Película casi esquizoide, Mad detective encuentra su principal atractivo en la subversión del hard-boiled, figura central en el género que aquí se redefine a través del estupendo Lau Ching-wan. El actor sostiene la cinta cuando el ritmo no lo hace, y logra insuflar carisma a un personaje profundamente inestable, abiertamente psicópata. Es esa psicopatía, por otra parte, la que inteligentemente propicia resortes para los escasos pasajes dramáticos (la aparente pérdida de la mujer) y la que también acaba favoreciendo cierta comedia inenarrable, tan dada en la brutal escena del lavabo como en la mera y delirante visión de un automóvil repleto de las “personalidades” que sólo Bun (Ching-wan) puede ver.
Leer crítica completa en La Butaca
1 comentario:
Claro que sí!!! Johnny To es grande.
Publicar un comentario