros grandes directores se curtió en el cine B con la inolvidable saga Evil Dead. Por supuesto, no sería justo olvidar a los actores como responsables, pero también es cierto que pese a que George Clooney o Uma Thurman pueden considerarse buenos actores, Joel Schumacher nos hizo cogerles cariño en Batman y Robin.

Entrando ya en materia, esta tercera entrega cuenta ya con la baza a favor de estar toda la historia presentada y Peter Parker contextualizado, por lo que en principio tiene la oportunidad de desarrollar una trama sólida. Sin embargo, Raimi ha querido dotar de demasiada densidad a la película aunando hasta 3 villanos en el mismo film. Y aún así, muchos momentos del film se pierden en innecesarias, aunque simpáticas, escenas de Tobey Maguire a lo gigoló. De tal manera que la película puede asemejarse más a un collage de varias historias, más que un todo hilvanado.

Si antes he hablado positivamente de los actores como un pilar del éxito de la saga, esto no se ve reflejado en esta ocasión. Principalmente porque la vida de Peter Parker y sus amigos han sido desplazados por los efectos especiales. La prueba más fehaciente son los minutos dedicados a la transformación del hombre de arena, que más bien recuerdan al spot de la gotita de agua de Roca (y aquí podría decir que es "pa' cagarse"). Igualmente se dan bastantes escenas cómicas, pero lo cierto es que se echa en falta algo más de trascendencia en el argumento.

Precisamente, la carencia de mayor intensidad en el guión se nota en el villano estrella de la película (y posiblemente de la saga), Venom. Entrada discreta y con mucho miedo de caer en alguna compleja explicación de su existencia y realmente decepcionante en la piel de Eddie Brock, en donde pierde, sobretodo por mantener la voz del actor, gran parte del terror que debería despertar. De igual manera, el resto de situaciones centrales en lo que respecta a los villanos se resuelven con vuelcos demasiado simples y fugaces. Al final uno se queda con la sensación de que nadie era malo, sólo estaban confundidos.

Pero pese a estos argumentos negativos Spider-Man 3 cumple con creces lo que pretende, entretener. Sigue siendo un gran espectáculo para la vista y sigue estando por encima de sus compañeros de género. Así que es una de las mejores opciones que tiene el espectador para pasar un rato agradable sin darle mucho al melón. Por mi parte sólo rogar que si en la cuarta entrega sale Kingpin, que no lo interprete otra vez Michael Clarke Duncan.
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Spider-Man 3. Estados Unidos. 2007. 156'.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi y Alvin Sargent; basado en un argumento de Sam Raimi e Ivan Raimi; sobre el cómic de Marvel de Stan Lee y Steve Ditko.
Música: Christopher Young.
Fotografía: Bill Pope.
Montaje: Bob Murawski.
Producción: Stan Lee, Kevin Feige y Joseph M. Caracciolo.
Intérpretes: Tobey Maguire (Peter Parker/Spider-Man), Kirsten Dunst (Mary Jane Watson), James Franco (Harry Osborn), Thomas Haden Church (Flint Marko/Hombre de Arena), Topher Grace (Eddie Brock/Venom), Brice Dallas Howard (Gwen Stacy), James Cromwell (capitán George Stacy), Rosemary Harris (tía May) y J.K. Simmons (J. Jonah Jameson).
Puntuación: 6
enrédate en los links...
http://www.labutaca.net/films/50/spider-man3.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3352.html?topic=4 (crítica de la peli)
http://criticondecine.blogspot.com/2007/05/crtica-spiderman-3.html (otra crítica de la peli)
http://loqyotdiga.blogspot.com/2007/05/critica-spiderman-3.html (y otra crítica más de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1990.html (sobre Sam Raimi)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1599.html (sobre Tobey Maguire)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1489.html (sobre Kirsten Dunst)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1430.html (sobre James Franco)
www.sonypictures.com/movies/spiderman3/site/ (web de la película)
http://en.wikipedia.org/wiki/Venom_%28comics%29 (la historia de Venom)

miércoles, mayo 23, 2007

Oldboy



"Ríe y el mundo entero reirá contigo, llora y llorarás solo". Oldboy es la segunda película de la "trilogía de la venganza" de Chang-wook Park, precedida por Sympathy for Mr. Vengeance y proseguida con Sympathy for Lady Vengeance; pero sin duda más conocida que sus hermanas y punta de lanza del éxito del nuevo cine coreano.

El éxito cosechado por Oldboy en tierras ajenas hizo de Park un director a seguir, interesante desde el momento que contaba una historia rabiosamente original: un padre de familia nada ejemplar que es secuestrado y pasa 15 años en una habitación sin conocer los motivos de su encierro. El día que es liberado, empieza a sospechar que ha sido víctima de algo más que un simple secuestro, y pronto se le comunicará que dispone de cinco días para averiguar cuál fue el motivo de la prolongada e inhumana reclusión. Park sorprendió con una película que, pese a parecer un fenómeno aislado, sirvió como cabeza visible de la revalorización de la cinematografía coreana que se confirmó con la savia nueva de realizadores como Bong Joon-ho (Memories of Murder, The Host) o el prestigio consolidado de Kim Ki-duk (El arco, Primavera, Verano, Otoño, Invierno...).

Pese a formar parte de esa nómina, el peculiar estilo de Park y su Oldboy nada tienen que ver con el de sus compatriotas. Retorcida, furiosa e intensa como pocas, narra su particular historia de venganza sin dejar de desconcertar al espectador. El montaje de Oldboy resulta en un principio confuso e incluso por momentos molesto, pero su narración fragmentada se acaba consolidando como manera más que válida de contar la historia cuando las piezas empiezan a encajar. Cuando Park destapa sus cartas, lo que queda al descubierto ha dejado de ser una brutal venganza para convertirse en un retorcida e incluso macabra historia de amor por partida doble. Ahora bien, esa incomodidad presente no sólo es culpa de ese guión sin tapujos sino también de una serie de ubicaciones que favorecen los espacios cerrados y los ambientes cargados. La muestra más evidente es la escena más famosa de la película: Oh Dae-su (Choi Min-sik) abriéndose paso con un martillo a través de un pasillo lleno de esbirros de Lee Woo-jin (Ju Yi-tae).



Renunciando a vistosas escenas de artes marciales, Park cuenta con un héroe que nunca mereció el apelativo y que sigue sin merecerlo al acabar la película, que apenas sabe pelear y que disfruta arrancando los dientes con su martillo a un enemigo. La historia de Oldboy queda lejos de ser la redención de ese personaje, sino la brutalidad de su venganza a la que precede la no menos increíble venganza de su enemigo. Y ahí se encuentra el punto débil de Oldboy: el motivo iniciático de esa venganza no es lo suficientemente sólido ni convincente para justificar todo lo posterior (y anterior en la película). Pero tampoco impide quedar en los créditos patidifuso ante toda la arrolladora fuerza visual que ha logrado algún momento memorable (el primer plano girando alrededor de un Woo-jin que abraza a Dae-su mientras pone la pistola sobre la sien de su enemigo). Pocas veces una venganza tan cruda supo tan bien.
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Oldboy. Corea del Sur. 2003. 120'.
Director: Park Chan-wook.
Guión: Hwang Jo-yung, Lim Joon-hyung y Park Chan-wook; basado en una historia original de Tsuchiya Garon y Minegishi Nobuaki.
Música: Cho Young-wuk.
Fotografía: Jung Jung-hoon.
Montaje: Kim Sang-bum.
Vestuario: Cho Sang-kyung.
Producción: Kim Dong-joo.
Diseño de producción: Yoo Seong-hee.
Intérpretes: Choi Min-sik (Oh Dae-su), Woo Ji-tae (Lee Woo-jin), Gang Hye-jung (Mido), Chi Dae-han (No Joo-hwan), Oh Dal-su (Park Cheol-woong), Kim Byoung-ok (Sr. Han), Lee Seung-shin (Yoo Hyung-ja), Yoon Jin-seo (Lee Soo-ah), Lee Dae-yun (Mendigo), Oh Gwang-rok (Suicida).
Puntuación: 8
Busca la venganza en los siguientes links...
http://www.labutaca.net/films/29/oldboy.htm (sobre la peli)
http://www.miradas.net/2005/n34/criticas/01_oldboy.html (crítica de la peli)
http://es.wikipedia.org/wiki/Chan-Wook_Park (sobre Park chan-wook)
http://www.cinencuentro.com/2006/04/25/entrevista-con-chan-wook-park/ (entrevista a Chan-Wook Park)
http://ellamentodeportnoy.blogspot.com/2006/05/triloga-de-la-venganza-chan-wook-park.html (sobre la trilogía de la venganza)

lunes, mayo 21, 2007

10 diálogos por los que merece la pena ver "Una extraña pareja"



1. En una partida de póquer en casa de Óscar (Walter Matthau).
- Roy: ¿Aún no has reparado la nevera? Ya hace dos semanas... no me extraña que aquí huela tan mal.
- Óscar: Calma, calma. Si tuviera ganas de pelea volvería con mi mujer.

2. Después de la partida, aún en la misma escena...
- Vinnie (hablando de Félix [Jack Lemmon]): Tenía muy mala cara desde hace un par de semanas... ¿no tenía mala cara?
- Speed: No te has mirado tú al espejo.

3. Félix ha llegado al apartamento de Óscar. Sus amigos vigilan todos sus movimientos, sospechando que puede intentar suicidarse después de que su mujer, Francis, le haya dejado.
- Óscar: ¿Adonde vas?
- Félix: Al lavabo.
- Óscar: ¿Solo?
- Félix: Siempre voy solo ¿por qué?
- Óscar: No, por nada... ¿estarás mucho rato?
- Félix: El tiempo necesario.
(Se va)
- Murray: ¿Pero cómo se te ocurre dejarle ir solo al lavabo?
- Roy: ¡Supón que ahora se mata!
- Óscar: ¿Cómo va a matarse ahí dentro?
- Murray: ¿Y preguntas cómo? ¡Hay hojas de afeitar, veneno, de todo!
- Óscar: Es el cuarto de baño de los niños, cómo no se cepille los dientes hasta desangrarse...

4. Félix y Óscar paseando por la calle, mientras Óscar se come un helado.
- Óscar: Vas a sobrevivir a toda nuestra generación, ¿quieres un poco?
- Félix: ¿No lo comprendes? No soy nadie sin mi mujer y sin mis hijos, ¡no soy nadie!
- Óscar: No eres nadie, qué bobada. Eres una persona, de carne y hueso, con pelo, con uñas y orejas. No eres un pez ni un búfalo, tú eres tú. Pero lo que pasa es que lloras, te lamentas, tomas píldoras verdes, anuncias tu suicidio por telegrama... Eso no se le ocurre a nadie en absoluto ¡te lo aseguro! Tú eres el único caso en el mundo.

5. Félix y Óscar se paran a tomar algo en una cafetería.
- Óscar: Félix, ¿por qué no dejamos de hablar de Francis?
- Félix: Y qué pretendes que haga ¿olvidarla? ¿cómo se pueden borrar doce años de matrimonio en un santiamén?
- Óscar: Lo sé, pero los hechos son los hechos y hay que afrontarlos. No puedes pasarte el resto de la vida llorando, eso molesta hasta en el cine.

6. Sentados, en la calle.
- Félix: Me odio a mí mismo. No sabes cómo me odio.
- Óscar: Bah, no te odias. Te adoras, te figuras que tú eres el único que tiene problemas.
- Félix: Creí que eras amigo mío...
- Óscar: Lo soy. Por eso te hablo así, porque te quiero casi tanto como tú a tí mismo.

7. Otra partida de póquer en casa de Óscar.
- Félix: ¡Una cerveza fría para Roy!
- Roy: Gracias.
- Félix: ¿Y tu salvamanteles?
- Roy: ¿Mi qué?
- Félix: Salvamanteles. Eso que se pone debajo del vaso.
- Roy: Creo que me lo he jugado...

8. Óscar invita a dos vecinas, las hermanas 'periquito' (Cecily y Gwendolyn) a cenar. Óscar las recibe en el salón y les da conversación mientras Félix permanece en silencio, impaciente porque sabe que la cena que había preparado para las siete se está enfriando.
- Óscar: Así que les gusta nuestro rincón, ¿eh?
- Cecily: ¡Sí! y es mucho más fresco que nuestro apartamento.
- Gwendolyn: ¡Oh, sí! Nuestra ala del edificio es África ecuatorial ¡horrible!
- Cecily: ¡La pasada noche hacía tantísimo calor que Gwen y yo tuvimos que sentarnos en traje de Eva a tomar el aire junto a la ventana! ¿Se imagina usted?
- Óscar: Procuro imaginarlo...
(Risas)
- Gwendolyn: ¡Pero es inútil! De hecho, resulta imposible dormir una sola noche. Cecily y yo no sabemos qué hacer.
- Óscar: Duerman con acondicionador de aire.
- Gwendolyn: Pero no tenemos...
- Víctor: Lo sé, ¡pero nosotros sí!
(Risas)
- Gwendolyn: ¡Es un picarón! ¿no te lo había dicho yo?
(Más risas y golpes de Óscar en la mesa)
- Félix: Dicen que el viernes lloverá...
(Silencio)

9. En medio de una pelea. Óscar no puede más, destrozado por los nervios, y arranca a llorar.
- Óscar: Seis meses he vivido en este apartamento. Sólo en ocho grandes habitaciones. Me sentía aislado, aburrido, desalentado... Y entonces viniste tú, mi más querido e íntimo amigo. Y después de tres semanas de convivencia contigo... ¡estoy a punto de enfermar de los nervios! Hazme un favor, ¿quieres, Félix? ¡Acomódate en la cocina y vive con tus botes, tus sartenes, tus cacillos y termómetros y cuando quieras salir, toca una campanilla y me esconderé en el cuarto de baño! Te lo ruego Félix, te lo pido por nuestra amistad... ¡Quítate de mi vista! (Se va llorando a la habitación contigua).
- Félix: Óscar, anda por encima de los papeles, que acabo de fregar el suelo.

10. Félix se va a vivir con las hermanas 'periquito'. Se ha reconciliado con Óscar y, maletas en mano, se dispone a salir por la puerta.
- Óscar: Félix, el próximo viernes no faltarás a la partida de póquer, ¿verdad?
- Félix: ¿Cómo quieres que falte? Una pareja puede pelearse, pero el juego es el juego. Adiós, Francis.
- Óscar: Adiós Blanche...

miércoles, mayo 16, 2007

Una verdad incómoda



Sobre el acaecimiento de la catástrofe natural que en poco tiempo asolará nuestro planeta, sobre los cambios que el tiempo experimenta y los porqués, sobre el punto crítico y de no retorno al que llega el cambio climático... Al Gore lleva tiempo avisando de los peligros y consecuencias de la emanación de dióxido a nuestra atmósfera, repitiendo la misma conferencia en tantos lugares como su nombre y reputación de ex vicepresidente le permiten alcanzar. Una verdad incómoda es la plasmación casi intacta de esa conferencia en la pantalla con la intención de potenciar y multiplicar el discurso medioambiental del señor Gore.

Por tanto, Una verdad incómoda entra dentro del terreno del documental "necesario", aquel que con tácticas más o menos eficaces y retórica más o menos brillante convence al público de que es necesaria una concienciación inmediata y una actuación contundente respecto a este problema. Aquí el camino más directo para conseguirlo es dejar como protagonista a una figura popular, con capacidad para amplificar la llamada de urgencia y con retórica lo suficientemente ágil y brillante para que una conferencia filmada no resulte de lo más soporífero. Al Gore cumple sobradamente esas dos premisas y se ve apoyado por otras características que hacen de Una verdad incómoda un ejercicio amenamente didáctico: la interacción con gráficos, dibujos, videos y comparativas lo suficientemente sencillas y clarividentes para hacer de su conferencia medioambiental una lección para todos los públicos.
Con esas directrices Gore cumple sus objetivos y crea una concienciación en el espectador que no puede ser sino positiva a todas luces. Ahora bien, eso no significa que la retórica y construcción del discurso de Gore a lo largo de la algo más de hora y media que dura Una verdad incómoda, no oculte una molesta sensación de autocomplacencia que se hace palpable cuando en su afán por entretener, Gore deja de ser profesor para adoptar el papel de showman: cuanta algún chiste con más o menos fortuna, suelta alguna puya directa al partido republicano y luego prosigue con su discurso.

Esto plantea la llamativa controversia de que, mientras Una verdad incómoda nos entretiene y hace preocupar respecto al nefasto panorama que se planta ante nuestros ojos, la ocasión la pinta calva para que Al Gore deje caer sentencias electoralistas y cuele algún fragmento o video de dudoso carácter pedagógico (el video de la rana desentona con el resto).
En su afán por hacer más liviana su visualización, sus responsables alternan con la conferencia fragmentos en los que se muestra a su protagonista viajando por el mundo o recordando su infancia: pasamos de analizar el crítico ascenso de las temperaturas en la tierra a que nos cuente Gore como siendo pequeño volcó el coche familiar o crió un toro en su rancho (con su correspondiente musiquilla sentimental como banda sonora). Detalles seguramente entrañables para el señor ex presidente, pero de nulo interés dramático para el público que presencia un documental/conferencia, y no una mirada interior del protagonista de un drama familiar. Lo innecesario de algunos pasajes no quitan el enorme carácter instructivo de Una verdad incómoda, pero le deja por debajo de otros modelos de documental que huyendo de toda pretensión lograban enmudecer al espectador por su brutal sinceridad y terrible realidad expuesta (La pesadilla de Darwin). A Gore le sobra eficacia del discurso (lo remata brillantemente) y a la película, las historias particulares de Gore, tan incómodas como la verdad que el título sugiere.
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An inconvenient truth. Estados Unidos. 2006. 96'.
Director: Davis Guggenheim.
Música: Michael Brook.
Montaje: Jay Cassidy y Swietlik.
Producción: Laurie David, Lawrence Bender y Scott Z. Burns.
Intérpretes: Al Gore.
Puntuación: 6
Más sobre esa verdad incómoda...
http://www.labutaca.net/films/43/unaverdadincomoda.htm (sobre la peli)
http://es.wikipedia.org/wiki/Al_Gore (sobre Al Gore)
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/10/26/ciencia/1161878605.html (artículo sobre la peli y algunos de los peligros expuestos en ella)
http://www.elpais.com/articulo/portada/profeta/cambio/climatico/elpeputec/20060625elpepspor_1/Tes (entrevista a Al Gore)
http://www.verdadincomoda.net/ (página web España)
http://www.climatecrisis.net/ (página web E.E.U.U.)
http://www.climnet.org/publicawareness/spanishintro.htm (qué hacer para evitar el cambio climático)

domingo, mayo 13, 2007

Wu Xia de Yimou

Los legendarios héroes del Wu Xia Pian nunca creyeron que el equilibrio era imposible. Los hemos visto volar y luchar a muerte entre las copas de los árboles, trepar tejados y fachadas con una livianidad asombrosa, anteponer el honor y la justicia que el guerrero predica a cualquier arrebato sentimental que en su camino se interponga. Es la concepción más pura del héroe: aquel que entrega su vida a un entrenamiento que sólo termina con la muerte, aquel que entrega su vida a luchar contra el cruel y despótico poder imperante. Muchas son las muestras que el cine chino ha ofrecido del Wu Xia Pian (cuyo significado es "héroe de las artes marciales" o "caballeros de las artes marciales") antes de que los cines occidentales se familiarizaran con el género de la mano de directores como Ang Lee o Zhang Yimou. Los orígenes del Wu Xia se encuentran en la tradición de la Ópera de Beijing, floreciendo a partir de la misma en cinematografías como Hong Kong, Taiwán o la nacida alrededor de Shangai en las décadas de los 10 y 20. Fue en 1927 cuando el estudio MingXing impulsara la realización de El incendio del templo del Loto Rojo (Zhang Sichuan), pistoletazo de salida para una producción de cerca de 250 películas Wu Xia en los tres años siguientes (hasta que el gobierno chino las prohibió por considerarlas subversivas). Desde su nacimiento, el Wu Xia estuvo fuertemente vinculado a la arraigada cultura popular china, incorporando elementos que inmediatamente suscitaron el interés del público y el éxito de una industria que sólo pudo revivir el género a partir de los 50.

Pero, ¿en qué consiste el Wu Xia? ¿cuáles son esos elementos que le hicieron uno de los géneros más sólidos en su país de origen y que hoy ya atraen poderosamente la atención europea? En primer lugar existe un trasfondo histórico, contemplando un pasaje de la historia de china que por defecto corresponde a tiempos de guerra, en muchos casos guerras internas (caso de las tres películas de las que aquí doy cuenta). En ese trasfondo se erige un héroe de extraordinarias dotes para la lucha y con poderosas habilidades concretas que le convierten en un letal y casi invencible guerrero. Pueden realizar saltos inconcebibles, suspenderse en el aire o sobre las aguas de un lago, lanzar dagas o flechas contra sus enemigos con milimétrica puntería, dominar el arte de la espada... El guerrero del Wu Xia ha entregado su vida al entrenamiento perfecto que le lleve a lograr su objetivo: liderar una rebelión, enfrentarse a un emperador o gobernante déspota y cruel que siembra el terror en sus tierras mientras vive entre la fastuosidad de sus aposentos palacescos. Así pues, el género es una combinación de contexto histórico y leyenda en la que héroes errantes y nómadas se rebelan contra el poder establecido, ofreciendo todo impresionante repertorio de artes marciales. Dentro de ese género, las películas del cineasta chino Zhang Yimou son un caso aparte; una muestra de fastuosidad y poder de la imagen llevada hasta el límite de la imaginación. Yimou parece buscar la perfección visual y técnica en cada una de sus películas Wu Xia, un intento de lograr la belleza más pura, la poesía visual por antonomasia pese a la más que probable desatención del argumento o el ritmo.

La maldición de la flor dorada es el ejemplo más clarividente de esto. La última película de Zhang Yimou se regodea en la fastuosidad de sus imágenes, terriblemente hermosas, embelesadoras hasta lo imposible. Desde los decorados de palacio hasta el diseño del vestuario (la armadura de Chow Yun-Fat es una auténtica pieza de museo) pasando por el infinito repertorio de armas o los artesanales bordados de los crisantemos, todo en La maldición de la flor dorada logra hipnotizar hasta el punto de que el espectador olvida lo que le están contando. Detrás de tanta belleza, la historia de una traición en el seno de la dinastía Tang no puede sino ser catalogada de telenovelesca (incesto, infidelidad, venganza, hijo desatendido). Yimou se regodea en el detalle mientras la historia sufre considerables altibajos que sólo las sólidas actuaciones de Gong Li o Chow Yun-Fat hacen olvidar. Por suerte, los últimos 20 minutos dejan de lado las repetitivas intrigas de palacio para dar paso a la consumación de la rebelión contra el emperador en los patios del palacio, paralela a una tragedia griega que se sucede en el interior del mismo. Las escenas correspondientes al final de La maldición de la flor dorada de batalla pueden contarse sin mucho miedo entre las mejor filmadas del cine de la última década (atención al uso del color como distinción entre ejércitos). Todo, mientras un imponente Chow Yun-Fat se crece y se come la pantalla, pasando de emperador condescendiente a cruel y visceral asesino, bordando un final apoteósico. Puntuación: 6,5



Hero es la más fiel al género Wu Xia de las aquí mencionadas. Jet Li representa a "Sin nombre", figura representativa del clásico guerrero Wu Xia, dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias un plan para asesinar a un emperador que tiraniza una China dividida y lacrada por guerras internas. Hero, sin renunciar al lirismo inherente al cine de Yimou, demuestra mucha más consistencia narrativa, utilizando el engaño como inteligente táctica para establecer el giro argumental. Yimou utiliza falsos flashbacks de los que se sirve para que una simple audiencia con el emperador se convierta en un juego de falsas apariencias y medias verdades que son la excusa para mostrar geniales escenas de lucha en los que Jet Li luce su dominio de las artes marciales. Hero mantiene el interés con un argumento ordenado y de interés creciente, en el que también hay sitio para un tormentoso triángulo amoroso o planteamientos morales de última hora (¿matar al emperador? ¿matar al héroe?). Puntuación: 7,5



La casa de las dagas voladoras
es pura poesía que embellece una historia mínima: la huída de una heroína ciega, hija del jefe de un ejército de guerreras rebeldes denominado "la casa de las dagas voladoras" con un soldado renegado de los ejércitos de la decadente dinastía Tang. Lo que más impresiona de la película de Yimou es la comunión conseguida entre la belleza estética de las artes marciales (no renuncia a unos cuidadísimos efectos especiales ni al empleo mesurado del bullet time) y la belleza natural que le envuelve, siendo los parajes que atraviesan la pareja protagonista un personaje más. En medio de campos dorados por flores, valles nevados o bosques de bambú (con una tonalidad verde que invade toda la pantalla), vemos a guerreros acechar el viaje de la pareja, en enfrentamientos en los que la cámara sigue el rastro de las dagas o contempla las acrobacias imposibles de Takeshi Kaneshiro o Zhang Ziyi. La casa de las dagas voladoras convierte su poesía visual en una oda romántica que gana fuerza hacia los minutos finales con un nuevo triángulo amoroso que desemboca en tragedia. La sangre mancha la nieve inmaculada y rubrica con lirismo la conmovedora conclusión de una obra de belleza incuestionable. Puntuación: 7,5



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http://www.imaginacionatrapada.com.ar/Cine/cinechino.htm (sobre géneros del cine chino)
http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=152 (sobre el Wu Xia Pain)
http://www.labutaca.net/52sansebastian/lacasadelasdagasvoladoras.htm (sobre La casa...)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1720.html (sobre Hero)
http://www.labutaca.net/films/49/curseofthegoldenflower.htm (sobre La maldición...)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2317.html (sobre Zhang Yimou)
http://www.comohacercine.com/esp_valladolid/cine_chino.php (sobre la actualidad del cine chino)

jueves, mayo 10, 2007

Aliens, el regreso



En 1979 Ridley Scott daba un vuelco a la ciencia-ficción con Alien, el octavo pasajero. Casi inmediatamente el espeluznante alienígena se ganaba una horda de adeptos que pedían casi inmediatamente secuelas de aquella terrorífica incursión que había descubierto no solo a uno de los bichos por excelencia del cine, sino a una de sus heroínas por antonomasia. La secuela tardó siete años en llegar, y lo hizo de la mano de un James Cameron cuyo nombre sonaba con fuerza tras su exitosa Terminator (1984) ¿Y cómo hacer para que una secuela no defraude a sus seguidores? ¿Cómo hacerlo prosiguiendo el espíritu de su predecesora, pero aportando la novedad suficiente para sorprender? Aliens, el regreso es un perfecto manual de cómo hacerlo.

La segunda película de la saga es la continuación lógica de la primera, retomando el viaje de la Nostromo, donde hiberna congelada Ripley y es recogida medio siglo después. Cuando despierte, sabrá que el planeta del que surgiera la criatura ha sido colonizado en ese tiempo. Antes de que Ripley pueda lanzar la alarma, las comunicaciones con la colonia se pierden y las catastróficas consecuencias se hacen fácil de prever. Un grupo de marines acompañados y aconsejados por la misma Ripley serán los encargados de meterse hasta el fondo mismo de la boca del lobo.
Es entonces cuando Aliens, el regreso toma la verdadera forma que Cameron plantea para su película. Ya conocemos a la criatura, al terror que espera a los marines y el director deja que pase cerca de una hora de metraje antes de que podamos ver iniciada la caza (en la que la presa se convierte en cazador). La ansiedad que se genera para entonces en el espectador es considerable, la suficiente para ir avisándole de lo que se va a encontrar (no uno, sino muchos aliens, una colonia entera) e infundarle tanta expectación como temor por lo que está a punto de acaecer. Y es ahí donde la secuela de Cameron marca las diferencias frente al planteamiento de Scott: mientras que Alien, el octavo pasajero es el juego del gato y el ratón, una amenaza invisible que va eliminando uno por uno los miembros de una tripulación, Aliens, el regreso es una auténtica guerra, el asedio desmesurado de una inmensa colonia alienígena que arrincona y destroza a sus contrincantes como si fueran muñecos de trapo. El escenario elegido para esa masacre es un elemento añadido que hace ganar tensión (y temperatura) a la película: una central de energía abandonada donde los marines se ven imposibilitados para utilizar armas pesadas y han de recurrir al lanzallamas para achicharrar aliens.



Como si la tensión explotara llegados a la mitad de la película, Aliens, el regreso se convierte desde la aparición de los protagonistas del título, en un espectáculo brutal cuya manija Cameron lleva con eficacia. Conoce los resortes para incrementar la sensación de encierro y pesadilla en otro mundo: aliens quemándose y lanzando horribles chillidos, conductos de ventilación donde no hay escapatoria posible, una inocente niña que ha visto despedazada su familia por esos bichos horrendos, facehuggers acosando a Ripley... todo está perfectamente dispuesto para que Aliens casi no permita un respiro hasta sus créditos finales. Y digo casi porque Cameron nos deja creer por un momento que la amenaza ha cesado, para luego dar paso a un frenético final que con toda probabilidad sea el mejor de toda la saga.

Aliens, el regreso es una descarga de adrenalina como pocas. También es una sólida secuela, un ejemplo de como continuar una película de la calaña de Alien sin caer en el desastre de casi siempre y la confirmación de que el carisma de una excelente Sigourney Weaver es un porcentaje muy elevado de su éxito. Además, Cameron aporta la explicación que quedó pendiente en la celebrada primera película, haciendo así suya la invención del ciclo de vida de los aliens. Manera, por otra parte, de evitar listillos que vengan con un Aliens: el origen a chupar del bote. Manera también de sorprendernos con la madre de todos los aliens esperando al final del pasillo...
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Aliens. Estados Unidos. 1986. 137'.
Director: James Cameron.
Guión: James Cameron.
Música: James Horner.
Fotografía: Adrian Biddle.
Escenografía: Peter Lamont.
Efectos especiales: Mark Williams.
Producción: Gale Anne Hurd, Gordon Carroll, David Giler y Walter Hill.
Intérpretes: Sigourney Weaver (Ellen Ripley), Carrie Henn (Rebecca 'Newt' Jorden), Michael Biehn (Dwayne Hicks), Lance Henriksen (Bishop), Paul Reiser (Carter Burke), Bill Paxton (Hudson), Jenette Goldstein (Vasquez).
Puntuación: 7
Links alienígenas...
http://es.wikipedia.org/wiki/Aliens,_el_regreso (sobre la peli)
http://extracine.com/2007/03/22/james-cameron-vol-2-aliens/ (artículo sobre la peli)
http://es.wikipedia.org/wiki/James_Cameron (sobre James Cameron)
http://www.elmundo.es/magazine/num116/textos/cameron1.html (entrevista a James Cameron)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2094.html (sobre Sigourney Weaver)
http://es.wikipedia.org/wiki/James_Horner (sobre James Horner)
http://www.miradas.net/0204/estudios/2003/09_rscott/alien.html (ensayo sobre Alien, el octavo pasajero)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article400.html (crítica de Alien, el octavo pasajero)

lunes, mayo 07, 2007

Sunshine



Es difícil convencer a alguien de que Trainspotting y La playa pertenecen al mismo director. Pues sí. Danny Boyle fue capaz de adaptar la novela de Irvin Welsh y hacer de su segunda película (Tras A tumba abierta) uno de los clásicos de los 90, algo que a estas alturas pocos le discuten. Prometía y mucho, hasta que le dio por irse a una paradisíaca islita de Tailandia con DiCaprio y compañía y conseguir otro hito del cine reciente: hito de los despropósitos. Pero Boyle fue capaz de levantarse del trastazo y abanderar, mas que a algunos les pese, la nueva oleada de cine fantástico británico con la interesante película de zombis 28 días después.

Dejando de lado Millions y A life less ordinary, desconocidas en nuestro país, ha pasado casi un lustro antes de que Sunshine viera la luz. Que Boyle se atreva ahora con la ciencia-ficción es un arriesgado paso en su filmografía, sabiendo de las tantas expectativas como ganas de denostarle que la crítica le ha demostrado. Sunshine nos mete desde el principio en la Ícarus II, nave pegada a un gigantesco escudo-bomba que se dirige hacia el sol para reactivarlo. El primer acierto de Boyle es pasar por alto las innecesarias y cansinas escenas previas al viaje espacial (tan manidas y recurridas en películas como Armageddon o Misión a Marte). Opta desde el principio por ubicarnos en una atmósfera de temperatura y asfixia insoportables y crecientes (a medida se acercan al astro rey), acompañada de mínimos sonidos electrónicos y constantes ruidos de la nave que logran el pretendido agobio. El segundo acierto de Boyle es que, durante la mayor parte de Sunshine, navega con rumbo fijo, sabiendo lo que quiere (incluso se permite un toque de 2001: Una odisea del espacio) y haciendo que su película se centre en las cada vez más tensas relaciones entre los tripulantes de la nave. Nadie se hace el héroe ni añora infantilmente lo dejado en la tierra (y se agradece). Sunshine huye de los ritmos frenéticos y constantes crisis (Horizonte final, Armageddon) para dejar que sea la propia tensión ante las adversidades la que crezca y envuelva con el éxito al espectador tanto como a los ocupantes de la Ícarus II.

Con todo lo dicho, podría parecer que Boyle lo consiguió y que Sunshine es una notable película de ciencia-ficción, uno de esos regalos que echábamos en falta en este género. El temido “pero” es un giro argumental que a falta de 20 minutos del final tira por tierra todo lo erigido y convierte las últimas escenas en un desastre tanto visual (cuidadísimo hasta el momento) como argumental. La “caza” psicótica que presenciamos en ese último tramo parece otra película, una pifia que emula torpemente a Alien y donde todo consiste en generar tantas imágenes por segundo y/o distorsionarlas tanto como sea posible para que el espectador no se entere de nada. Lo que pretende ser clímax acaba siendo el hundimiento de Sunshine. Lo que hace que, al final, el experimento espacial de Boyle resulte fallido. Una lástima.
Puntuación: 6
Jordi



Las odiseas espaciales posiblemente sean uno de los géneros de la ciencia-ficción más difíciles de abordar, en especial, porque es difícil resistirse a la tentación de acabar convirtiéndola en la enésima copia de Alien, sin más contenido que vísceras y ácido corrosivo a mansalva. Por fortuna, Danny Boyle ha aprovechado esta oportunidad para explorar nuevamente al ser humano en una situación límite, al igual que ya hizo en Trainspotting, 28 días después… o La Playa (esta la podéis olvidar si queréis).

Así pues, Boyle nos trae una odisea sosegada, contemplativa y muy reflexiva. Esto se aprecia especialmente en la gran belleza alcanzada durante algunas escenas como la órbita alrededor de Mercurio o los paseos espaciales. Y todavía mayor calidad presenta la banda sonora que nos ofrece John Murphy, en perfecta sintonía con las imágenes que acompaña. A estos elementos cabe señalarle un trabajado guión y un bien trabajado grupo de actores para configurar una primera hora de película muy recomendable.

El punto de divergencia llega en los últimos minutos de la cinta que rompen con la tónica general que seguía la trama hasta el momento. No obstante, me resulta imposible considerar esto un error, ya que este giro se basa en una explicación que continúa la pauta de introspección humana del resto de la película, y no se trata de un simple reclamo biliar. De tal manera, resulta difícil ponerle pegas a este film, que posiblemente ya se pueda considerar una de las recomendaciones del género o, al menos, una encarecida recomendación para gastarse los cuartos en taquilla. Puntuación: 7’5
Silver Sack
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Sunshine. Reino Unido. 2007. 107'.
Director: Danny Boyle.
Guión: Alex Garland.
Música: John Murphy y Underworld.
Fotografía: Alwin Kuchler.
Montaje: Chris Gill.
Diseño de producción: Mark Tildesley.
Vestuario: Suttirat Anne Larlarb.
Producción: Andrew Macdonald.
Intérpretes: Cillian Murphy (Capa), Rose Byrne (Cassie), Cliff Curtis (Searle), Chris Evans (Mace), Troy Garity (Harvey), Hiroyuki Sanada (Kaneda), Benedict Wong (Trey), Michelle Yeoh (Corazón).
Sigue la luz...
http://www.labutaca.net/films/50/sunshine.htm (sobre la peli)
http://www.sunshinelapelicula.es/ (web oficial España)
http://www.sunshinedna.com/ (web oficial E.E.U.U.)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3343.html (crítica de la peli)
http://www.cinefantastico.com/entrevista.php?id=65 (entrevista a Danny Boyle)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2596.html (sobre Cillian Murphy)
http://www.colpdefecte.com/chanpoo/actores/hiroyukisanada/hiroyukisanada.htm (sobre Hiroyuki Sanada)

viernes, mayo 04, 2007

Por qué Superman es mi superhéroe favorito


Bill (David Carradine), detrás de la barra se dispone a servirse una copa. Acaba de dispararle un dardo con su infalible "suero de la verdad" a Beatrix (Uma Thurman), sentada en el sofá y furiosa por el imprevisto disparo. Hasta que empiece a hacer efecto "la verdad indiscutible" (el doble de fuerte que el pentotal sódico y no causa tanta somnolencia), Bill hace tiempo explicándole por qué Superman es su superhéroe favorito.

- Bill: Como sabes, me gustan todos los cómics. Especialmente los de los superhéroes. Encuentro que toda la mitología que rodea a los superhéroes es fascinante. Piensa en mi héroe favorito, Superman. No tiene un gran argumento, ni tampoco es un buen dibujo... pero la mitología, su mitología no sólo es genial: es única.
- Beatrix: ¿Cuánto tarda este jodido dardo en hacer efecto?
- Bill: Un par de minutos, lo justo para que acabe de explicarte esto. Verás, algo básico en la mitología de los cómics es que cada superhéroe tiene su alter ego. Batman no es otro que Bruce Wayne, Spiderman se llama Peter Parker... cuando el personaje se despierta por las mañanas sólo es Peter Parker, tiene que ponerse un traje para convertirse en Spiderman. Y esa es la característica que hace a Superman algo único... Superman no se convirtió en Superman, sino que nació como Superman. Cuando se despierta cada mañana, es Superman. Su alter ego es Clark Kent, y su traje, el que lleva esa enorme S, es la prenda en la que estaba envuelto cuando le encontraron los Kent siendo un bebé; esa es su ropa. Lo demás, las gafas, el traje azul... es su disfraz. Es un disfraz que Superman se pone para ser uno más de nosotros. Clark Kent es su visión de nosotros y, ¿cuáles son las características de Clark Kent? Es débil, no confía en sí mismo, es un cobarde... Clark Kent: Superman critica así a toda la raza humana. Igual que Beatrix Kiddo a la señora de Tommy Plympton.

martes, mayo 01, 2007

El número 23



El 23 es un número que lo podemos encontrar a la sombra de cualquier acontecimiento que ha marcado la historia. Ejemplo claro es el 11-S, ya que si sumamos el 11 del día, más el 9 del mes y más 2+0+0+1 del año, da 23. ¿Rebuscado? Mucho, pero algo similar ocurre en esta especie de TV movie a la que han querido titular El número 23.

Antes que nada, cabe destacar que el verdadero atractivo de esta cinta residía en poder ver a Jim Carrey en un registro distinto al habitual, es decir, el de un gesto con patas (descripción tomada de un programa de radio que hablaba del amigo Jim). La duda estaba en si me toparía con el personaje desatado que nos suele traer a sus ¿órdenes? Tom Shadyac o veríamos a un Jim Carrey más actor como en El show de Truman. Lo cierto es que ni lo uno ni lo otro. Su actuación pasa más bien por la mediocridad, perdiéndose una vez más una oportunidad de encontrar un papel que le permita crecer como actor. Porque llegado a este punto me debo declarar admirador de Carrey, siempre que lo acoja un buen director. En El número 23 su padrino era Joel Schumacher, y no es que esperara demasiado de él, sea dicho (nunca te olvidaré por Batman y Robin, lo siento...).

Más allá de Jim hay película. Otra cosa es que esta tenga un interés más allá que el de rayar al espectador con una retahíla de acontecimientos y numeritos enrevesados. Se trata de una trama sin ninguna reflexión y más propia de las sobremesas dominicales de Antena 3 que de una sala de cine. En cualquier caso, consciente de sus limitaciones, el film tratará de seducir al espectador constantemente con promesas de lo que está por llegar en un intento de que este no perciba el escaso interés de lo que ve en ese momento.

Así que se podría decir que me parece más apropiado el rango de TV movie que de película de estreno para El número 23. En consonancia con esto esta todo el elenco de actores, más ensombrecidos por el devenir de la trama que por la propia actuación de Jim Carrey, lo cual ya es decir. Sí que se podría destacar positivamente la parte técnica en cuanto a fotografía o montaje, que en este caso sí considero que roza un buen nivel, por encima del resto de elementos de la película.

Y no me queda más que decir que desearle suerte a Jim Carrey para que alguna vez vuelva a encontrar la senda como actor que no acaba de ver, si no siempre puede volver con Tom Shadyac que al menos tendrá taquillazo. Siempre tendré el consuelo de saber que Will Smith ha sido nominado dos veces al Oscar, pese a comenzar de rapero.
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The number 23. Estados Unidos. 2007. 95'.
Director: Joel Schumacher.
Guión: Fernley Phillips.
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: MAtthew J. Libatique.
Montaje: Mark Stevens.
Producción: Beau Flynn y Tripp Vinson.
Intérpretes: Jim Carrey (Walter Sparrow/detective Fingerling), Virginia Madsen (Agatha Sparrow/Fabrizia), Danny Huston (Dr. Isaac French/Dr. Miles Phoenix), Logan Lerman (Robin Sparrow/joven Fingerling), Rhona Mitra (Laura Tollins) y Lynn Collins (rubia suicida/Sra. Dobkins).
Puntuación: 4
23 links...
http://www.labutaca.net/films/49/thenumber23.htm (sobre la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3339.html (crítica de la peli)
http://www.blogdecine.com/2007/04/28-el-numero-23-la-peor-pelicula-de-joel-schumacher (otra crítica de la peli)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1452.html (sobre Jim Carrey)
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2258.html (sobre Joel Schumacher)
http://www.jimcarreyonline.com/ (la web de Jim Carrey)
http://www.hoycinema.com/actualidad/entrevistas/Jim-Carrey-Para-ser-artista-necesario-estar-loco.htm (entrevista a Jim Carrey)