Leer crítica completa en La ButacaEn Love happens, el debutante Brandon Camp carece de cualquier asomo de mala baba a la hora de reírse de los predicadores de la autoayuda (véase al Terence Stamp de Di que sí para un ejemplo contundente) y sus baños de masas, de sus excéntricos ejercicios de positivismo que van desde el “cirio de la verdad” a un paseo por las brasas con el que exorcizar el dolor emocional (...) De previsibilidad y cursilería exasperantes, esta ópera prima no funciona ni en sus pasajes de romcom más amable ni en sus tintes más trágicos: en los primeros predominan todos los lugares comunes pensables, mientras que en los segundos reina una impostura que hace imposible la buscada empatía, para colmo rematada con una efectista revelación final que hace del conjunto rayano en cierta pornografía emocional rebajada. El resto, sigue a rajatabla los cánones, sin margen alguno para la sorpresa, como si de una terapia ya prescrita con anterioridad se tratara.
martes, enero 05, 2010
Love happens
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